miércoles, 6 de julio de 2011

La crisis de la deuda no da respiro a la zona euro

PARÍS.- Las nuevas turbulencias financieras en Portugal y las grandes dificultades para implicar a los bancos en un segundo plan de rescate de Grecia dejan a la Eurozona más amenazada que nunca por la crisis de la deuda.

Al borde del precipicio hace menos de una semana, la Eurozona pudo respirar aliviada cuando el Parlamento griego aprobó el plan de austeridad denostado por la población, pero imprescindible para que los acreedores abrieran de nuevo las billeteras.
Pero el respiro habrá sido breve. Se tardó menos de 24 horas en entender que el segundo plan de ayuda a medio plazo prometido a Grecia será más largo y complicado de elaborar de lo previsto.
Se baraja que el nuevo crédito supere los 100.000 millones de euros, como el primero lanzado hace un año, para cubrir las necesidades del país al menos hasta mediados de 2014.
Los europeos, por presión de Alemania, quieren que los acreedores privados de Grecia -bancos y otros fondos de inversión o pensiones- participen en el plan de ayuda. Pero el ejercicio es delicado, ya que corre el riesgo de que las agencias de calificación consideren que se trata de un impago de la colosal deuda griega.
Esta semana, la agencia de calificación Standard and Poor's afirmó que el plan que preparan los europeos conllevaría "probablemente un impago", lo que Europa quiere evitar a toda costa por miedo de un contagio de bancarrotas.
La nueva fecha anunciada por la Eurozona para finalizar este plan es ahora septiembre.
"En las próximas semanas vamos a empezar a discutir el próximo plan de ayuda a Grecia (...) Debemos estar listos para septiembre", declaró este miércoles el ministro francés de Finanzas, François Baroin.
¿Este retraso amenaza con molestar al Fondo Monetario Internacional?
La institución que dirige la ex ministra de Finanzas francesa Christine Lagarde condiciona el desbloqueo de 3.300 millones de euros del quinto tramo del crédito otorgado el pasado año a que Europa garantice que las necesidades de financiación de Grecia estarán cubiertas el próximo año.
Europa desbloqueó su parte (8.700 millones de euros, de un total de 12.000 millones) el pasado fin de semana, tras el voto en el Parlamento griego del programa de ajuste y privatizaciones.
Para empeorar las cosas, la agencia de calificación Moody's rebajó el martes la nota de Portugal cuatro peldaños, a la categoría de inversiones 'especulativas' o bonos basura a largo plazo, previendo que el país podría necesitar un segundo plan de ayuda pese a que el primero, de 78.000 millones de euros, acaba de ser otorgado.
Las críticas contra Moody's no se han hecho esperar. El portavoz de Asuntos Económicos de la Comisión Europea, Amadeu Altafaj, afirmó que se trata de una decisión cuanto menos "discutible" y que el momento elegido es "muy desafortunado".
El ministro de Relaciones Exteriores griego, Stavros Lambrinidis, tildó de "locura" la actitud de las agencias calificadoras.
Los mercados no dieron tregua al euro, que se situaba en Londres a 1,4359 dólares frente a los 1,4418 el martes por la noche en Nueva York; en las principales Bolsas europeas, el azote a los bancos las mantenía en números rojos mediada la jornada.
Y es que la Eurozona puede permanecer mucho tiempo en estado de emergencia. "La crisis mundial y en particular la crisis de la deuda han puesto en duda los fundamentos de la integración europea", dice el 'think-tank' de Bruselas Popolicy Center en un estudio reciente.
"Lo impensable se ha hecho posible: la salida de un país de la zona euro, el final del euro e incluso la desintegración de la UE ya han dejado de ser tabú", estima.
Los dirigentes europeos afirman que la única consigna es resistir. "No tenemos alternativa. Si la zona euro desaparece, la misma UE estaría en peligro y no podemos permitirnos una situación así", señalaba a finales de junio el jefe de la diplomacia francesa, Alain Juppé.
La zona euro está integrada por 17 de los 27 países de la UE.

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