sábado, 15 de octubre de 2011

Las protestas de Wall Street se vuelven globales

NUEVA YORK.- Manifestantes de varias partes del mundo salieron a las calles el sábado tras acusar a banqueros y políticos de arruinar economías, pero sólo los activistas de Roma protagonizaron una "jornada de la furia" en la que se registraron actos de violencia.

Alentadas por el movimiento Ocuppy Wall Street, las protestas comenzaron en Nueva Zelanda, recorrieron el mundo hasta Europa y se espera que regresen a su punto de partida en Nueva York. Se reportaron marchas en casi todas las capitales y grandes ciudades europeas.
La jornada mundial de protestas coincidió con la reunión del Grupo de las 20 mayores economías del mundo en París, donde ministros de Finanzas y banqueros centrales intentan hallar soluciones para terminar con la crisis.
Aunque la mayoría de las manifestaciones fueron pequeñas y apenas si interrumpieron el tráfico, el evento de Roma atrajo a decenas de cientos de personas que ocuparon kilómetros del centro de la ciudad.
Algunas personas que llevaban máscaras y escudos incendiaron autos, rompieron ventanas de tiendas y bancos y atacaron oficinas del Ministerio de Defensa. La policía usó cañones de agua para dispersar a agitadores que lanzaban piedras, botellas y bombas molotov.
En Roma podía verse un mar de banderas rojas y carteles con eslóganes en contra de las políticas económicas que según dicen afectan a las clases de menores recursos. La violencia llevó a varios manifestantes a refugiarse en hoteles cercanos.
El viernes, estudiantes irrumpieron en las oficinas de Goldman Sachs en Milán y pintaron graffiti rojos. Otros arrojaron huevos a la sede de UniCredit, el mayor banco de Italia.
Las protestas mundiales respondieron a llamamientos de los manifestantes de Nueva York para que más gente se les una. Su ejemplo ha desplegado convocatorias a ocupaciones similares en decenas de ciudades de Estados Unidos desde el sábado.
En contraste, pequeñas marchas pacíficas se registraron a lo largo de la región Asia-Pacífico el sábado. En Auckland, la ciudad más grande de Nueva Zelanda, unas 3.000 personas corearon consignas y tocaron tambores para denunciar la codicia de las grandes empresas.
Alrededor de 200 personas se reunieron en la capital Wellington y unas 50 se congregaron en un parque de la ciudad sureña de Christchurch, recientemente afectada por un terremoto.
"Creo que la gente quiere una democracia real", dijo Nick Carson, portavoz de OccupyMelbourne.Org, mientras unas 1.000 personas se reunían en la ciudad australiana.
"No quieren influencia corporativa sobre sus políticos. Quieren que sus políticos rindan cuentas", declaró.
En Sidney, unas 2.000 personas, incluyendo representantes de grupos aborígenes, comunistas y sindicatos, protestaron fuera del Banco de Reserva de Australia.
Cientos marcharon en Tokio, incluyendo a manifestantes que se oponen a las políticas del país sobre la energía nuclear tras el desastre de Fukushima.
En Manila, capital de Filipinas, algunas decenas marcharon contra la embajada de Estados Unidos agitando pancartas que decían: "Abajo con el imperialismo de Estados Unidos" y "Filipinas no está en venta".
Más de 100 personas se reunieron en la bolsa de valores de Taipei cantando "somos el 99 por ciento de Taiwán", y dijeron que el crecimiento económico sólo había beneficiado a las compañías mientras los salarios de la clase media apenas cubrían la vivienda, educación y costos de salud.
Los activistas hallaron apoyo de un importante empresario, el presidente de Taiwán Semiconductor Manufacturing Corp (TSMC), Morris Chang.

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