lunes, 30 de mayo de 2011

Lagarde inicia en Brasil su campaña para buscar apoyos a su candidatura a la dirección del FMI

BRASILIA.- La ministra de Economía de Francia, Christine Lagarde, ha iniciado este lunes en Brasil su campaña para buscar apoyos a su candidatura a la dirección del Fondo Monetario Internacional (FMI), con el objetivo de obtener el respaldo de una de las potencias emergentes más influyentes.

   El respaldo de Brasil, que parece probable, podría ayudar a inclinar la balanza a favor de Lagarde entre los países en desarrollo, además de suavizar el descontento con la vieja tradición de que un europeo tiene que liderar el FMI.
   La visita de Lagarde a Brasilia es la primera escala de una gira que también la llevará a India, China, Rusia y Arabia Saudí, en la que intentará lograr el apoyo de estas economías frente a la candidatura del otro candidato declarado, el gobernador del banco central mexicano Agustín Carstens.
   "He venido aquí, obviamente, para explicar mi candidatura (...) y además para escuchar lo que las autoridades brasileñas esperan del fondo y de su director gerente", aseguró Lagarde a su llegada.
   El ministro de Hacienda de Brasil, Guido Mantega, dijo este mes que el próximo jefe del FMI debería ser elegido por sus méritos más que por su nacionalidad y señaló que el aumento de la influencia de los países emergentes debía ser reconocido.
   Brasil oficialmente no ha expresado su apoyo a ningún candidato, pero distintos funcionarios han dicho en privado que el Gobierno de Dilma Rousseff respaldaría a Lagarde, siempre y cuando avale reformas que den a las economías emergentes más influencia en la toma de decisiones del FMI.
   Las autoridades brasileñas afirman que Lagarde tendría más influencia para lograr cambios en el fondo que Carstens, que llega a Brasil el miércoles para promover su candidatura.
   Durante su visita, la ministra francesa almorzará con Mantega y se reunirá con el presidente del Banco Central, Alexandre Tombini, pero no está previsto que se reúna con Rousseff.
   Tras la renuncia de Dominique Strauss-Kahn al verse involucrado en un escándalo sexual, los países emergentes reclamaron que se ponga fin a la tradición de que un europeo presida el organismo. Sin embargo, los países europeos han cerrado filas tras Lagarde, argumentando que es crucial que alguien de ese continente lidere el FMI en momentos en que el organismo trabaja para resolver la crisis de deuda de la zona euro.

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