miércoles, 6 de abril de 2011

El mercado contempla una reestructuración de la deuda de países en dificultad

PARÍS.- La subida de los intereses de los créditos y la fuga de inversores ha hecho que el mercado empiece a contemplar una reestructuración a medio plazo de la deuda en Grecia, Irlanda y Portugal, ya que los planes de austeridad de estos países de la zona euro son difíciles de aplicar o no producen los efectos deseados. 

"La probabilidad de que se reestructure la deuda es ahora del 40% en Portugal, de cerca del 50% en Irlanda y del 60% en Grecia", dice Ciaran O'Hagan, estratega de obligaciones del banco francés Société Générale.
Las tres grandes agencias de calificación (Standard & Poor's, Moody's Investors Service y Fitch Rating) han enarbolado esta amenaza para justificar las recientes rebajas de la nota soberana de estos países, los eslabones más débiles de la zona euro. Moody's es la última en degradar la nota de Portugal, el martes.
La preocupación y el temor de los mercados de que la deuda de estos países pueda ser reestructurada se traduce en la inflexión en la curva de los tipos de interés. Mientras que normalmente es más caro prestar dinero a largo plazo que a corto, en el caso de los préstamos portugueses y griegos es lo contrario.
Los intereses portugueses a cinco años llegaron al 10% a principios de semana, el máximo desde la creación de la zona euro, superando a los de 10 años, que tenían que pagar alrededor del 9%. Para Grecia, la evolución es todavía más clara: los intereses a dos años alcanzaron cerca el 16% contra el 12% para los bonos a diez años.
"No se puede financiar (un bono) a intereses tan altos", señala Christian Parisot, economista de la agencia Aurel.
"Habrá que reducir el monto de la deuda, es decir, reescalonar los reembolsos", dice por su parte Axel Botte, estratega del mercado de obligaciones de Natixis AM.
La posibilidad de una reestructuración de la deuda empezó a tomar cuerpo cuando Alemania propuso a finales de octubre un mecanismo para ayudar a los países en dificultades en la zona euro (MES). Algunos países desean, con Alemania a la cabeza, que si un país se vuelve insolvente, la ayuda europea se condicione a que no solo lleve a cabo el programa de ajuste presupuestario sino que reestructure la deuda.
"Si enviamos al mercado una señal diciendo que un Estado puede hacer 'default' (cese de pagos) así como una empresa, tiene motivos para horrorizarse", señala Parisot.
"El efecto de un anuncio así ha sido de hecho inmediato, cuando se ve la subida de las tasas para los países afectados" desde 2010, dice por su parte Hervé Goigoux Becker, director de Gestión Tasa de la agencia OFI Asset Management.
No obstante, la situación parece diferente dependiendo del país.
Grecia debería ser el primer país concernido, pues su déficit público podría elevarse al 10,6% de su producto interno bruto (PIB) en 2010, un punto más de lo previsto. Irlanda, por su parte, anunció la semana pasada que necesita inyectar 24.000 millones de euros a sus bancos.
En el caso de los dos países, sería necesaria una reestructuración lo antes posible. "Cuanto más se espere, mayor será la parte de la deuda en manos del Fondo Monetario Internacional", advierte Botte. Como el FMI es "un acreedor prioritario en relación a los inversores, estos se verán cada vez más perjudicados", subraya Botte.
Grecia e Irlanda se benefician del plan de apoyo europeo hasta el 2013, pero Portugal se encuentra en un impase tanto financiero como político. El país debe reembolsar 9.000 millones de euros antes de mediados de junio y dotarse de un nuevo gobierno, antes de contemplar cualquier ayuda financiera de Europa y del Fondo Monetario Internacional (FMI). "No se puede ir eternamente de plan de austeridad en plan de austeridad. El costo político y social es demasiado importante para los gobiernos", agrega Botte.

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