martes, 4 de octubre de 2011

La crisis en la Eurozona hunde las bolsas europeas pero Wall Street cierra en verde

PARÍS.- Los mercados europeos volvieron a cerrar con pérdidas este martes por la creciente incertidumbre sobre Grecia, mientras la crisis de la deuda está a punto de cobrarse una primera víctima: el banco francobelga Dexia.

La entidad francobelga, que escapó a la bancarrota en la crisis financiera de 2008, anunció medidas que podrían llevarle a su desmantelamiento, lo que provocó que sus acciones perdieran 22,46%, por debajo de un euro.
Dexia, que ya había sido reestructurada después de la crisis financiera de 2008, se convertiría en la primera víctima de la crisis de la deuda en la zona euro, privada de liquidez y asfixiada financieramente.
En las Bolsas, el parqué griego cayó 6,28% alcanzando su nivel más bajo en 18 años; Fráncfort perdió 2,98%; París 2,61%; Londres 2,58%; Milán 2,72% y Madrid 1,54%. Por su parte, el euro evolucionó en torno a 1,32 dólares, su nivel más bajo en nueve meses.
La Bolsa de Nueva York, en tanto, registró un rebote espectacular el martes al final de la jornada y borró de un plumazo las fuertes pérdidas que había registrado más temprano afectada por temores sobre un eventual cese de pagos de Grecia: el Dow Jones ganó 1,44% y el Nasdaq 2,98%.
En América Latina, la mayoría de las bolsas evolucionaron en baja: Santiago perdió 4,19%, Buenos Aires 0,21%, México 0,51% y Sao Paolo 0,21%. Por su parte, Bogotá ganó 0,48%.
Los inversores parecen temer más que nunca un default de Grecia.
Hay un riesgo "muy grande" de que las finanzas griegas "descarrilen" y que se contagie la crisis, estimó el ministro sueco de Finanzas Anders Borg, que participó en la reunión de los titulares del ramo de la Unión Europea en Luxemburgo.
Reunidos el lunes por la noche, los ministros de Finanzas de la Eurozona y después los de toda la Unión Europea han reavivado los temores de que Atenas no pueda hacer frente a sus compromisos.
De pronto, volvieron a aplazar la decisión de desbloquear 8.000 millones de euros de préstamos vitales para que Atenas evite la bancarrota y han dado a entender que el plan de ayuda, definido en julio pasado, sea adaptado a las nuevas condiciones del mercado.
La decisión definitiva se adoptará en el transcurso de octubre.
Los países de la moneda única esperan las conclusiones de la Troika de acreedores de Grecia (Unión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional), que se encuentran actualmente en Atenas para auditar sus esfuerzos.
El Eurogrupo también exige más ahorro y privatizaciones por parte de Atenas para colmar los agujeros presupuestarios que se esperan en 2013 y 2014, lo que ha sido recibido en Atenas con nuevas protestas.
Para el titular de Finanzas griego, Evangelos Venizelos, "no se necesitan nuevas medidas, siempre y cuando las medidas ya anunciadas se apliquen".
En lo que respecta al segundo plan de ayuda a Grecia, que comprende una participación de los bancos acreedores del país, podría ser sometido a "revisiones técnicas", según los términos del jefe de filas del Eurogrupo, el luxemburgués Jean-Claude Juncker. En otras palabras, es bastante posible que el porcentaje que los bancos tendrán que ceder sea superior al 21% previsto, pese a que no se han hecho públicas cifras al respecto.
En este contexto, el presidente del Banco Central estadounidense (Fed), Ben Bernanke, advirtió el martes sobre las consecuencias de un default en Grecia en la economía de Estados Unidos.
"En caso de un default no organizado (de Grecia), que conllevaría (movimientos) de pánico hacia otros títulos de deuda pública, debilidad de otros Estados o tensiones sobre los bancos europeos, crearía inestabilidad en los mercados financieros mundiales que tendría un efecto considerable en nuestro sistema financiero y en nuestra economía", declaró.
Este martes, la agencia calificadora Moody's informó que bajó la nota de obligaciones de Estado italianas a A2, argumentando los riesgos que pesan sobre el financiamiento de la deuda a largo plazo, así como el lento crecimiento de su economía.
La Unión Monetaria está más que nunca bajo presión para encontrar una solución que vaya más allá del caso griego. Después de Estados Unidos, que incita desde hace semanas a reforzar todavía más el Fondo Europeo de Estabilidad Económica (FEEF) para los países frágiles, Japón, preocupado de ver el yen a niveles históricos, exhortó a los europeos a que "apliquen rápidamente el plan de ayuda a Grecia".
En respuesta a estos apremios, el Eurogrupo se contentó de confirmar que contempla reforzar el FEEF para hacerlo más "eficaz" aunque sin aumentar los fondos.

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