domingo, 19 de junio de 2011

Papandreu pide unidad ante la "encrucijada crítica" en la que se encuentra Grecia

ATENAS.- El primer ministro griego, George Papandreu, ha advertido este domingo de que el país se encuentra ahora mismo en una "encrucijada crítica" donde las consecuencias de "una bancarrota desordenada" comportarían una "catástrofe para la credibilidad" de Grecia y sus bancos.

   Papandreu, que se enfrenta a un voto de confianza que él mismo solicitó para refrendar la confianza del sistema político griego en su mandato, defendió la intervención del Fondo Monetario Internacional en el proceso de recuperación económica y pidió a todos los griegos que presenten una imagen de unidad, porque "las divisiones no ayudan".
   "No por pedir al FMI que abandone el país se van acabar los problemas", señaló. "El Fondo y la Unión Europa desean que Grecia se levante por sí misma", añadió, y recordó que las reservas de efectivo de Grecia se agotarán pronto sin la ayuda de ambas instituciones.
   De este modo, el primer ministro apeló al Parlamento para que respalde al nuevo Gabinete a través de las durísimas reformas económicas que Grecia tendrá que aplicar a instancias del FMI y del Banco Mundial; un nuevo gobierno que "corregirá las injusticias que aparecieron la hora de poner en marcha el primer plan de rescate".
El primer ministro reclamó el voto de confianza del Parlamento a su gobierno para preparar el terreno a la aprobación de un nuevo paquete de rigor, que le permitirá al país seguir recibiendo ayuda internacional y evitar la suspensión de pagos.
El gobierno formado el viernes, que incluye un nuevo ministro de Finanzas, Evangelos Venizelos, intentará calmar la tensión política y social, para que se apruebe sin problemas un nuevo plan de austeridad de aquí a fin de mes.
"He pedido la renovación de la confianza al gobierno, porque el país se encuentra en un momento crucial", dijo Papandreou al abrirse el debate en el Parlamento, que terminará el martes por la noche con la votación.
Mientras el Parlamento griego debate, los ministros de Finanzas de la Eurozona comenzaron a reunirse este domingo por la tarde en Luxemburgo para desbloquear un quinto tramo de 12.000 millones de euros que permitirá al país evitar la quiebra en julio y aguantar hasta septiembre.
Al llegar en Luxemburgo a una reunión de dos días de la Eurozona para salvar a Grecia de la bancarrota Evangelos Venizelos aseguró que su gobierno cumplirá sus promesas de austeridad y de reducción del déficit público.
"Reafirmo el firme compromiso del gobierno y la voluntad del pueblo griego para poner en marcha el programa" de austeridad previsto para sanear las finanzas públicas, declaró.
"Podemos alcanzar los objetivos (presupuestarios) previstos gracias al esfuerzo de nuestros ciudadanos y a la cooperación y la ayuda de nuestros socios" europeos, agregó Venizelos.
Ese tramo de 12.000 millones de euros forma parte de un primer rescate financiero de 110.000 millones de euros prometido en 2010 a Atenas por parte de la unión monetaria y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
A cambio de ese rescate, Atenas empezó a aplicar un primer plan de rigor que incluye recortes salariales y aumentos de impuestos.
Como el primer préstamo, previsto a lo largo de tres años, ha resultado insuficiente para permitirle al país refinanciarse en el mercado en 2012, tal como se preveía inicialmente, la zona euro debatirá un segundo plan de ayuda que cubriría las necesidades del país hasta 2014.
Papandreou afirmó que el voto de confianza del Parlamento "reforzará la voz de Grecia" en la negociación de la nueva ayuda. Ésta rondaría los 100.000 millones de euros y busca tranquilizar a los mercados.
El primer ministro socialista invitó en vano a un "acuerdo nacional" a todos los partidos. La oposición de derecha se negó de nuevo a apoyar la política de austeridad de Papandreou, y repitió que la solución está en convocar elecciones anticipadas.
El gobierno socialista afronta además la cólera de la calle, tras un año de austeridad draconiana que ha hundido a Grecia en la recesión.
Miles de personas de todas las edades se manifestaron este domingo en la plaza Syntagma, ante el Parlamento griego, por cuarto domingo consecutivo en respuesta a un llamado del movimiento paneuropeo de "indignados" para protestar contra las medidas de austeridad.
Al grito de "ladrones" y mostrando banderas griegas, cerca de 5.000 manifestantes, según la policía, se concentraron ante el Parlamento, donde pocas horas antes Papandreou había reclamado un voto de confianza.
Los "indignados" han vuelto a convocar protestas para el martes por la noche, cuando debería acabar el debate del voto de confianza.
El poderoso sindicato del sector privado convocó una huelga general de 48 horas a fines de junio, coincidiendo con el debate y la votación en el Parlamento de nuevas medidas de austeridad, cifradas en 28.400 millones de euros de aquí a 2015.

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