sábado, 16 de abril de 2011

El Papa alude al papel de instituciones católicas en la crisis económica por la que atraviesa España

CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa lamentó hoy que en ciertos ambientes se tienda a considerar la religión como un factor "socialmente insignificante e incluso molesto", y dijo que ello no justifica el tratar de marginarla mediante la denigración, la burla e incluso la indiferencia ante episodios de "clara profanación". 

El pontífice hizo estas manifestaciones en el discurso que dirigió a la nueva embajadora de España cerca de la Santa Sede, María Jesús Figa, que hoy presentó sus cartas credenciales.
Benedicto XVI subrayó que con esas actitudes "se viola el derecho fundamental a la libertad religiosa, inherente a la dignidad de la persona humana y un arma auténtica de paz, porque puede cambiar y mejorar el mundo".
Evocó su Mensaje para la celebración de la Jornada Mundial de la Paz 2011, y señaló que "no faltan formas, a menudo sofisticadas, de hostilidad contra la fe, que se expresan a veces renegando de la historia y de los símbolos religiosos, en los que se refleja la identidad y la cultura de la mayoría de los ciudadanos".
Así, explicó que la Iglesia ofrece a Cristo como "un antídoto a la decepción de otras propuestas fugaces y a un corazón carente de valores, que termina endureciéndose hasta el punto de no saber percibir ya el genuino sentido de la vida y el por qué de las cosas".
Benedicto XVI, que hoy cumple 84 años, recalcó también que la Iglesia vela por el derecho a la vida humana "desde su comienzo a su término natural" porque "la vida es sagrada y nadie puede disponer de ella arbitrariamente".
Se refirió además a la educación y abogó por que ésta integre los valores morales y religiosos según las convicciones de los padres, "como es su derecho", y, por ello, defendió que se incluya la enseñanza de la religión católica en todos los centros para quienes la elijan.
Por otro lado, el pontífice hizo hincapié en que la llegada de la nueva embajadora tiene lugar en una situación de gran dificultad económica en el ámbito mundial, que "atenaza también a España, con resultados verdaderamente preocupantes, sobre todo en el campo del desempleo".
A este respecto, el papa quiso destacar "la benemérita actuación que las instituciones católicas están llevando a cabo para acudir con presteza en ayuda de los más menesterosos".
María Jesús Figa, nacida en Barcelona en 1951, es la primera mujer que encabeza la legación diplomática española ante la Santa Sede y sustituye en su cargo a Francisco Vázquez, que concluyó su misión ante el Vaticano el pasado 14 de abril.
En su discurso, Figa puso de relieve que entre España y la Santa Sede existen lazos seculares y manifestó que "es evidente que buena parte de la identidad de la nación responde a sus raíces cristianas que siguen produciendo ejemplares frutos en lo individual y lo social".
Figa aseguró además que el Gobierno de España mantendrá su actitud de colaboración con la Iglesia católica en todos los terrenos que redunden en el beneficio de todos los ciudadanos y que estará siempre abierto a un diálogo positivo para resolver los problemas que puedan surgir ante los cambios de la sociedad.
Por su parte, Benedicto XVI aprovechó la audiencia de hoy para recordar sus recientes viajes a Santiago de Compostela, con motivo del Año Jubilar Compostelano, y Barcelona, donde consagró el templo de la Sagrada Familia, y su próximo viaje a Madrid, en agosto, para participar en la XXVI Jornada Mundial de la Juventud.
El pontífice expresó su deseo de que el encuentro en la capital española dé "abundantes frutos espirituales para la juventud y para España" y se refirió tanto a los esfuerzos de los organizadores del encuentro, como a la disponibilidad y cooperación del Gobierno y de las autoridades locales para la celebración.

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