miércoles, 14 de septiembre de 2011

El FMI sugiere a los bancos centrales "con credibilidad" hacer "caso omiso" a la subida de las materias primas

WASHINGTON.- El Fondo Monetario Internacional ha sugerido a los bancos centrales que gozan de credibilidad y tienen aún margen de actuación que hagan "caso omiso" de las subidas del nivel general de inflación como consecuencia de los precios de las materias primas, escenario en el que, en su opinión, la política monetaria "puede seguir siendo acomodaticia". 

"Las economías con bancos centrales que gozan de credibilidad y con capacidad económica ociosa pueden permitirse hacer caso omiso de un nivel general de inflación elevado causado por los precios de las materias primas", afirma el FMI en el tercer capítulo de la edición de septiembre de su informe 'Perspectivas de la economía mundial'.
En este sentido, explica que en esta circunstancia se encuentran actualmente una serie de grandes economías avanzadas y algunas economías emergentes, aunque no cita países concretos, que cuentan con bancos centrales de gran credibilidad, reflejada en expectativas inflacionarias bien ancladas, y donde existe una capacidad económica ociosa sustancial.
Al mismo tiempo, el FMI también advierte de que es probable que un shock de precios de los alimentos produzca efectos de segunda ronda particularmente fuertes en aquellos economías cuyos bancos centrales gozan de menos credibilidad y que experimentan presiones de exceso de demanda.
En su opinión, este hecho justifica una política de respuesta más activa que en otras economías, sin dejar de prestar atención a la evolución de la demanda externa. "La pérdida de credibilidad ocasionada por un aumento de la inflación es más grave cuanto mayor es la diferencia inicial entre la inflación efectiva y la
meta. Una serie de países emergentes y en desarrollo continúan afrontando incluso hoy esas presiones", añade.
A este respecto, agrega que los precios de las materias primas ejercen un efecto más fuerte en la inflación de las economías donde los alimentos ocupan un porcentaje elevado del consumo y donde la credibilidad de la política monetaria es baja.
En este sentido, reconoce que, debido a las fluctuaciones de precios de las materias primas, puede resultar difícil alcanzar una meta fijada en términos del nivel general de inflación, e incluso intentar hacerlo puede restarle credibilidad al banco central y desestabilizar las economías.
Por ello, propone fijar una meta "pragmática" en términos de inflación subyacente, que puede medirse de distintas maneras, algo que, en su opinión, contribuiría a afianzar la credibilidad y, por consiguiente, a lograr resultados económicos superiores.

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