jueves, 28 de julio de 2011

Los trenes de China son modernos, pero están llenos de problemas

SHANGHAI.- El sistema ferroviario de China cubre 91.000 kilómetros (56.400) millas y no sólo es el más extenso del mundo, sino que en algunas rutas es el más rápido. Los esfuerzos nacionales por desarrollar trenes de alta velocidad son comparables con los destinados a impulsar su programa espacial en términos de importancia y orgullo nacional.

Pero cada año surgen problemas cuando la gente común trata de adquirir boletos para el Año Lunar, una ocasión que genera una migración anual de 230 millones de personas. Muchos chinos se quejan de que hay una brecha enorme entre la ultramoderna infraestructura y la pésima calidad en el servicio.

El sistema ferroviario, administrado por el Ministerio de Ferrovías, emplea a casi 3,2 millones de personas, más de la cantidad de efectivos que tiene el ejército chino: 2,3 millones. Trenes y rutas ultramodernos serpentean los caminos por las tundras himalayas y superveloces "trenes bala" corren entre las grandes metrópolis, facilitándole la vida a todos los chinos, o por lo menos a todos los que pueden pagar esos boletos.

China invertirá 700.000 millones de yuan (106.000 millones de dólares) en la construcción ferroviaria este año, dijeron fuentes del sector, y se ha planteado la meta de establecer 13.000 kilómetros (8.060 millas) de rieles de alta velocidad antes de fines de año.

Eso incluirá una ruta de alta velocidad entre Beijing y Shanghai de 1.400 kilómetros (870 millas), que recortará por la mitad el tiempo de viaje, a menos de cinco horas. La ruta será inaugurada en junio, un año antes de lo planeado. Cuando se realizó la prueba para la ruta, en diciembre, el tren batió el récord de velocidad para los rieles: 486,1 kilómetros por hora (301 millas por hora).

Con la ayuda de tecnologías foráneas, compañías chinas están ahora compitiendo contra rivales extranjeras como Bombardier y Japan Railways para conseguir proyectos.
Pero esos avances de tecnología contrastan con el suplicio de los chinos pobres, especialmente los obreros migrantes que apenas consiguen ahorrar lo suficiente para ir a su provincia una vez al año. Debido a que los trenes baratos son cada vez menos, a veces se requieren días antes de que alguien pueda conseguir un boleto.
Como es usual, la mayoría de los viajeros optan por los trenes regulares si lo consiguen, es decir, si pueden conseguir boletos. Los que no pueden usualmente recurren a los autobuses, ya que no cuestan tanto como los pasajes aéreos o los trenes ultraveloces.
"El objetivo era impulsar a la gente a usar los trenes veloces, pero calcularon mal y la gente pobre prefiere pagar por el autobús", dice Patrick Chovanec, profesor de la Universidad Tsinghua de Beijing. "Para ellos es más importante ahorrar dinero que tiempo".
Añadió que los problemas con los trenes son reflejo del fracaso de los planificadores chinos en considerar las repercusiones de la alta tecnología que están empleando, pues han estado demasiado obsesionados con proyectar una imagen de modernidad a nivel nacional e internacional.
Por lo tanto para la mayoría de los 1.300 millones de chinos, los viajes siguen siendo un suplicio: Los viajeros que logran conseguir boletos deben soportar las sofocantes multitudes para poder entrar o salir de los trenes.
"Los problemas que tenemos todos los años se deben a una insuficiente capacidad debido a una inversión excesiva en el tipo equivocado de vías ferroviarias", dijo Zhao Jian, profesor de la Universidad de Jiaotong en Beijing.
Añadió que "la solución está en mejorar la construcción de las vías regulares, pero China está yendo en la dirección contraria. Es un gran problema".
A diferencia de las aerolíneas, que también son propiedad del estado pero deben competir entre sí para conseguir clientela, las vías ferroviarias son monopolio del Ministerio de Ferrovías, cuyos funcionarios suelen regalar boletos a cambio de favores. Entretanto, vendedores informales compran todos los que pueden para revenderlos a precios exorbitantes.
Si China tuviera vías ferroviarias con capacidad suficiente, no habría ese mercado ilegal, dice Zhao.
Ante las denuncias, las autoridades del sector están realizando mejoras graduales. En Shanghai, añadieron taquillas adicionales para vender boletos. Además, anuncian por internet la disponibilidad de pasajes y se ofrecen recompensas para quienes delaten a vendedores ilegales.

No hay comentarios:

Publicar un comentario