sábado, 28 de mayo de 2011

Siete países del G-8 cierran filas en la cumbre de Deauville

PARÍS.- Los siete países más industrializados del mundo cerraron filas en posturas económicas y políticas, mientras que el octavo integrante del G8, Rusia, intentó armonizar intereses para evitar el aislamiento en la cumbre de Deauville, Francia.

  En varios puntos se hizo evidente la ausencia de arreglos de coincidencia plena, pero los observadores notaron la proyección del mandatario ruso, Dmitri Medvédev, de trabajar en los aspectos que acercan a Moscú con el formato G7.

Al final, lo que hemos vivido en Deauville -hermoso balneario del lujo en Normandía- es una historia maquillada y mediática, porque los verdaderos actores hoy en el mundo son Estados Unidos y el gran ausente, China, opinó un politólogo francés.

La mayor discrepancia en las conversaciones de dos días aquí tuvo que ver con Libia. Los presidentes Barack Obama (Estados Unidos) y Nicolás Sarkozy (Francia) lanzaron duras críticas a Muamar el Gadafi y advirtieron que llevarán a término su salida del poder.

Gadafi ha perdido toda legitimidad y debe irse, repitieron Obama y Sarkozy de forma paralela.

Ante el rechazo de Rusia a los ataques de la OTAN a Libia, el G8 le pidió a Moscú actuar como mediador en la nación árabe, según Natalya Timakova, vocera de Medvédev, hecho sin detalles ni repercusiones en Deauville.

Los precios de las materias primas fueron señalados como el principal obstáculo a la recuperación global de la economía.

"La recuperación global está ganando fuerza y se está volviendo más auto-sostenida. Sin embargo, continúan los riesgos bajistas, y los desequilibrios internos y externos aún son una preocupación", concluyó un comunicado de la cita cimera.

Acordamos seguir en la acción para mejorar la sustentabilidad de las finanzas públicas, fortalecer la recuperación y fomentar el empleo, reducir riesgos y asegurar un crecimiento sólido y balanceado, incluyendo reformas estructurales, puntualizó el documento.

Otro aspecto relevante en las reuniones de los dignatarios de Gran Bretaña, Alemania, Italia, Canadá y Japón, además de los antes mencionados, fue la promesa de ayuda con más de 20 mil millones de dólares a Egipto y Túnez.

Empero, ante el colosal despliegue de seguridad en la elitista pequeña urbe francesa, la ONG Oxfam auspició frente a la Torre Eiffel una versión burlesca del encuentro de Deauville para recordar la crisis alimentaria internacional.

Los participantes, disfrazados a la usanza de la época de María Antonieta aunque con los rostros de los mandatarios del G8, subrayaron la frase de la reina decapitada cuando dijo que si los campesinos no tenían pan, deberían comer pasteles.

En el mismo sentido se pronunció Médicos Sin Fronteras (MSF), que solicitó a los integrantes del G8 facilitar el acceso a los alimentos alta calidad nutricional a los niños más vulnerables del planeta, para reducir la mortalidad infantil en dos tercios.

"Fuera G8", "Mueran los ladrones", eran algunas de las consignas que podían verse en otra manifestación en París, antes de que la policía arrestara a unas 80 personas en razón de "desmanes públicos y alteración del orden".

Le Havre, la ciudad más cercana posible a Deauville para las protestas por restricciones de 12 mil agentes del orden, fue escenario también del repudio de ONGs al G8, al que acusaron de incumplir sus promesas de ayuda al Tercer Mundo.

En la Declaración Final de Deauville, se dio un fuerte pronunciamiento acerca del acontecer actual en Siria, con la amenaza de sanciones en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario