martes, 10 de mayo de 2011

El G-8 se plantea una hoja de ruta para luchar contra el tráfico de cocaína


PARÍS.- El G-8 inició hoy en París una reunión dedicada a diseñar una hoja de ruta para combatir el tráfico transatlántico de cocaína, que se espera que en un futuro se pueda extrapolar a la lucha contra otro tipo de estupefacientes.

El ministro francés del Interior, Claude Guéant, inauguró la sesión alertando sobre el efecto desestabilizador que el tráfico de cocaína tiene sobre los países y sus poblaciones, y sobre la diversificación de los métodos de transporte y sus rutas en los últimos años.
Ministros del Interior, de Justicia y de Exteriores de las naciones del G-8 y de otros catorce países invitados, así como directivos de organismos con responsabilidad en la materia, como la Organización de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), Interpol o el Banco Mundial fueron algunos de los representantes en el encuentro.
Para el director ejecutivo de la ONUDD, Yuri Fedotov, "las salidas de la cocaína en Europa nos llevan en la actualidad a considerar ese problema de la misma manera que el de la heroína en Afganistán: como una amenaza global".
Y ante ese escenario, "es necesario un seguimiento detallado de las tendencias y un análisis regular de los riesgos para garantizar la concepción y la aplicación, lo antes posible, de políticas eficaces de prevención y prohibición".
Para tal fin se han organizado en esta conferencia ministerial tres seminarios temáticos, centrados en la organización de las redes criminales, la mejora del intercambio de información y de la cooperación policial, judicial, aduanera y marítima, y las rutas del narcotráfico y las perspectivas de futuro.
"Luchar contra esta plaga del siglo XXI requiere recursos importantes, y en esta época de crisis económica, no son ilimitados", destacó el representante de la ONUDD, que apeló para ello a métodos innovadores.
En esa línea se inscribe la propuesta adelantada ayer en la inauguración de la cumbre por el presidente galo, Nicolas Sarkozy, de crear un fondo internacional alimentado en parte por los bienes requisados a los narcotraficantes.
"El simbolismo de ese fondo sería fuerte, porque permitiría golpear a los narcotraficantes utilizando sus propios bienes y recursos", subrayó consciente de que "algunos países no están a favor de tal opción".
"Deseo sin embargo que podamos reflexionar colectivamente la manera de adecuar los medios de los servicios encargados de mejorar la lucha contra los grupos criminales transnacionales", indicó Fedotov, que espera del plan de acción que salga del encuentro de hoy "un enfoque global, concertado y coherente".
Según los últimos datos de esa organización, el tráfico internacional de cocaína ha experimentado "grandes cambios en la última década", que han "reequilibrado" el mercado europeo con el estadounidense.
Actualmente el valor de ese mercado en Europa se estima en 33.000 millones de dólares frente a los 37.000 del estadounidense, mientras que a nivel mundial los beneficios ilícitos equivalían en 2009 a 84.000 millones de dólares, cuantía similar al producto interior bruto de numerosos países en vías de desarrollo.
Las consecuencias de ese tráfico, según Fedotov, son palpables sobre la gobernanza de los países de origen y tránsito, al favorecer la corrupción, la violencia armada y el flujo de capitales ilícitos, y su respuesta debe conducir a un pacto político concertado en ambos lados del Atlántico", cuyas conclusiones serán presentadas al término esta tarde de la conferencia.

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