martes, 10 de mayo de 2011

Ambicioso plan de acción para frenar la ruta transatlántica de la cocaína

PARÍS.- Países consumidores de cocaína nucleados en el G8, productores y de tránsito de América Latina y de África adoptaron este martes en París un ambicioso plan de acción para frenar la ruta transatlántica de la cocaína que incluye crear un fondo alimentado con haberes del narcotráfico.

"Afirmamos nuestra determinación a frenar el tráfico transatlántico de cocaína (...) que compromete el desarrollo económico, socava las instituciones democráticas y amenaza la estabilidad internacional", afirma la declaración de los 21 países y nueve organizaciones internacionales participantes en la reunión ministerial celebrada lunes y martes en París.
Los participantes en el encuentro "La ruta transatlántica de la cocaína", impulsado por Francia que este año preside el G-8, reafirmaron su apego al "principio de la responsabilidad compartida".
"La lucha debe ser absolutamente global. Debe interesar a los países productores, de tránsito y consumidores", sostuvo en la rueda de prensa final al anfitrión de la reunión, el ministro francés del Interior, Claude Gueant.
En el encuentro participaron ministros o embajadores de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón y Rusia, Colombia, México, Brasil, Bolivia, Perú, República Dominicana, España, Argelia, Marruecos, Senegal, Ghana, Nigeria y Sudáfrica.
Los participantes adoptaron un "plan de acción" que contempla intensificar la recolección de información y su explotación; aumentar las intercepciones marítimas mediante acuerdos bilaterales o regionales; mejorar la capacidad de reacción de los países concernidos mediante la formación de las fuerzas de seguridad; corregir debilidades en el aérea judicial y aumentar la coordinación entre los Estados y organizaciones internacionales en asistencia técnica.
Ese "plan de acción" será presentado a fines de mayo a los jefes de Estado y de Gobierno del G8 en Deauville (Francia).
"Hemos acordado facilitar la identificación de los haberes de los traficantes, acompañar a los países que todavía no están dotados de estructuras para confiscar dinero sucio y alentar a los Estados a reinvertir esos fondos", dijo Gueant refiriéndose a la propuesta lanzada el lunes por el presidente francés Nicolas Sarkozy.
Gueant aclaró no obstante que la "posible aplicación" de dicho fondo será examinada por la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito (ONUDC), cuyo responsable, Yury Fedotov, admitió que su aplicación "puede llevar tiempo".
España respaldó la creación de ese fondo igual que Colombia, uno de los mayores productores de cocaína del mundo que lo calificó de "muy buena señal" aunque reclamó que "la financiación tenga en cuenta la proporcionalidad que los diferentes países vienen invirtiendo en este esfuerzo", en palabras del ministro colombiano de Interior y Justicia, German Vargas Llera.
Su par de Defensa, Rodrigo Rivera hizo hincapié en que los países desarrollados deben luchar para reducir el consumo.
"Los gobiernos tienen que decir a la gente que la cocaína no tiene color blanco sino color rojo de sangre de miles de muertos en países como Colombia que pagaron un precio muy elevado", sostuvo Rivera.
La presidenta del Consejo Nacional de la Droga de República Dominicana, Mabel Feliz Baez, expresó sus "reservas" frente a la creación del fondo pues los Estados "tienen que adoptar sus legislaciones".
La responsable reclamó una "mayor reciprocidad en el intercambio de información".
Europa absorbe el 20% de la producción de cocaína de Sudamérica que anualmente produce unas 800 toneladas distribuida entre Colombia (410 toneladas anuales), Perú (300 toneladas) y Bolivia (110 toneladas), según estimaciones francesas.
Según la ONUDC el tráfico de cocaína genera 70.000 millones de dólares anuales entre Estados Unidos y Europa, región que en diez años cuadruplicó su volumen de negocios generado por la venta de esa droga.
Fedotov evitó precisar a qué atribuye ese incremento pero dijo que el 80% del consumo se concentra en Francia, Gran Bretaña, Alemania, Italia y España.
El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, redondeó bastante la situación en un encuentro con periodistas: "mientras haya demanda y siendo un producto tan rentable, siempre habrá gente que quiera producirla".

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