sábado, 15 de octubre de 2011

El G-20 saluda el avance fundamental sobre el flujo de capitales

PARÍS.- El G20 aseguró el sábado haber superado una etapa "fundamental" en la regulación de los flujos financieros especulativos hacia los países emergentes --fuente de desestabilización económica-- pero el dispositivo todavía debe ser afinado y puesto a prueba.

"Es una evolución fundamental", dijo el ministro francés de Finanzas, François Baroin, cuyo país preside hasta noviembre el G20, que reúne a las veinte mayores economías desarrolladas y emergentes.
El acuerdo de tres puntos fue alcanzado en la reunión de dos días que los ministros de Finanzas del grupo concluyeron este sábado en París.
Hasta el momento, dijo Baroin, este asunto estaba "marcado por una doctrina que rechazaba toda restricción a la libre circulación de capitales".
Un análisis compartido por Philippe Martin, profesor de economía de la facultad de Ciencias Políticas. "Las restricciones sobre los movimientos de capitales eran inimaginables antes de la crisis de 2008", subrayó. Iban "en contra de la idea de que los capitales van allí donde el rendimiento es más alto".
Para el ministro brasileño de Finanzas, Guido Mantega, el grupo de trabajo que analizaba este espinoso asunto desde hace varios meses por encargo de la presidencia francesa del G20, ha llegado a una "conclusión muy importante".
"Dará la libertad a los países que se sientan víctimas de los flujos de capital para intervenir en el mercado de cambio para atenuar las consecuencias", dijo.
A menudo víctima de su éxito, Brasil figura entre las principales economías emergentes afectadas por estos movimientos erráticos de capitales, que se traducen en una apreciación brutal y artificial de la moneda y que pone en peligro el crecimiento y amenaza las exportaciones, provoca rebrotes inflacionistas y termina socavando el crecimiento económico.
Para tratar de hacer bajar las tasas de cambio, varias de estas economías han impuesto una tasa a los capitales entrantes. "Quieren seguir haciéndolo sin autorización pese a que los países del G20 quieren reglas", observó Martin.
En la cumbre del G20 en Cannes (sur de Francia), los días 3 y 4 de noviembre, habrá que encontrar un buen equilibrio entre unos y otros.
Según Baroin, el primer acuerdo concluido el sábado prevé un "marco" con "condiciones muy exigentes para la gestión de flujos de capitales". Este plan de acción, explicó, será reforzado "por otro plan para el desarrollo de los mercados de títulos en moneda local".
El objetivo es "hacer que los países emergentes sean menos dependientes de la financiación en divisas que pueden ser muy desestabilizadoras en caso de crisis de cambio", explicó.
En cuanto al tercer y último capítulo del acuerdo, se trata según el ministro, de "consignas de cooperación entre el Fondo Monetario Internacional (FMI) y los dispositivos regionales" de regulación de estos flujos de capitales.
En el otoño boreal de 2008, en los días que siguieron a la quiebra del banco estadounidense Lehman Brothers, unos 300.000 millones de capitales salieron brutalmente de las economías emergentes en el espacio de un mes.
Otras dos caídas se observaron en lo peor de la crisis de la deuda en la zona euro en 2010.
El camino hacia una regulación financiera sigue lleno de obstáculos. Así, a principios de octubre, la canciller alemana, Angela Merkel, enfriaba las esperanzas de la presidencia francesa, al subrayar que el control de capitales solo debe producirse como "último recurso".

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