lunes, 23 de mayo de 2011

Fitch rebaja de 'estable' a 'negativa' la perspectiva de Bélgica por las consecuencias de la crisis política

LONDRES.- La agencia de calificación crediticia Fitch Ratings ha revisado de la perspectiva de la calificación crediticia de la deuda de Bélgica a largo plazo, actualmente en 'AA+', desde 'estable' hasta 'negativa', ante las preocupaciones por el hecho de que la crisis política del país pueda afectar a las reformas necesarias y a la consolidación fiscal, según informó en un comunicado. 

   "La perspectiva negativa refleja las preocupaciones de Fitch sobre el ritmo de las reformas estructurales en los próximos años y la capacidad de acelerar la consolidación fiscal sin que se haya resuelto su crisis constitucional", aseguró el director del grupo de deuda soberana de Fitch, Douglas Renwick.
   Asimismo, Renwick señala que, pese a la actual disputa política que existe en el país, la gestión fiscal en el día a día ha seguido siendo "fuerte", lo que mantiene a Bélgica en una calificación crediticia de alto grado.
   En opinión de Fitch, sin un acuerdo político sobre la reforma constitucional será difícil lograr un presupuesto equilibrado en algunas administraciones públicas, como recoge el Programa de Estabilidad de Bélgica.
   Para ello, ve necesario alcanzar superávit presupuestario en gobiernos de menor nivel y una reforma significativa de la seguridad social, temas que es probable provoquen un enfrentamiento entre las diferentes comunidades lingüísticas. Además, una reducción sostenida de la deuda requerirá una reforma fiscal, así como disciplina en los próximos años, y para ello tiene que haber una nuevo gobierno con un mandato fresco.
   Asimismo, avisa de que el riesgo político es mayor en Bélgica que en otros países de la zona euro, dados los conflictos sobre la futura estructura del país, aunque no cree que suponga una amenaza para el comportamiento fiscal este año, en el que se prevé un déficit del 3,6% del PIB.
   En cambio, el elevado nivel de deuda pública (96,6% del PIB en 2010) deja poca capacidad al Gobierno para lidiar con futuros shocks. "Esto hace que el rating sea sensible a los riesgos que afectan a los objetivos fiscales en el medio plazo, que Fitch considera significativos. Una desviación respecto a los objetivos de déficit oficiales resultaría probablemente en una rebaja", explica.
   Al mismo tiempo, señala otros factores que podrían afectar al crecimiento en el largo plazo, como la rigidez del mercado laboral, la necesidad de una regulación del mercado de productos o un sistema bancario que ha sido duramente golpeado por la crisis y que ha necesitado un gran apoyo estatal.

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