domingo, 25 de septiembre de 2011

El presidente del Banco de Francia descarta futuros planes de recapitalización

PARÍS.- Los bancos franceses son sólidos y pueden enfrentarse cualquier riesgo derivado de su exposición a la deuda soberana de Grecia, señaló el jefe del Banco de Francia, Christian Noyer, quien agregó que no existía un plan secreto para recapitalizarlos.

   Noyer, que también es miembro del consejo de gobierno de Banco Central Europeo (BCE), dijo que los bancos franceses estaban bien capitalizados y podrían soportar cualquier escenario respecto a Grecia con las ganancias hechas en menos de medio año fiscal.
   "Son muy sólidos", explicó en una entrevista a 'Le Journal du Dimanche' (JDD) publicada este domingo. "Tienen una base sólida de capital, comparable con otros bancos europeos y son rentables (...) Ninguno está ocultando activos tóxicos", aseveró.
   Noyer respondía a un reporte en el JDD diciendo que funcionarios franceses trabajaban para establecer un plan de contingencia para inyectar de 10.000 a 15.000 millones de euros a los bancos franceses en caso de que requieran la recapitalización.
   Una fuerte caída en los precios de las acciones de los bancos franceses ha llevado a la especulación de que el Estado francés podría tener que intervenir y recapitalizarlos, en la misma forma en que otros Gobiernos se vieron obligados a ayudar a sus financistas durante la crisis bancaria global original.
   Tanto BNP Paribas como Societe Generale prometieron vender decenas de miles de millones de euros en activos para liberar capital y una fuente en Qatar dijo esta semana que BNP Paribas estaba en conversaciones con el Estado del Golfo para una posible venta de acciones.
   El banco negó rotundamente la existencia de esas conversaciones.
   Consultado sobre los reportes del plan para recapitalizar la banca francesa, Noyer declaró que "no hay ningún plan y no lo necesitamos". No obstante, agregó que si los bancos indicaban que lo necesitan o en el caso de un "evento extraordinario", podrían apelar a un mecanismo de apoyo público creado en el 2008.
   El Gobierno francés creó un plan ese año que dejó 360.000 millones de euros a disposición de los bancos, de los que 40.000 millones irían a fortalecer su base de capital y los otros 320.000 millones les ayudarían a refinanciarse mediante una entidad pública llamada SFEF.
   'Le Journal du Dimanche', citando fuentes de la banca francesa y cercanas al despacho presidencial, dijo que Francia consideró inyectar capital público a los bancos, sosteniendo una reunión secreta en el Tesoro francés con su director y líderes de bancos franceses, entre los que se encontraban Societe Generale, BNP Paribas y Credit Agricole.
   El periódico dijo que el Gobierno ofreció apoyar a los bancos de la misma forma en que lo hizo en el 2008, con la posibilidad de inyectar 10.000 a 15.000 millones de euros de las arcas públicas para apuntalar su base de capital.

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