HONG-KONG.- Un millar de trabajadores inmigrantes se ha manifestado en la madrugada del lunes en la ciudad de Zengcheng, ubicada en la provincia china de Sichuan (suroeste), contra la agresión de un policía a una vendedora ambulante embarazada, ocurrida el pasado viernes.
La televisión de Hong Kong ha mostrado imágenes en las que se ve correr a los trabajadores por las calles de la ciudad, rompiendo ventanas, volcando coches policiales y prendiendo fuego a edificios del Gobierno.
"La gente está corriendo como loca", ha dicho un pequeño comerciante al 'South China Morning Post'. "He tenido que cerrar la tienda sobre las 19.00 de la tarde (del domingo) y todavía no me atrevo a salir", ha agregado.
Por su parte, las fuerzas de seguridad han utilizado gases lacrimógenos y vehículos blindados para dispersar a la multitud, llegando a detener a algunos trabajadores, aunque se desconoce el número exacto.
El objetivo de esta manifestación era condenar la actuación de un policía de la cercana localidad de Dadun que el pasado viernes empujó al suelo a una vendedora ambulante de 20 años de edad que estaba embarazada para echarla de la calle.
"El caso ha sido solamente un enfrentamiento ordinario entre los vendedores ambulantes y las fuerzas de seguridad, pero ha sido utilizado por un grupo de gente que quiere provocar problemas", ha dicho el alcalde de Zengcheng, Ye Niuping, al 'China Daily'.
En las últimas semanas se han producido varios enfrentamientos entre las fuerzas del orden y los trabajadores inmigrantes. El más relevante ha tenido lugar en Chaozhou, donde cientos han incendiado edificios gubernamentales y vehículos en demanda del pago de sus salarios.
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