martes, 24 de mayo de 2011

Las discrepancias en la Fed marcan la política monetaria de EE UU

WASHINGTON.- Luego transitar casi la mitad del año con problemas económicos, las autoridades de la Reserva Federal (Fed) estadounidense parecen divididas sobre la orientación a dar a su política monetaria.

  La Fed bajó su tasa directriz a casi cero en diciembre de 2008 y su Comité de Política Monetaria (FOMC) estima que las difíciles condiciones económicas justifican seguir manteniéndose en un nivel extremadamente bajo.

La Reserva Federal intentó así dejar a un lado la decisión sobre su índice para concentrarse sobre la continuación de su apoyo a la economía y el modo en que va a retirar los centenares de miles de millones de dólares movilizados para favorecer el crédito y la liquidez.

Sin embargo, Thomás Hoenig, presidente de la Fed de Kansas City, una de las 12 antenas regionales del banco central, defendió la semana pasada la idea de una rápida suba de la tasa directriz, juzgando que la economía había mejorado algo en los últimos meses.

En virtud de la rotación entre los dirigentes de las Fed regionales, Hoenig será en 2011 uno de los miembros con derecho a voto en el FOMC.

Su homólogo de St. Louis (Missouri, centro), James Bullard, que también votará en 2011 en el FOMC, dijo la víspera que la desviación entre la producción efectiva y la potencial es muy fuerte a causa de la gravedad de la situación económica.

Los riesgos de una inflación grave a mediano plazo están bastante cerca, añadió, afirmando implícitamente su preferencia por que la tasa suba rápidamente.

Las declaraciones de Bullard van directamente en contra de la línea expresada desde hace varios meses por el FOMC, según la cual la considerable subutilización de la capacidad de producción debería generar una inflación modesta durante un tiempo.

Posición compartida por el vicepresidente de la Fed, Donald Kohn, quien declaró recientemente que "la proyección de un incremento de la demanda solamente progresivo y de una inflación contenida implican" que el mantenimiento de la producción y de la inflación a un nivel inferior a los objetivos de la Fed "son susceptibles de durar durante cierto tiempo".

A fines de abril Charles Plosser (Fed de Filadelfia, Pensilvania) estimó que la Reserva podría elevar su tasa en forma rápida, con el fin de evitar una reiteración de la gran inflación de los años 1970.

Jeffrey Lacker (Fed de Richmond, Virginia), Charles Evans (Chicago, Illinois) y Kevin Warsh, uno de los cinco gobernadores de la Fed, hicieron declaraciones similares estas últimas semanas.

Evans dio a entender incluso que la FED posiblemente eleve su tasa antes de que el desempleo empiece a bajar.

Al contrario, el presidente de la Fed, Ben Bernanke, dijo este fin de semana que no tenía prisa por elevar la tasa directriz.

El vicepresidente del FOMC, William Dudley, llegó a hablar de serios riesgos de inflación demasiado fuertes para los próximos dos años.

Criticando a los miembros del Congreso que piden a la Fed que eleve la tasa con el fin de detener la caída del dólar, el premio Nobel de Economía 2008, Paul Krugman, se enfureció la semana pasada con los banqueros centrales que hablaron de un abandono del índice cero.

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