martes, 10 de mayo de 2011

El BCE tacha de "suicidio político" la reestructuración de la deuda de un país

FRANCFORT.- La opción de reestructurar la deuda soberana de un estado representa un evento económico y social "dramático" para el país que la experimenta que podría llegar a calificarse de "suicidio político", según Lorenzo Bini Smaghi, miembro del Consejo Ejecutivo del Banco Central Europeo.

   "El impago o la reestructuración de la deuda supone un evento económico y social dramático para el que lo experimenta, que yo calificaría de suicidio político, y que arrastra a muchos a la pobreza, como la experiencia ha demostrado", afirmó el ejecutivo italiano del BCE en una conferencia pronunciada en Florencia.
   En su discurso, Bini Smaghi alertó contra la "ilusión cada vez más extendida entre los legisladores europeos" de que la gobernanza económica de la eurozona se puede fortalecer delegando en los mercados fianncieros la selección de las políticas adecuadas, especialmente en materia presupuestaria, en vez de incrementando las responsabilidades de las instituciones.  
   Asimismo, el miembro del BCE consideró "un error" establecer condiciones explícitas para que países y empresas que no puedan hacer frente al servicio de su deuda puedan reestructurar sus obligaciones con la excusa "razonable y justa a primera vista" de que los inversores soporten las consecuencias de sus decisiones.
   "Es un error, no sólo en teoría, sino en la práctica", defendió Bini Smaghi, quien argumentó que la experiencia ha demostrado que la valoración de la solvencia de los países por parte de los mercados suele ser "errónea", aparte de que los mercados a veces cuentan con "incentivos perversos", especialmente en el caso de grandes inversores que han adquirido seguros contra impago (CDS), a menudo sin tener el valor asegurado, lo que les proporcionaría grandes beneficios en caso de 'default'.
   Así, Bini Smaghi, que podría perder su asiento en el Consejo Ejecutivo del BCE en favor de un candidato galo si finalmente Mario Draghi resulta elegido como sucesor de Jean Claude Trichet en la presidencia del BCE, advirtió de que dejar absolutamente en manos de los mercados determinar qué países son solventes o no colocaría al euro en "desventaja" respecto al resto de divisas.
   Desde que a mediados de octubre la idea de que los inversores privados participen en los posibles programas de asistencia a los países en dificultades fue planteada en círculos políticos algunos segmentos de los mercados de la eurozona han registrado severas presiones, lastrando la competitividad del euro, señaló el ejecutivo italiano.
   En este sentido, Bini Smaghi propuso que los líderes políticos asuman la responsabilidad de fortalecer el marco de gobernanza económico de la zona euro mediante una amplia reforma de las políticas presupuestarias, con un mayor grado de automatismo y compromiso en el cumplimiento del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, así como en la puesta en marcha del mercado único y una mayor integración de las instituciones reguladoras y supervisoras del sector financiero.

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