BRASILIA.- La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, y otros altos funcionarios de su gobierno expresaron hoy la disposición oficial de adoptar todas las medidas que sean necesarias para mantener la inflación bajo control.
Tema recurrente en sus últimas intervenciones, Rousseff formuló esas declaraciones, tras una reunión de trabajo con el presidente de Alemania, Christian Wulff, de visita oficial aquí para fortalecer los vínculos bilaterales en varios sectores.
"Brasil crece, se desarrolla e incluye decenas de millones de brasileños y brasileñas, pero tenemos también el compromiso de resistir las presiones inflacionarias, tanto las que vienen de afuera como las de nuestro propio país", apuntó la mandataria.
Señaló que los países desarrollados, con crecimiento aún débil y en proceso de salir de la crisis financiera internacional, han adoptado políticas monetarias extremadamente expansionistas, con evidentes efectos negativos sobre la inflación mundial.
Por su parte, el presidente del Banco Central Alexandre Tombini aseveró hoy en audiencia pública de la Cámara de Diputados que existen factores comunes que afectan la inflación mundial e indicó que las naciones emergentes son las más damnificadas por el aumento de precios de los alimentos, los que más pesan en la cesta de consumo.
Internamente, Tombini mencionó también factores internos como el incremento de la demanda, principalmente con la elevación de los precios de los servicios. Por eso, acotó, el Banco Central adoptó una política de combate a la inflación.
Por tal motivo, aseguró que en los próximos meses, el Indice de Precios al Consumidor Amplio (IPCA) debe comenzar a descender y subrayó que "estaremos caminando para el control de la inflación", la cual -sostuvo- concluirá 2011 dentro de la meta establecida, que varia de 2,5 a 6,5 por ciento, con media de 4,5 por ciento.
"Necesitamos tener garantías de que la inflación va a ir hacia el centro de la meta, pero controlarla no es una carrera de 100 metros. Es un esfuerzo prolongado", dijo.
El ministro de Hacienda Guido Mantega manifestó la firme disposición del gobierno de mantener las medidas para evitar la entrada excesiva de capital extranjero y la devaluación del dólar frente al real.
Tema recurrente en sus últimas intervenciones, Rousseff formuló esas declaraciones, tras una reunión de trabajo con el presidente de Alemania, Christian Wulff, de visita oficial aquí para fortalecer los vínculos bilaterales en varios sectores.
"Brasil crece, se desarrolla e incluye decenas de millones de brasileños y brasileñas, pero tenemos también el compromiso de resistir las presiones inflacionarias, tanto las que vienen de afuera como las de nuestro propio país", apuntó la mandataria.
Señaló que los países desarrollados, con crecimiento aún débil y en proceso de salir de la crisis financiera internacional, han adoptado políticas monetarias extremadamente expansionistas, con evidentes efectos negativos sobre la inflación mundial.
Por su parte, el presidente del Banco Central Alexandre Tombini aseveró hoy en audiencia pública de la Cámara de Diputados que existen factores comunes que afectan la inflación mundial e indicó que las naciones emergentes son las más damnificadas por el aumento de precios de los alimentos, los que más pesan en la cesta de consumo.
Internamente, Tombini mencionó también factores internos como el incremento de la demanda, principalmente con la elevación de los precios de los servicios. Por eso, acotó, el Banco Central adoptó una política de combate a la inflación.
Por tal motivo, aseguró que en los próximos meses, el Indice de Precios al Consumidor Amplio (IPCA) debe comenzar a descender y subrayó que "estaremos caminando para el control de la inflación", la cual -sostuvo- concluirá 2011 dentro de la meta establecida, que varia de 2,5 a 6,5 por ciento, con media de 4,5 por ciento.
"Necesitamos tener garantías de que la inflación va a ir hacia el centro de la meta, pero controlarla no es una carrera de 100 metros. Es un esfuerzo prolongado", dijo.
El ministro de Hacienda Guido Mantega manifestó la firme disposición del gobierno de mantener las medidas para evitar la entrada excesiva de capital extranjero y la devaluación del dólar frente al real.
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