domingo, 13 de marzo de 2011

Los equipos de rescate trabajan ya en las zonas más afectadas de Japón

TOKIO.- Los equipos de rescate japoneses y de otros países están ya trabajando en las zonas más afectadas por el terremoto y posterior tsunami que sacudió el viernes la costa nororiental de Japón, donde se han levantado varios hospitales de campaña. Además, cientos de voluntarios japoneses, incluidos varios científicos nucleares, trabajan ya en las zonas afectadas. 

"Este es un país que, lamentablemente, tiene mucha experiencia en esto, pero todos podemos ver la escala de la devastación", ha afirmado la coordinadora de Ayuda de Emergencia de la ONU, Valerie Amos, en declaraciones a la cadena Sky News. "Estoy recibiendo información de que en muchas partes del país incluso los equipos de rescate del Ejército japonés no están pudiendo llegar a los lugares afectados por temor a las réplicas", dijo.
También están ya sobre el terreno, en Sendai, una de las ciudades más afectadas por el seísmo, varios equipos de Médicos Sin Fronteras (MSF), desde donde han descrito un "duro" panorama. "Aunque la situación sanitaria en Sendai parece estar bajo control, la población tiene necesidades", ha señalado la coordinadora de evaluación de MSF, Mikoko Dotsu.
"En este momento, hay muy poco suministro eléctrico y ningún suministro de agua. La gente necesita alimentos, mantas y agua. Estas necesidades son mayores que las sanitarias en este momento", dijo.
En el ámbito internacional, aproximadamente 70 países han ofrecido su ayuda a Japón en forma de material o a través del envío de equipos especializados, según la ONU, con casos especialmente destacados como el de China, tradicional rival de Japón, que ha enviado a un equipo de rescate de 15 personas y 15 toneladas de ayuda.
En total son una docena de países como Australia, China o Estados Unidos los que han enviado equipos de rescate a Japón. Otros 17 equipos de distintos países, incluido uno israelí, están a la espera de poder entrar en acción.
Incluso la ciudad de Kandahar, en Afganistán, ha anunciado la donación de 50.000 dólares para los "hermanos y hermanas" de Japón. "Sé que 50.000 dólares no es mucho dinero para un país como Japón, pero es una muestra de aprecio del pueblo de Kandahar", ha declarado el alcalde de la ciudad, Ghulam Haidar Hamidi.
Desde Pakistán, el primer ministro Yusuf Raza Gilani también ha ofrecido su colaboración. "He escrito una carta para ofrecerles, si los necesitan, hospitales de campaña y cualquier asistencia que podamos ofrecer", dijo.
La incertidumbre sobre cómo evolucionará la crisis nuclear y la gran destrucción provocada por el temblor han llevado al Ministerio de Exteriores español a desaconsejar a sus ciudadanos todo viaje no esencial a Japón. El Consejo de Seguridad Nuclear (la máxima autoridad española en la materia) ha pedido además a los españoles residentes en Japón que sigan en todo momento las recomendaciones que den las autoridades japonesas para prevenir riesgos radiológicos a la población. 
Ambas peticiones son similares a las que han formulado Estados Unidos, Reino Unido o Francia, entre otros, a sus ciudadanos. En una nota del Ministerio de Exteriores francés se ha hecho eco de la alerta de la Agencia Meteorológica de Japón, que señala que la probabilidad de que una réplica con magnitud superior a 7 sacuda el país es del 70% hasta el próximo miércoles y de un 50% hasta el sábado.

