jueves, 7 de julio de 2011

Portugal descarta adoptar nuevas medidas presupuestarias

LISBOA.- Portugal anunció hoy que no prevé adoptar nuevas medidas sobre los próximos presupuestos nacionales y subrayó que cumplirá los compromisos del país, cuya calificación ha sido rebajada la nivel de "bono basura" por la agencia Moody's.

Tras el consejo de ministros celebrado hoy en medio de la presión adicional que ha supuesto para las finanzas lusas la rebaja de nota, el secretario de Estado de la Presidencia de Portugal, Luis Marques Guedes, descartó que el Ejecutivo vaya a presentar un "presupuesto de rectificación o suplementario".
Moody's justificó el martes su rebaja de la calificación de la República portuguesa, que hoy extendió a la deuda con garantía del Estado de cuatro bancos lusos, por el "creciente riesgo" de que Lisboa incumpla la reducción prevista de su déficit presupuestario y tenga que pedir más ayuda internacional.
Portugal registró el año pasado un déficit del 9,1 por ciento y debe reducirlo en 2013 a menos del tres por ciento, un objetivo que Moody's ve muy difícil por las dificultades financieras, la recesión y los problemas para aplicar los ahorros presupuestarios previstos.
Marques Guedes declaró en rueda de prensa que el nuevo Ejecutivo conservador luso, se va ajustar a un riguroso calendario para los trámites presupuestarios de este año, que afectará a la Administración y al Parlamento.
El secretario de Estado subrayó que el Gobierno portugués tiene por delante una tarea "muy exigente", que requiere de "mucho cuidado y una determinación enorme".
"Hay que actuar con urgencia" y hay medidas que "no pueden esperar", reconoció el secretario de Estado en alusión a los compromisos que debe cumplir Portugal en el marco del rescate financiero de 78.000 millones de euros que le concedieron en mayo la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El nuevo primer ministro luso, el conservador Pedro Passos Coelho, anunció la semana pasada medidas extraordinarias, incluido un impuesto del 50 % de la paga de Navidad de los trabajadores, para equilibrar el déficit del país.
Sorprendido por la rebaja de Moody's, el ministerio luso de Finanzas argumentó que la agencia norteamericana de calificación no había tenido en cuenta los ajustes anunciados por el Ejecutivo para cumplir los objetivos presupuestarios.
El propio Passos Coelho consideró "un puñetazo en el estómago" el recorte de calificación, criticado de forma unánime por la clase política y empresarial de Portugal y que contó con la solidaridad de varios gobiernos de la UE y de la Comisión Europea.
Marques Guedes subrayó hoy la "fuerte determinación política" del Gobierno en cumplir todos sus compromisos "de forma escrupulosa" y con transparencia.
Los intereses de la deuda de Portugal se mantuvieron entretanto al alza, con el recorte de la nota de solvencia financiera, y el interés del bono luso a diez años, que sirve de referencia en el mercado y ayer sobrepasó por primera vez los mil puntos básicos de diferencia con el alemán, osciló de nuevo por encima del 13 %.
Además de la calificación de la República portuguesa, Moody's bajó hoy la nota de la deuda con garantía del Estado del Banco Comercial Portugues (BCP), el Banco Internacional de Funchal (Banif), el Banco Espirito Santo (BES), y la mayor entidad financiera lusa, la estatal Caixa Geral de Depositos (CGD).
La agencia justificó la rebaja de las emisiones de los cuatro bancos en su exposición a los problemas económicos del Estado.
Las emisiones de deuda garantizada del BCP y Banif sufrieron un descenso de cuatro escalones, hasta "Ba2", el mismo nivel del Estado, en tanto las mismas emisiones de la CGD y el BES bajaban tres niveles, hasta "Ba1".
Posteriormente la agencia rebajó también la nota de entidades nacionales lusas como la Radio Televisión de Portugal, la tenedora de acciones Parpública, las empresas de ferrocarriles (CP y Refer), los municipios de Lisboa y Sintra y las regiones de Azores y Madeira.
La rebaja de la nota del Estado portugués ya impidió al Tesoro luso colocar ayer los mil millones de euros que tenía previstos en bonos a un vencimiento de solo tres meses, y tuvo que subir ligeramente el interés, hasta el 4,92 %, para vender 848 millones.

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