domingo, 19 de junio de 2011

Europa prepara un balón de oxígeno financiero para Grecia

LUXEMBURGO.- Europa estudiaba este domingo dar un balón de oxígeno a Grecia para que enfrente sus necesidades financieras inmediatas, mientras sigue preparando un plan de rescate a largo plazo que tranquilice a los mercados, temerosos de los efectos de una bancarrota en la zona euro.

Reunidos en Luxemburgo, los ministros de Finanzas de la Eurozona evaluaban desbloquear la próxima partida de préstamos prevista en el primer rescate de 110.000 millones de euros prometido en 2010 a Atenas por parte de la unión monetaria y del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Unos 12.000 millones de euros podrían ser abonados próximamente para evitar la bancarrota del país, siempre y cuando Atenas garantice la puesta en marcha de un plan de austeridad adicional, muy impopular en el país.
Una de las opciones sobre la mesa es que Europa y el FMI abonen casi la mitad de la partida prevista, "algo menos de 6.000 millones de euros, de aquí a principios de julio", avanzó el ministro belga de Finanzas, Didier Reynders, al llegar a la reunión de dos días en Luxemburgo.
Ningún acuerdo es esperado al menos hasta el lunes, según el jefe de fila de los titulares de Finanzas de la Eurozona, Jean-Claude Juncker.
El ministro alemán, Wolfgang Schäuble, recordó que los europeos están a la espera de que Atenas saque adelante el nuevo plan de ajustes, cuya votación en el Parlamento está prevista a fines de mes.
"Europa aportará su contribución" cuando Grecia reúna todas las condiciones exigidas, previno el alemán, algo que su par griego, Evangelos Venizelos, prometió que el ejecutivo hará.
"Reafirmo el firme compromiso del gobierno y la voluntad del pueblo para poner en marcha el programa" de austeridad, dijo el flamante ministro, mientras su jefe de gobierno, Giorgos Papandreou, pedía la confianza del Parlamento tras la remodelación ministerial que debió realizar esta semana como consecuencia de la crisis.
De todas formas, el desbloqueo de la próxima partida de préstamos sólo dará un respiro temporal a Grecia, hasta septiembre.
Con una deuda equivalente al 150% de su PIB y una economía que no levanta cabeza, Atenas necesita imperativamente un segundo rescate internacional a largo plazo que podría ver la luz a mediados del mes que viene.
La ayuda podría ascender a 100.000 millones de euros y esta vez no sólo contaría con préstamos de los países de la zona euro y del FMI, sino también con la suma obtenida de las privatizaciones programadas en Grecia y la participación de los acreedores privados.
Alemania exige la implicación de los tenedores privados de deuda griega para evitar volver a cargar exclusivamente en el contribuyente el coste de salvar a un país socio en la unión monetaria.
Después de varios días de intensas divisiones, Berlín cedió empero el viernes al deseo del Banco Central Europeo (BCE): contribución del sector privado sí, pero sobre una base voluntaria.
Para el BCE, imponer la participación de los bancos como sugería el gobierno alemán podría asemejarse a una suspensión de pagos de Grecia, con consecuencias imprevisibles para el conjunto de la zona euro, debilitada también por los problemas de deuda de otros países como Irlanda y Portugal.
En ese contexto, Europa podría decantarse por una solución llamada 'roll-over' y por la que los acreedores privados aceptarían renovar sus préstamos en el momento de sus vencimientos.
Fuentes diplomáticas indicaron por otro lado que los europeos negocian además con otros actores de peso en esta crisis: las agencias de calificación, que siguen determinando el comportamiento de los mercados, pese a haber sido muy criticadas durante la última crisis financiera mundial.
Al tiempo que degradaba la nota de la deuda griega hasta considerarla la peor del mundo, Standard  & Poor's advirtió esta semana que cualquier salida diseñada por los europeos sería considerada como una bancarrota de facto, algo que los europeos quieren evitar a toda costa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario