jueves, 21 de julio de 2011

Crece el escepticismo sobre un acuerdo en la Ronda de Doha

GINEBRA.- Las esperanzas de alcanzar un acuerdo sobre la liberalización del intercambio global en diciembre parecen cada vez más lejanas, coincidieron hoy aquí negociadores participantes en la Ronda de Doha de la Organización Mundial del Comercio (OMC).

  Intentos efectuados en abril último en esa dirección fracasaron, lo cual motivó que el director de ese organismo, Pascal Lamy, sugiriera reducir ambiciones y buscar un tratado más corto.

Según algunos funcionarios, aunque se decidió por entonces escoger los temas menos contenciosos y consolidarlos en un paquete que se mostraría como una prueba concreta de avances, prosiguen desavenencias sobre lo que debiera incluirse.

La falta de voluntad política, en particular de las potencias comerciales, es el motivo del fracaso de la ronda hasta el momento, coincidieronn analistas.

Hace unos días el ex representante comercial estadounidense y actual presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, trató aquí de neutralizar la atmósfera fatalista al decir que las conversaciones podrían reanimarse.

Sin embargo, Faizel Ismael, negociador surafricano, sostuvo que las esperanzas de un acuerdo de último minuto no son realistas.

Pese a un nuevo discurso implementado últimamente y del rediseño del calendario de reuniones, a casi 10 años de su lanzamiento la Ronda de Doha sigue estancada y todo parece indicar que tampoco concluirá este año.

Desde diciembre de 2010, y sobre todo durante el año en curso, se desarrollan nuevas iniciativas, conversaciones, bilaterales y multilaterales, a fin de avanzar en los temas pendientes.

Aunque según afirmó Lamy en más de una ocasión, ya está resuelto un 90 por ciento de los asuntos, queda por resolver aún la cuestión de los subsidios de los países ricos a la agricultura.

La solución de este tema depende mucho de Estados Unidos, que ha sido incapaz de convencer a su lobby agrario en cuanto a que esté de acuerdo con los recortes o eliminación de las subvenciones que reciben productos básicos como el azúcar y el algodón.

Estas ayudas que otorga la potencia comercial a sus agricultores, ascendentes a miles de millones de dólares, distorsionan el comercio y perjudican a los productores de ese sector del tercer mundo.

Además, limitan la liberalización del intercambio, uno de los principales fines de la Ronda, lanzada en noviembre de 2001.

El propio Lamy, el Banco Mundial y el secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Ban Ki moon, instaron esta semana a nuevos esfuerzos colectivos para concluir el estancado ciclo de tratativas.

La OMC surgió hace más de una década como sucesora del Acuerdo General de Aranceles y Comercio, y a ella están incorporadas más de 150 naciones.

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