lunes, 26 de septiembre de 2011

Los griegos sienten el "goteo de tortura" de la austeridad

ATENAS.- Los griegos expresaron el lunes su aflicción ante el deterioro de su vida cotidiana por las medidas de austeridad exigidas por los prestamistas internacionales a cambio de fondos de rescate, antes de una votación parlamentaria clave sobre un aumento de los impuestos sobre la propiedad.

Grecia dijo la semana pasada que incrementaría los recortes de pensiones, aumentaría el doloroso impuesto de propiedad y pondría a decenas de miles de funcionarios en preaviso de despido para asegurarse más ayudas y salvar al país de la bancarrota, causando más dolor a un electorado cada vez más resentido.
"El goteo de tortura no puede continuar", afirmó Dimitris Lintzeris, del gobernante partido socialista PASOL, añadiendo que el martes votará para cambiar el impuesto de propiedades, pero que no está tan seguro sobre más recortes.
"Habrá más votaciones y sobre esas no puedo decirlo", dijo Lintzeris este lunes.
Grecia está en la primera línea de la crisis de deuda de la eurozona, y su población ha soportado varias rondas de duras medidas de austeridad en el último año y medio.
"Duele mucho, nuestros bolsillos están vacíos. Estamos recortando en gastos todos los días", dijo el cartero de 50 años Costas Apostolou tras entregar el correo a la entrada de un edificio en el centro de Atenas.
"Han reducido mi salario en torno a un 15 por ciento. ¿Nos sacarán estas medidas de la crisis? No lo creo", dijo Apostolou, que tiene un hijo, en la plaza Syntagma, núcleo de las protestas contra los recortes y donde se produjeron violentos enfrenamientos en junio.
Los sindicatos de taxis y transporte han convocado más huelgas para esta semana, continuando con unos paros que han sembrado el caos entre los usuarios, ralentizado el comercio y golpeado a la importante industria turística del país. En octubre hay previstas grandes huelgas nacionales de sindicatos de transporte público y privado.
"Estas huelgas de transporte son insoportables. Todos tenemos problemas, no deberíamos estar pagándolo unos con otros", dijo Maria, una profesora de 24 años.
Todos los griegos se quejan por el efecto de los recortes. Algunos dicen que no es justo, otros culpan al sistema bancario mundial y otros hacen planes para sacar su dinero del país o emigrar para iniciar una nueva vida.
"Es muy malo. Hemos construido nuestras vidas de forma diferente, con préstamos bancarios y tarjetas. Ahora están recortando nuestros salarios y las empresas están cayendo. ¿Cómo pagaremos?", se preguntaba Kuriaki Alexiou, un médico de 50 años.
"Esto no nos lleva a ninguna parte. Si no hacen algo para arreglarlo, la gente pasará hambre. En algún momento explotarán y lo llevarán a las calles", añadió.
Los impuestos, junto con los recortes de pensiones y empleos, han ayudado a llevar el desempleo juvenil al 40 por ciento y golpeado a los propietarios de pequeños negocios. Las acciones y las propiedades valen una fracción de su antiguo valor y los griegos temen el efecto de más recortes sobre la economía.
La conversación en los bares y restaurantes de Atenas, o en la playa, vuelve constantemente a la suspensión de pagos, la recesión y la estrategia para afrontar la colosal deuda griega de 350.000 millones de euros. Las tertulias de televisión descienden a menudo a broncas sobre la austeridad.
El país también sigue amargamente dividido entre los empleados del sector privado, que dicen que la inflada burocracia estatal asfixia a los griegos, y los funcionarios, que dicen que los principales problemas son la corrupción política y la evasión de impuestos.
"Quiero creer que las cosas mejoraran, pero Europa es muy lenta. Hemos cometido muchos errores, pero no es sólo culpa nuestra", dijo Alexiou. "Los bancos solían animarnos a pedir préstamos y ahora dicen que no tienen dinero".

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