martes, 4 de octubre de 2011

La zona euro se plantea que los bancos paguen más por Grecia

LUXEMBURGO.- Los ministros de Finanzas europeos se plantean que los bancos asuman mayores pérdidas por la deuda griega y han pospuesto un pago de ayuda vital para Atenas hasta mediados de noviembre, creando una situación muy difícil en la lucha contra la crisis de deuda soberana de la zona euro.

El ministro griego de Finanzas, Evangelos Venizelos, dijo que el país tenía suficiente dinero para poder esperar hasta mediados de noviembre para recibir el siguiente tramo de ayuda de la Unión Europea y del Fondo Monetario Internacional, e insistió en que los ministros de la zona euro no estaban preparándose para un impago griego, pese al inquietante retraso.
"No hay debate sobre un default", dijo Venizelos el martes en rueda de prensa.
Las acciones bancarias sufrían un nuevo desplome el martes, arrastrando en su caída a todo el mercado, después de que los 17 ministros de la zona euro reunidos en Luxemburgo pidieran una revisión del acuerdo de canje de deuda con tenedores privados de deuda del 21 de julio.
El retraso en el desembolso de una ayuda de 8.000 millones de euros, que Grecia ha dicho que necesita con urgencia para pagar los salarios y pensiones de octubre, y la revisión del acuerdo con el sector privado, elevan la probabilidad de una suspensión de pagos griega tan pronto como la zona euro disponga de nuevas herramientas para sofocar una crisis, dijeron analistas.
"El mercado está cada vez más preocupado sobre el potencial de la crisis griega y la catástrofe que podría generarse si hay un default desordenado", dijo Jane Foley, estratega de monedas de Rabobank.
El euro tocó un mínimo de nueve meses contra el dólar y un mínimo de 10 años frente al yen.
La confianza de los inversores también se vio afectada por la profundización de los problemas del grupo financiero franco-belga Dexia.
Las acciones de Dexia, un banco con grandes participaciones de deuda griega y de otros países de la periferia de la zona euro, se hundían más del 20 por ciento tras perder un 10 por ciento el lunes.
Los ministros de Finanzas de Francia y Bélgica dijeron en una declaración conjunta que París y Bruselas, y sus bancos centrales, tomarán todas las medidas necesarias para salvaguardar a los acreedores y ahorradores de Dexia.
Jean-Claude Juncker, presidente del Eurogrupo de los 17 países de la zona euro, dijo que los ministros estaban reevaluando el alcance de la participación del sector privado en el planeado segundo paquete de rescate a Grecia por 109.000 millones de euros, que ahora podría ser insuficiente después de que Atenas admitiera que incumplirá sus metas de déficit.
Según el acuerdo de julio, los acreedores privados asumirán un descuento del 21 por ciento en sus carteras de deuda griega mediante un plan para aligerar y dilatar la carga de deuda, mientras que los gobiernos de la zona euro financiarían las mejoras crediticias para atraer la participación voluntaria.
Ahora que la situación de crecimiento económico y déficit de Grecia ha empeorado, Juncker afirmó que ese acuerdo debía revisarse.
"Dado que la participación del sector privado es una preocupación, tenemos que tener en cuenta los hechos que hemos experimentado desde las decisiones que tomamos el 21 de julio, por lo que estamos considerando revisiones técnicas", afirmó Juncker a la prensa, aunque no dio más detalles.
Francia, cuyos bancos podrían estar entre los que más pierden con una moratoria griega, instó a todas las partes a ceñirse al acuerdo original.
"Tenemos el acuerdo del 21 de julio. Tenemos que implementarlo, tenemos que seguir trabajando con él. Hoy Grecia necesita hacer un esfuerzo, necesita seguir moviéndose", dijo la portavoz del Gobierno galo Valerie Pecresse en i>Tele.
Juncker también decepcionó a los analistas al decir que el Banco Central Europeo no era la principal vía que se exploraba para incrementar la capacidad del fondo de rescate de la zona euro.
Su comentario, que refleja la enérgica oposición alemana a usar al BCE para apalancar al Fondo Europeo para la Estabilidad Financiera (FEEF), elevó las dudas de que el fondo de rescate pueda ser suficiente como para calmar a los mercados.
En Atenas, trabajadores del sector público en huelga bloquearon la entrada de varios ministerios en el segundo aniversario de la victoria electoral del Partido Socialista, interrumpiendo las negociaciones con los inspectores de la UE y el FMI sobre el próximo tramo de ayuda.
Pese a las más de seis horas de conversaciones, la reunión de la zona euro produjo pocos resultados concretos para frenar la crisis, elevando las expectativas de que Grecia acabe declarando la moratoria para sus 357.000 millones de euros en deudas.
Ahora todos los caminos apuntan a mediados de noviembre.
El único avance menor fue un acuerdo para resolver una disputa sobre la exigencia de Finlandia de garantías de Grecia a cambio de nuevos créditos. Las condiciones fueron complejas y pretendían desalentar a otros países a plantear condiciones especiales.
La reunión de ministros prevista para el 13 de octubre, donde se iba a suscribir el nuevo tramo de ayuda a Grecia, fue suspendida, dando más tiempo a la misión de la UE y el FMI para elaborar un informe sobre el avance de las medidas de austeridad y reformas económicas que debe llevar a cabo Atenas.
"Grecia nos dijo que los fondos tendrán que estar disponibles durante la segunda semana de noviembre", dijo el ministro de Finanzas belga, Didier Reynders.
"Revisamos el plan griego y ahora esperamos el informe final de la troika por lo que tenemos tiempo para decidir", agregó.

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