LISBOA.- Portugal ha empezado a recibir los primeros fondos de Bruselas y el Fondo Monetario Internacional (FMI), en medio de una campaña electoral centrada en las acusaciones sobre las causas y los efectos del rescate financiero.
La ayuda externa a la que acabó por recurrir Portugal el pasado mes de abril pasado comenzó a concretarse esta semana con el envío de 6.100 millones de euros aportados por el FMI y está prevista la recepción de otros 6.500 millones de euros entre el 31 de mayo y el 1 de junio.
Estos 12.600 millones de euros, que representan el 16 por ciento de los 78.000 millones que recibirá el país en los próximos tres años, suponen un alivio para las cuentas de Portugal, que afronta en junio diversos compromisos financieros muy difíciles de cumplir sin ese dinero.
La recepción de los fondos, sin embargo, ha pasado casi desapercibida en el país, con la política electoral en pleno apogeo y los partidos centrados en actos de calle para ganar votantes.
Durante las cinco primeras jornadas de campaña, el debate se ha centrado en el rescate financiero y las responsabilidades que lo hicieron inevitable, tema habitual de los mítines de socialistas, socialdemócratas y democristianos, los partidos más fuertes de Portugal.
En el caso de las dos organizaciones marxistas con presencia en el Parlamento luso, comunistas y Bloque de Izquierda que rechazan de manera frontal el programa acordado con Bruselas y el FMI, el protagonismo electoral del rescate es por la austeridad y los sacrificios que supone para los portugueses.
El empate técnico que arrojan las encuestas entre el líder del Partido Socialista (PS) y primer ministro en funciones, José Sócrates, y el candidato del Partido Social Demócrata (PSD, centro derecha), Pedro Passos Coelho, ha incrementado sus respectivos esfuerzos para pelear cada voto.
De confirmarse el apoyo de ambos partidos en poco más del 30 % del electorado, la llave para formar Gobierno puede quedar en manos de los demócrata-cristianos del CDS-PP, que ha pactado en otras ocasiones con el PSD y se asoció con él en los últimos comicios municipales, celebrados en 2009.
Al margen de la cuestión del rescate, las acusaciones y las polémicas, más que el debate político o las diferencias de programa, reinan en la campaña lusa.
El choque más reciente entre Sócrates y Passos Coelho se produjo hoy mismo a raíz de unas declaraciones del aspirante conservador, que se mostró favorable a que la ley de despenalización del aborto aprobada hace tres años sea analizada de nuevo porque va "demasiado lejos".
El rifirrafe político ha tocado también, sin dejar nada en claro, cuestiones económicas como la posibilidad de alterar el IVA o la rebaja de las cotizaciones empresariales a la Seguridad Social.
En el único debate entre Sócrates y Passos Coelho, celebrado el pasado viernes ante las cámaras de televisión, el socialdemócrata acusó al primer ministro de hundir al país con su mala gestión y fue censurado, a su vez, por forzar el rescate financiero con su decisión de rechazar el cuarto plan de ajuste del Ejecutivo.
Ambos argumentos no han parado de repetirse desde entonces en las campañas de los dos principales líderes políticos, cuyos hipotéticos gobiernos tendrán poco margen de gestión fuera de las condiciones acordadas con Bruselas y el FMI para merecer la ayuda financiera.
En los próximos tres años Portugal debe racionalizar servicios, acometer reformas estructurales y reducir el gasto público para seguir recibiendo la asistencia internacional.
A pesar de la llegada del primer dinero procedente del rescate, Portugal no renuncia a seguir sacando fondos en el mercado y va a hacer una nueva emisión de deuda pública el próximo miércoles de 750 a 1.000 millones de euros en títulos a cuatro meses.
El Tesoro luso confirmó, además, que ha procedido a un cambio en su programación de emisiones en este segundo trimestre, "privilegiando" las subastas de títulos a corto plazo por "el comportamiento reciente de los mercados", en una medida encaminada a lograr liquidez a un interés más bajo.
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