viernes, 15 de julio de 2011

Un investigador de la UMU estudia la oposición que los gremios mostraron en el siglo XV al libre mercado

MURCIA.- El investigador de la Universidad de Murcia (UMU), José Damian González, analiza en un artículo el proceso de producción textil al por mayor organizado de forma concentrada que emprendieron los mercaderes a mediados del siglo XV, al que se opusieron los gremios locales para no perder el control sobre el proceso productivo, apoyándose en las ordenanzas generales de paños emitidas por la monarquía.

   González ha investigado este punto en su artículo titulado 'Los gremios contra la construcción del libre mercado. La industria textil de Segovia a finales del siglo XV y comienzos del XVI', publicado en la 'Revista de Historia Industrial' del departamento de Promoción de la Investigación (Prinum), dependiente del Vicerrectorado de Investigación de la institución docente.
   En su investigación, González determina que los gremios locales no se mostraron dispuestos a la implantación de un sistema de fabricación concentrada, a modo de manufacturas, según principios de libre empresa que les privara de su control del mercado productivo y laboral.
   Para ello, esgrimieron ante las ordenanzas generales de paños emitidas por la monarquía que ellos y la producción disgregada eran, frente a las manufacturas, la única garantía para preservar la calidad técnica de los paños y prevenir los fraudes que se darían en caso de que se fabricasen concentradamente.
   Los mercaderes, respaldados por el poder local, interesado en el fomento de la actividad textil, arguyeron principios de libre mercado para justificar que dichos fraudes no se darían, pues perjudicarían a los propios productores, y que la fabricación al margen del sistema gremial era más ventajosa, pues permitía alcanzar mayor calidad y volumen, según el estudio.
   Surgieron de este modo, a finales de siglo, fuertes enfrentamientos entre ambas partes, en forma de pleitos y apelaciones a la monarquía para modificar el marco legal.
   Según José Damian, el resultado fue una victoria parcial del capital industrial frente a los gremios, que consiguió mantener la producción concentrada, pero estos últimos, conservaron otras prerrogativas que retardaron el avance hacia el libre mercado. "Ésta bien pudo ser una de las causas del menor desarrollo de la industria castellana en el contexto europeo preindustrial, sobre todo a partir de finales del siglo XVI", destaca el investigador.
   Estas dos formas de organización tan contrapuestas dieron lugar a que sus defensores se embarcasen en un sinfín de pleitos ante distintas instancias, con desigual suerte. En un principio sonrió a los gremios, pues contaron con el apoyo de los Reyes Católicos, al ser vistos como garantes de la calidad de la producción.
   Sin embargo, los poderosos empresarios mayoristas, agrupados también en corporaciones que defendían sus intereses, consiguieron que Juana I y Carlos I les consintiesen volver a concentrar la producción al margen de los gremios, usando también fórmulas de verlagssystem; lo que les permitió proseguir desarrollando una industria de mediana calidad con destino al mercado nacional, que se colocó a la cabeza del mismo durante el siglo XVI.
   No obstante, como otros aspectos de corte gremial, al margen de la producción concentrada, tales como los veedores con potestad judicial, la exigencia de exámenes o la contratación de mano de obra seguían presentes en las Ordenanzas Generales; esta transición al libre mercado no fue completa, lo que, posiblemente, condujo a la industria textil segoviana, y también a la castellana, a una situación de desventaja frente a otras extranjeras.

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