miércoles, 14 de septiembre de 2011

S&P y Moody's descartan cambios inmediatos en el 'rating' de la banca británica

LONDRES.- Las agencias de calificación crediticia Standard & Poor's y Moody's consideran que las propuestas de la Comisión Independiente de Banca del Reino Unido (ICB) no tendrán probablemente un impacto inmediato en las calificaciones de las principales entidades financieras del país, según informaron ambas agencias en un diferentes comunicados. 

   S&P descarta rebajas de la calificación de forma inmediata, ya que considera que aún es "incierto" cuándo y hasta qué punto las recomendaciones se transformarán en leyes, así como las medidas que los bancos adoptarán como respuesta.
   "Sin embargo, si las recomendaciones se implementan exactamente como se propone, esperamos asignar unas calificaciones más bajas a las entidades que tienen un menor apoyo público y una financiación de menor calidad", añade la agencia, quien cree que las entidades que se verán más afectadas por estas medidas serán Barclays, Royal Bank of Scotland y HSBC.
   En esta misma línea, Moodys, que tiene en revisión desde mayo la nota de algunas de las principales instituciones financieras británicas, señala que en el largo plazo, y si la reforma se implementa tal y como se ha presentado, las propuestas tendría implicaciones negativas crediticias en general en los principales grupos bancarios del Reino Unido.
   "Nuestra decisión refleja que las propuestas del ICB son todavía una recomendación que el Gobierno debe aceptar formalmente, que la legislación requerirá un largo proceso de elaboración y que la implementación se ha ampliado más de lo previsto, hasta 2019, aumentando las probabilidad de que las medidas finales difieran de las actuales propuestas", explica la vicepresidente del grupo de instituciones financieras de Moody's, Elisabeth Rudman.
   Por otro lado, S&P espera que las recomendaciones podrían conllevar a cambios en los modelos de negocios de los bancos británicos, pero cree que el impacto final o los costes de las mismas son aún desconocidos dado que no se puede prever en este momento la respuesta del Gobierno o los bancos.
   La propuesta presentada por el ICB propone que los bancos británicos "aíslen" sus actividades de banca minorista de las de banca mayorista y de inversión antes de 2019 con el objetivo de preservar la estabilidad del sistema financiero británico y facilitar la resolución de futuras crisis.
   El informe sobre la banca de Reino Unido elaborado por la Comisión Independiente de Banca del país cifra en una horquilla de entre 4.000 y 7.000 millones de libras anuales (4.600 y 8.055 millones de euros) el coste de la reestructuración.

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