martes, 26 de julio de 2011

Etiopía expulsa a los indígenas de sus tierras para venderselas a compañías extranjeras

ADÍS-ABEBA.- La ONG Survival ha denunciado este martes que a pesar de la sequía que sufre algunos países del Cuerno de África las tierras de cultivo más productivas de Etiopía están siendo arrebatadas a los pueblos indígenas para entregárselas a empresas extranjeras o se utilizan exclusivamente para la exportación de alimentos que producen estos terrenos. 

   La organización denunció en un comunicado que se están arrendando enormes extensiones de tierras en la zona del río Omo, en el sureste de Etiopía, a empresas malasias, italianas y coreanas. Además, el Estado está despejando esta zona para crear cultivos destinados a la exportación a pesar de que en ella viven 90.000 indígenas que dependen de los productos de la tierra.
   El Gobierno pretende crear una extensión de 245.000 hectáreas para productos destinados a la exportación, en gran parte para plantaciones de caña de azúcar.
   El Gobierno etíope considera que los indígenas de la zona están "atrasados" y está decidido a "modernizarlos", según Survival. Su plan es que se conviertan en trabajadores de las plantaciones y abandonen su cultura y sus formas actuales de vida, aunque Survival denunció que "es posible que simplemente se los expulse de sus tierras".
   Además, el Estado pretende construir varias presas en el río Omo y varios canales de riego que desviarán el agua necesaria para los cultivos de los indígenas.
   "Las comunidades locales son intimidadas para que no hablen con foráneos o periodistas, y no ha habido un verdadero proceso de consulta previa", indicó Survival en el comunicado.
   La ONG consiguió el testimonio de una persona que asegura que el Ejecutivo está encarcelando y torturando a los indígenas y violando a las mujeres para que no se opongan al robo de tierras. "Ahora la gente vive con miedo, tienen miedo del Gobierno", indicó esta persona.
   El director de Survival International, Stephen Corry, señaló que "los indígenas del valle del Omo no son ni 'atrasados' ni necesitan que los 'modernicen': forman parte del siglo XXI tanto como las multinacionales que quieren apropiarse de sus tierras".
   "La tragedia estriba en que forzarlos a convertirse en jornaleros llevará, casi con toda seguridad, a una drástica reducción de su calidad de vida y los condenará al hambre y a la miseria, como ya les sucede a muchos de sus compatriotas", añadió.

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