Apagones programados

El primer ministro de Japón, Naoto Kan, ha afirmado este domingo que confía en que se superará la situación provocada por el terremoto y el posterior tsunami del viernes pasado, aunque es, a su juicio, "la peor" que ha sufrido el país desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.
   "Ésta es la peor crisis de nuestra historia posterior a la guerra", ha declarado en una rueda de prensa, según informa la agencia de noticias Kiodo. "Ahora todos los japoneses estamos a prueba para ver si podemos superar la crisis, y estoy seguro de que podremos superar esta crisis", ha subrayado.
   Por otro lado, ha asegurado en una rueda de prensa que la crisis nuclear generada en el noreste del país no es comparable al desastre que ocurrió en la ciudad ucraniana de Chernobil en 1986. "Se ha liberado radiación al aire, pero no hay ningún dato que apunte a que se haya liberado una gran cantidad", ha declarado Kan, citado por la agencia de noticias Jiji.
   "Esto es totalmente diferente al accidente de Chernobil. Estamos trabajando para impedir que los daños se extiendan", ha añadido. Un problema en un reactor de la central nuclear de Chernobil y varias explosiones posteriores causaron en 1986 un grave desastre medioambiental y la muerte de unas 4.000 personas, según algunas estimaciones.
   Las autoridades japonesas están intentando desesperadamente evitar que las barras de combustible de los reactores atómicos dañados se sobrecalienten, porque esto podría provocar que el contenedor que aloja el núcleo se fusione o incluso explote, liberando material radiactivo al exterior.
   El principal objetivo es controlar los reactores sobrecalentados de la central nuclear Fukushima 1 (en la prefectura del mismo nombre), para lo que se ha inyectado en ellos agua de mar y se ha reducido la presión interior.
   El portavoz principal del Gobierno, Yukio Edano, ha informado en una rueda de prensa de que el núcleo del reactor número 3 de la planta podría haberse deformado por el calor, pero ha dejado claro que esto no constituye una situación crítica.
   Las autoridades han establecido una zona de exclusión de 20 kilómetros a la redonda desde la central de Fukushima 1 y de 10 kilómetros desde otras instalaciones atómicas cercanas. Unas 140.000 personas han sido evacuadas, pero cuando los niveles de radiación aumentaron había 190 personas en un radio de 10 kilómetros, y 22 de ellas han resultado contaminadas.
   Japón, la tercera potencia económica mundial, está intentando responder a una catástrofe de proporciones épicas que ha dejado sin agua corriente a 1,4 millones de personas y a casi dos millones sin electricidad y ha hecho que ciudades enteras hayan sido borradas del mapa.
   Además, la Policía de la prefectura de Miyagi ha dicho que el número de muertos podría ascender a más de 10.000. Según la agencia Kiodo, unas 300.000 personas han sido evacuadas en todo el país, y muchas de ellas se alojan ahora en refugios.
   El primer ministro ha anunciado que ha aprobado que se realicen apagones programados a partir de este lunes para evitar problemas graves en el suministro de electricidad como consecuencia del terremoto y el tsunami. Ésta es la primera vez en la historia de Japón que se decide realizar apagones selectivos y rotatorios.
   Previamente, el ministro de Economía, Comercio e Industria, Banri Kaieda, había adelantado que la Compañía de Energía Eléctrica de Tokio y la Compañía de Energía Eléctrica de Tohoku podrían empezar a aplicar esa medida porque, a partir del lunes, habrá una "alta probabilidad" de que las zonas cubiertas por estas empresas sufran "escasez en el suministro eléctrico".
   Luego, Edano repitió las declaraciones de Kaieda y pidió a los ciudadanos que viven en las zonas afectadas que hagan lo posible por reducir el consumo de electricidad. El ministro de Economía, por su parte, instó a las empresas y comercios a minimizar el uso de electricidad.
   El portavoz del Ejecutivo ha indicado que éste utilizará este mes sus fondos de contingencia --unos 2.000 millones de yenes (1.757 millones de euros)-- para financiar las medidas de ayuda a los damnificados, en lugar elaborar un presupuesto suplementario, como pedían algunos diputados de la oposición.
   "Vamos a sufrir un impacto importante en nuestras actividades económicas", ha reconocido Edano. Este terremoto es el quinto más fuerte registrado en el mundo en el último siglo, y ha superado al seísmo de Kanto (este de Japón) de 1923, que tuvo una magnitud de 7,9 grados y causó más de 140.000 muertes.

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