SEÚL.- El Indice de Precios al Consumidor (IPC) de Corea del Sur registró un alza interanual de 4.2 por ciento en abril, cuarto mes consecutivo que supera el tope de cuatro por ciento fijado por el Banco Central.
Aunque menor al incremento de marzo, que fue de 4.7 por ciento, ese balance se considera relativamente alto y aumenta las preocupaciones en torno a la inflación y su efecto en la recuperación económica del país.
Según informó hoy la Agencia de Estadísticas, los precios de los alimentos frescos subieron 7.7 por ciento y encabezaron el ascenso, mientras los productos manufacturados lo hicieron en 5.7 por ciento, influidos por los costos del petróleo.
El último factor, que se repite con otros productos básicos, incide en las presiones inflacionarias porque el país depende mucho de sus importaciones de esos recursos para satisfacer las necesidades de la economía nacional.
Las autoridades surcoreanas se propusieron mantener el alza de los precios en torno al tres por ciento para este año, pero la meta se considera difícil de alcanzar por las referidas razones.
A esa situación se suma el incremento en los precios de los alimentos en el mercado internacional y un brote de fiebre aftosa detectado en noviembre pasado que obligó a sacrificar más de tres millones 470 mil animales, con pérdidas estimadas en dos mil 770 millones de dólares.
Respecto a marzo, los precios al consumidor se mantuvieron intactos.
La baja interanual en el IPC respecto a marzo se registró luego de la aplicación de medidas con ese fin, incluidos recortes en los impuestos a las importaciones, liberación de reservas de productos y un reforzado combate contra la alteración de precios en el sector empresarial.
El gobierno se fijó para este año un crecimiento económico de cinco de alrededor del cinco por ciento, meta amenazada por las crecientes presiones inflacionarias, según se reconoce.
La víspera se informó que las autoridades estudian una revisión a la baja de ese pronóstico por los mencionados factores.
Aunque menor al incremento de marzo, que fue de 4.7 por ciento, ese balance se considera relativamente alto y aumenta las preocupaciones en torno a la inflación y su efecto en la recuperación económica del país.
Según informó hoy la Agencia de Estadísticas, los precios de los alimentos frescos subieron 7.7 por ciento y encabezaron el ascenso, mientras los productos manufacturados lo hicieron en 5.7 por ciento, influidos por los costos del petróleo.
El último factor, que se repite con otros productos básicos, incide en las presiones inflacionarias porque el país depende mucho de sus importaciones de esos recursos para satisfacer las necesidades de la economía nacional.
Las autoridades surcoreanas se propusieron mantener el alza de los precios en torno al tres por ciento para este año, pero la meta se considera difícil de alcanzar por las referidas razones.
A esa situación se suma el incremento en los precios de los alimentos en el mercado internacional y un brote de fiebre aftosa detectado en noviembre pasado que obligó a sacrificar más de tres millones 470 mil animales, con pérdidas estimadas en dos mil 770 millones de dólares.
Respecto a marzo, los precios al consumidor se mantuvieron intactos.
La baja interanual en el IPC respecto a marzo se registró luego de la aplicación de medidas con ese fin, incluidos recortes en los impuestos a las importaciones, liberación de reservas de productos y un reforzado combate contra la alteración de precios en el sector empresarial.
El gobierno se fijó para este año un crecimiento económico de cinco de alrededor del cinco por ciento, meta amenazada por las crecientes presiones inflacionarias, según se reconoce.
La víspera se informó que las autoridades estudian una revisión a la baja de ese pronóstico por los mencionados factores.
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