lunes, 2 de mayo de 2011

Merkel pedirá contrapartidas por el "contubernio de Roma"

BERLÍN.- La canciller Angela Merkel se ha tragado el sapo del "contubernio de Roma". El anuncio unilateral de Nicolas Sarkozy y Silvio Berlusconi, el martes pasado en Roma, apoyando sin consultas previas con los demás socios de la UE, la candidatura del gobernador del Banco de Italia, Mario Draghi, para la presidencia del Banco Central Europeo (BCE), ya es imparable. El actual presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, dejará el cargo en octubre. Con otros socios como España y Luxemburgo apoyando esta pequeña venganza, Merkel no puede oponerse a ella, sin arriesgarse a profundizar su imagen de gendarme de la eurocrisis. Sólo le queda pedir contrapartidas. Y en eso estamos, según 'La Vanguardia', de Barcelona.

A cambio del gol que le han metido, Merkel quiere colocar a dos alemanes en puestos claves para la dirección del euro; el viceministro de finanzas Jörg Asmusen al frente del Comité Económico y Financiero de la UE, y al nuevo presidente del Bundesbank, Jens Wiedmann, como presidente del Consejo de Estabilidad Financiera, informa en su edición de hoy el semanario Der Spiegel. Ambos son notorios neoliberales. Además, Merkel apretará los tornillos a Sarkozy, Berlusconi y los demás, en los muchos cabos sueltos que quedan por definir en el mecanismo de estabilización europeo que se creará en junio.
Der Spiegel habla de este asunto como de un "premio de consolación" ante la patada recibida, una muestra más de que todos, y no sólo Alemania, van a la suya en esta Europa en crisis, lo que contrasta mucho con la gravedad de la situación, que requeriría otras actitudes. Que Merkel ha puesto al mal tiempo buena cara, lo reveló el viernes el Bild Zeitung, un órgano de la corte alemana, quien en una curiosa pirueta informativa presentó al italiano Draghi como "el más alemán de los candidatos a presidir el BCE", loando sus presuntas virtudes germánicas, y presentándolo ataviado con un casco prusiano.
Hace un año el mismo diario, que ha tenido un papel principal en la campaña nacional de transformar el crack financiero neoliberal pagado por todos los contribuyentes en un problema de deuda europea causado por meridionales manirrotos, ridiculizaba la idea de poner a un italiano al frente del BCE. 
¿Cómo iba a dejarse el euro en manos de alguien de un país como Italia, que tuvo aquella moneda, la lira, tan llena de ceros?, decía. Bien, ahora resulta que Draghi es "casi un alemán". El asunto sería hasta chistoso, sino fuera porque confirma el bajo nivel de la clase política que gestiona la crisis europea mas seria desde la creación de la UE.

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