lunes, 20 de junio de 2011

Italia prepara un nuevo plan de ajustes por la presión de los mercados

ROMA.- Italia prepara un nuevo plan de ajustes para equilibrar su deuda pública en el 2014 tras la rebaja de su calificación por las agencias internacionales, lo que no será fácil debido a las tensiones políticas entre la coalición de gobierno de Silvio Berlusconi por las derrotas electorales.

La agencia estadounidense Moody's a anunció  ya que va a revisar el índice de solvencia de Italia a raíz de sus dudas sobre la capacidad del gobierno de derecha de reducir el déficit público, lo que pesa sobre el crecimiento.
La decisión fue tomada un mes después de que la agencia Standard and Poor's anunciara la misma medida.
La nota de Moody's cayó como una ducha fría este lunes en la Bolsa de Milán sobre todo después de que las autoridades europeas no logran ponerse de acuerdo sobre el plan de rescate para Grecia.
Italia se encuentra bajo observación permanente ya que la deuda pública es una de las más altas del mundo (cerca 120% del PIB).
Hasta el momento se había salvado porque el déficit público es más bajo del de otros países europeos.
El presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, advirtió el sábado de que Italia podría ser afectada gravemente por la propagación de la crisis causada por la deuda en Europa.
La amenaza de Moody's fue lanzada pocos días antes de que el Gobierno presente a finales de junio un plan de ajuste de 40.000 millones de euros, como exige Bruselas, para poder alcanzar el objetivo de déficit cero en 2014.
Con un crecimiento económico casi nulo (0,1% en el primer trimestre), el esfuerzo será mayor que el exigido el año pasado con el impopular plan de austeridad de 25.000 millones adoptado para 2011-2012.
Entre las medidas que el Gobierno estudia figura el aumento de la edad de jubilación de la mujeres en la empresa privada, congelar los salarios de los funcionarios, reducir los gastos del Estado, en particular en el campo de la salud en algunas regiones.
La tarea del ministro de Economía, Giulio Tremonti, ferviente defensor del rigor, no será fácil.
"El contexto no podría ser más difícil", comentó Marco Valli, economista del Banco Unicredit.
Las tensiones dentro de la coalición de gobierno de derecha reinan sobre todo después de las recientes y humillantes derrotas electorales en las elecciones municipales y en los referendos sobre el regreso a la energía nuclear, la privatización del agua y la inmunidad penal para Berlusconi.
Para recuperar su popularidad perdida, Silvio Berlusconi y su mayor aliado, la populista Liga Norte, presionan a Tremonti, cercano a la Liga, para que baje los impuestos.
"La gente es más importante que los mercados", clamó el domingo el controvertido líder de la Liga Norte, Umberto Bossi, quien amenazó con retirar su apoyo al gobierno de Berlusconi si no se respetan sus exigencias.
Tremonti develó la semana pasada su plan de reforma fiscal, que prevé entre otras una reducción de impuestos.

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