RIGA.- El miembro del consejo de gobierno del Banco Central Europeo (BCE), Jurgen Stark, es contrario a las transferencias fiscales como fórmula para resolver los problemas de la zona euro ante las diferencias del impacto de la crisis económica sobre los países miembros.
En su discurso pronunciado en Riga (Letonia) sobre los ajustes económicos en la unión monetaria, Stark ha asegurado que las transferencias fiscales desde los países más fuertes a los más débiles "solo esconden el problema".
Stark afirma que esta medida, que figura en la 'literatura económica' como mecanismo de ajuste para afrontar impactos macroeconómicos asimétricos, no es una fórmula aceptable en el actual escenario.
La flexibilidad de precios sí se presenta como alternativa, dado que permite a los países ajustar salarios de cara a ganar competitividad, a lo que se suma movilidad laboral transfronteriza, que permite a los trabajadores encontrar empleo en economías menos deprimidas.
Stark sostiene que los países de la zona euro encaran la necesidad de acometer ajustes para superar los desequilibrios macroeconómicos, la pérdida de competitividad y las políticas económicas insostenibles.
Para el consejero ejecutivo del BCE, participar en una unión monetaria supone grandes exigencias a los países miembros, que deben centrar sus esfuerzos en acometer desarrollos fiscales y políticas económicas sostenibles, así como emprender reformas estructurales.
"Los gobiernos y agentes sociales comparten la responsabilidad de asegurar que la fijación salarial tiene en cuenta las condiciones del mercado laboral y no pone en peligro la competitividad y el empleo", defiende.
"Los gobiernos también deben ser conscientes de que la fijación salarial en el sector público puede servir como modelo para el sector privado", argumenta el miembro del consejo de gobierno del instituto emisor europeo.
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