domingo, 9 de octubre de 2011

La crisis en Europa golpea a los exportadores chinos

SHANGHAI.- La crisis de la deuda en Europa empieza a perjudicar a algunos exportadores chinos y su agravamiento podría acabar siendo una "desgracia" para China, poniendo en peligro millones de empleos, advierten directivos de empresas y analistas.

Wu Wenlong, el director de ventas de un fabricante de cinturones de la provincia oriental de Zhejiang, registró un descenso del 50% en un año en sus pedidos procedentes del Viejo Continente.
Zhejiang L.F. Gifts and Decoration Co. Ltd. aún no ha despedido a nadie, pero Wu no ve el futuro de color de rosa para esta pequeña empresa que fabrica cintos para pantalones y cinturones de seguridad para los coches.
"Es improbable que los mercados extranjeros se enderecen pronto. Necesitarán al menos dos años para recuperarse", estima este ejecutivo.
La actividad manufacturera en China comenzó a contraerse este verano al mismo tiempo que se agrandaba la crisis de la deuda en Europa.
La Unión Europea (UE) es el principal destino de las exportaciones chinas, por unos 380.000 millones de dólares anuales, y, según los analistas, su desplome costaría muy caro a China.
"Un agravamiento de la crisis de la deuda en la zona euro sería una desgracia, por más de una razón, para China", explica Eswar Prasad, profesor de la Cornell University de Nueva York y exjefe del departamento China en el Fondo Monetario Internacional (FMI).
"Eso se traduciría -añade- en un dólar más fuerte" que frenaría las importaciones europeas, pero sobre todo los "efectos cascada sobre la confianza y los mercados financieros de otras economías desarrolladas repercutirían en la demanda de productos chinos".
Ren Xianfang, analista de IHS Global Insight en Pekín, abunda en el mismo sentido: "En el caso más extremo de un desmoronamiento de la demanda europea, el impacto será bastante significativo dado que la UE recibe alrededor de un quinto de las exportaciones chinas".
Sin embargo, "si Estados Unidos aguanta el tirón, el impacto no será tan fuerte como en 2008", matiza la analista.
Las autoridades chinas no han cesado de manifestar su apoyo al euro pero la lucha contra la inflación sigue siendo su prioridad a nivel interno, lo que significa que Pekín no está dispuesta, por ahora, a contemplar un segundo plan de reactivación económica en caso de una pronunciada caída de las exportaciones.
Los países emergentes, con China a la cabeza, han contribuido mucho a la reactivación económica mundial después de la crisis financiera de 2008.
Pero actualmente sufren de un "exceso de liquidez a escala mundial, de la volatilidad de los flujos internacionales de capital, de una demanda externa que decae y de una fluctuación de los precios de las materias primas", declaró recientemente en Washington el gobernador del banco central chino, Zhou Xiaochuan.
El coloso asiático "no parece tener apetito por otras medidas de reactivación a gran escala", según Mark Williams, especialista en China del centro de estudios londinense Capital Economics.
Pero según Prasad, los responsables de la política económica china no dudarán en reaccionar si la crisis de la zona euro amenaza muchos empleos en el país, donde los conflictos sociales van en aumento.

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