martes, 24 de mayo de 2011

El movimiento de protesta español, un ejemplo para el mundo

MADRID.- "No tenemos referencia histórica de una sociedad sobreviviendo sin líder" y "si esto funciona, puede ser un referente": llenos de idealismo y alimentados por la energía creada en la red, el movimiento de protesta en España cree que puede ser un ejemplo para el mundo.
 
A cientos de integrantes del movimiento, acampados en la céntrica Puerta del Sol de Madrid, les ayudan muchos españoles también frustrados por la corrupción política, los recortes sociales y la mayor tasa de desempleo del mundo desarrollado.
Cuando el generador eléctrico del campamento se queda sin combustible, los movilizados tienen una respuesta instantánea a sus peticiones de avituallamiento en internet.
Y en pocas horas pueden devolver la electricidad a la cocina, enfermería, centro de prensa y otros puntos de organización.
"Siempre hay alguien dispuesto a traer lo que haga falta. Comida, crema solar, material de construcción, nunca ha habido falta de comida", explica una de los portavoces, Blanca, estudiante de periodismo de 22 años que no quiere dar su apellido.
La organización logística es fácil: los activistas listan sus necesidades a mano en paneles de cartón pero también en blogs, Facebook y Twitter.
Como respuesta, una marea de material ha permitido al campamento crecer: eran un puñado de tiendas el 15 de mayo, el día en que empezaron las protestas, y hoy es un verdadero campamento urbano, un "microcosmos" bajo las lonas de plástico azules que cubren buena parte de la plaza, como un mercado árabe.
Las tiendas incluyen tres cantinas que sirven tres comidas diarias, una zona de lectura con sofás y una área que ofrece masajes reiki a los voluntarios que trabajan allí, entre otras cosas.
De los altavoces salen llamadas a voluntarios para que barran o acudan a echar una mano a la cocina. Conciertos espontáneos y obras de teatro puntúan las protestas, especialmente por la noche.
El comité de infraestructura incluso ha instalado dos paneles solares el lunes para suministrar electricidad y su objetivo es usar sólo energías renovables.
La protesta coincidió con las elecciones municipales y autonómicas del domingo en España, que infligieron una dura derrota al Partido Socialista de José Luis Rodríguez Zapatero. Pero en la Puerta del Sol decidieron en asamblea general seguir las protestas de Madrid al menos otra semana y después decidir en otro voto.
"Es difícil construir infraestructura cuando no sabemos cuánto tiempo vamos a estar aquí. Intentamos sacar el mejor partido del material que tenemos", explica Jorge Sesma, de 20 años, mientras construye una mesa para la cantina.
Los integrantes de las protestas se describen a sí mismos como "los indignados" y son conocidos como el movimiento M-15, en referencia al 15 de mayo, día en que empezaron las protestas, 'Spanish Revolution' y 'Democracia Real Ya'.
Las decisiones sobre todo, ya sea logística como estrategia, se toman en asambleas en las que los participantes votan propuestas. Se necesita unanimidad para adoptarlas.
Los acampados esperan que la miniciudad de Madrid y otras instaladas en varias ciudades españolas sirvan de modelos de la democracia participativa que les gustaría conseguir.
Pero conforme pasa el tiempo, su deseo de unanimidad ha servido para subrayar objetivos diferentes y a veces contradictorios, como este martes, en que muchas propuestas cayeron porque al menos una personas se oponía. Los llamamientos a respetar las opiniones de todos son cada vez más frecuentes.
"Llevamos ocho días y está funcionando perfectamente. No hay líder. No tenemos referencia histórica de una sociedad sobreviviendo sin líder. Es arriesgado, pero si esto funciona, puede ser un referente", asegura Blanca.

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