sábado, 9 de abril de 2011

Surge la pequeña empresa en Cuba

LA HABANA.-Han pasado seis meses desde que el presidente Raúl Castro autorizó una modesta apertura económica en este país comunista, en la reforma más importante en décadas. Para el 8 de marzo se habían concedido más de 171.000 licencias comerciales, según la prensa estatal, más de dos tercios de las 250.000 que se avizoraron para el 2011.

Algunos de los cubanos que instalaron pequeñas empresas han tenido éxito. Otros dicen que las cosas son más duras de lo que habían previsto. Varios no sobrevivieron y debieron cerrar sus negocios.
Alguien comenzó a seguir en diciembre las fortunas de un grupo de personas que instalaron comercios en diciembre. Cuatro meses después, sus experiencias reflejan el alcance del gran experimento en que se embarcó Cuba, así como algunas de las vicisitudes crueles del mercado libre.
"Los cubanos son gente emprendedora, y si se les permite trabajar y ganar algún dinero, lo harán", comentó Lorenzo Pérez, ex economista del Fondo Monetario Internacional y miembro de la Asociación de Estudios de la Economía Cubana, un centro de investigaciones no partidista de Washington.
Pero acotó que las iniciativas de los pequeños empresarios enfrentan duros desafíos en un país donde poca gente tiene visión comercial, es difícil encontrar materiales y mercancías, los impuestos pueden ser exorbitantes y todavía hay varias regulaciones restrictivas.
"En todo el mundo, el porcentaje de pequeños comerciantes que salen adelante es muy pequeño, incluso en Estados Unidos", afirmó Pérez.
"En Cuba, las dificultades son enormes, porque el ambiente no es propicio para los negocios... Pero eso no significa que uno no puede hacerlo".
Han aparecido decenas de restaurantes, algunos extremadamente elegantes para una isla de once millones de habitantes en la que cuesta trabajo encontrar cosas básicas como mesas y sillas que hagan juego.
Quienes han solicitado licencias dicen que el proceso es rápido y sencillo. Los temores de que apareciesen inspectores gubernamentales ansiosos por cobrar sobornos para permitir el funcionamiento de un negocio resultaron infundados, al menos hasta ahora.
El gobierno, por su parte, dejó en suspenso sus planes de despedir a 500.000 empleados estatales, reconociendo que era una medida muy compleja, que tenía que ser manejada con mucho cuidado. Es previsible que se hagan anuncios al respecto en el Congreso del Partido Comunista que comienza el 16 de abril.
Los pequeños empresarios tropezaron con bastantes obstáculos.
Algunos economistas cubanos dicen que los cambios que ha habido podrían fracasar en parte porque los isleños no tienen suficiente dinero para mantener los nuevos comercios. Muchos, no obstante, reciben dinero del exterior y casi todos tienen algún negocito: o se roban artículos en sus sitios de trabajo o realizan algún oficio o labor por su cuenta.
Cuando se le pregunta de dónde sacan el dinero sus clientes, dicen:
"Hay gente que vive de su salario y de la pensión, pero siempre hay dinero que entra por otra vía",dicen.

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