lunes, 11 de abril de 2011

El subdesarrollo engendra violencia y corrupción, según el Banco Mundial

WASHINGTON.- Para resolver los problemas económicos, políticos y de seguridad que obstaculizan el desarrollo y dejan atrapados en círculos de violencia a estados frágiles, es necesario fortalecer las instituciones nacionales y mejorar la gestión de gobierno, que debe priorizar la seguridad ciudadana, la justicia y el empleo, sostiene un reporte del Banco Mundial (BM). 

El Informe sobre el desarrollo mundial 2011 indica que al menos 1.500 millones de personas en el mundo se encuentran afectadas por violencia actual o pasada, y que el desempleo fue por mucho el factor más importante que lleva a integrar pandillas y movimientos rebeldes.
"Los niños que viven en estados frágiles tienen el doble de probabilidades de padecer desnutrición y el triple de probabilidades de no asistir a la escuela", dijo el presidente del BM, Robert B. Zoellick. "Los efectos de la violencia en una región pueden extenderse a los Estados vecinos y a otras partes del mundo, y menoscabar así las perspectivas de desarrollo de otras naciones y el potencial económico de regiones enteras".
El documento explica que las instituciones legítimas pueden mitigar las presiones que generan olas repetidas de violencia e inestabilidad, ya que más del 90% de las guerras civiles registradas en la década de 2000 tuvieron lugar en países que ya habían padecido una guerra civil en los últimos 30 años.
Y en otros lugares, como Guatemala y El Salvador, los beneficios derivados de los procesos de paz suelen verse menoscabados por elevados niveles de crimen organizado.
Esos países con violencia arraigada obtienen resultados muy bajos en materia de desarrollo, porque sus tasas de pobreza son, en promedio, 20 puntos porcentuales más altas que en otras naciones, señala el reporte.
Carlos Alberto dos Santos Cruz, teniente general del Ejército brasileño y ex comandante de las Fuerzas de Paz de las Naciones Unidas en Haití, dijo que "el buen funcionamiento de las instituciones locales es fundamental. Sin un fuerte liderazgo político, leyes razonables y un sistema judicial eficaz, los esfuerzos serán en vano. Es más, muchas iniciativas pueden incluso empeorar la situación".
Según el reporte, las instituciones nacionales requieren de 15 a 30 años para enfrentar situaciones de violencia e inestabilidad, y las sociedades que lograron superar la violencia han atravesado una serie de transiciones para transformar sus instituciones políticas, económicas y de seguridad.
El documento recomienda que la asistencia internacional se adapte al nuevo entorno, planteándose metas como reformar los sistemas internos de los organismos que respalden medidas inmediatas destinadas a restablecer la confianza y el fortalecimiento institucional a largo plazo.
También recomienda tomar medidas a nivel regional y mundial para hacer frente a los efectos que provocan en los estados frágiles la corrupción internacional, el tráfico ilegal y la inseguridad alimentaria.

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