miércoles, 5 de octubre de 2011

El euroescepticismo resurge con fuerza en el congreso de los 'tories'

LONDRES.- Impulsado por la crisis de la deuda en la Eurozona, el euroescepticismo ha resurgido con fuerza en el Congreso anual del Partido Conservador británico a pesar de los esfuerzos del primer ministro, David Cameron, por aplacarlo.

El tema anima desde hace semanas el debate de los diputados conservadores, con un llamamiento a otro referéndum sobre las relaciones entre el Reino Unido y la Unión Europea (UE) -después del que confirmó la adhesión al bloque en 1975- y la creación de un grupo de diputados favorable a una reforma de la UE.
Los numerosos eventos dedicados al tema al margen del programa oficial del congreso de Manchester (noroeste de Inglaterra), que termina este miércoles, estuvieron llenos y cualquier crítica a Bruselas suscitó aplausos entusiastas de los delegados en el escenario principal.
Según un sondeo del instituto YouGov difundido esta semana, un 74% de los electores conservadores desean un referéndum sobre Europa, y 68% se inclinan directamente por abandonar el bloque de los 27.
Los diputados reivindican un amplio respaldo después de lograr que más de 100.000 personas firmaran una petición para organizar un referéndum.
"La crisis de la eurozona ha vuelto a poner el tema en la agenda", señaló George Eustice, un influyente diputado conservador que contribuyó a fundar un grupo de 120 legisladores conservadores deseosos de recuperar márgenes de maniobra nacionales con respecto a Bruselas.
Eustice cree que Gran Bretaña debe continuar en la UE, pero considera que "el fracaso en reformar la Unión, agarrar el toro por los cuernos y reflexionar sobre la relación que queremos con la UE incrementó la hostilidad" contra Bruselas.
Según él, el debate entre los 'tories' puede llevarse a cabo sin dramas, contrariamente a lo que sucedió en los años '90.
El diputado conservador Mark Pritchard es uno de los que lideran los llamamientos a un referéndum el año que viene para instaurar una relación puramente comercial con Bruselas, insistiendo en que la prioridad es la reducción del déficit público.
"Europa es un tema clave que tenemos que tratar de resolver pero no debe convertirse en una obsesión. La obsesión, si tenemos que tener una, tiene que ser reducir el déficit público y reactivar el crecimiento", dijo.
El primer ministro, David Cameron, descartó el martes en varias entrevistas el referéndum sobre la permanencia en la UE, alegando que la mayoría de la gente reconoce que al Reino Unido le interesa seguir en Europa.
"Lo que la gente quiere realmente no es una elección entre dentro o fuera, sino una elección entre la Europa que tenemos ahora -que francamente no me satisface- y un tipo de relación en la que podamos retomar algunos de los poderes de Europa", señaló el primer ministro.
Philip Whyte, investigador del Centre for European Reform de Londres, estima que algunas de las propuestas de Bruselas "en materia de servicios financieros dieron una patada en el hormiguero euroescéptico de los conservadores".
Denunció en particular varias medidas que parecen dirigidas contra el Reino Unido, como la nueva reglamentación de los 'hedge funds' -el 80% de la industria está en Londres- y la tasa propuesta sobre las transacciones financieras.
"Si la Unión Europea continúa provocando al creciente número de diputados euroescépticos del partido conservador, Europa puede convertirse en un tema importante de división para la coalición (de los conservadores con los liberaldemócratas) y en un tema muy incómodo para Cameron", dijo.

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