domingo, 27 de noviembre de 2011

Frío confort entre los europeos ante la austeridad

LONDRES.- Mientras los trabajadores protestan por las medidas de austeridad en las calles, los europeos que económicamente peor lo pasan están en sus casas, atravesando dificultades para pagar la calefacción justo cuando llega el invierno, visitando los comedores públicos y despojándose de mascotas costosas.

La crisis de deuda que azota a la eurozona ha visto cómo los gobiernos recortaban gastos, incluidos los programas sociales, y subían los impuestos. El desempleo va al alza y muchos europeos se preparan para un futuro sombrío.
El alcalde rumano Florin Cazacu protagonizó una huelga de hambre la semana pasada por los recortes a las ayudas de calefacción, lo que significa que su ciudad, Brad, no podrá hacer frente a la compra de combustible para sus residentes, instituciones públicas y hospitales, que encaran un invierno más duro.
"Mi huelga de hambre fue una solución extrema, un grito como alcalde para ayudar a la comunidad", dijo Cazacu a Reuters por teléfono el domingo.
Suspendió la huelga el sábado después de que el Gobierno central accediera a pagar un millones de leis (unos 229.000 euros), pero dijo que eso sólo cubriría entre 15 y 20 días de calefacción en una ciudad donde las temperaturas pueden caer a hasta 30 grados bajo cero.
"Así que lo que hace falta es que el Gobierno asigne 2.500 toneladas de combustible de las reservas estatales para cubrir las necesidades de calefacción para todo el invierno", dijo el alcalde, cuya ciudad tiene un déficit de tres millones de leis para comprar combustible.
El Gobierno de Rumanía - el segundo país más pobre de la UE, donde el salario medio es inferior a 400 euros al mes - ha recortado salarios y elevado impuestos para hacer frente al déficit.
Las estufas de leña, en el pasado símbolo de pobreza, están volviendo con fuerza cuando los griegos se enfrentan con una subida de los precios de calefacción después de que el Gobierno de Atenas elevara los impuestos de la energía para ayudar a recuperar la economía.
"El negocio ha crecido un 100 por cien", dijo Costas Mitsionis, que vende estufas y es una de las pocas caras que sonríen en un mercado de Atenas.
"Todo el mundo quiere comprar, pobres y ricos. Esta crisis ha puesto sobre todos el temor de Dios".
Incluso en la opulenta Alemania, peso pesado de Europa y la gran esperanza de los rescates, la crisis ha llevado a un incremento de los comedores público, según el autor de un libreo sobre pobreza.
"Hay aproximadamente unos 700 comedores en todo el país, donde los pobres pueden ir a por una comida caliente gratis", dijo Ulrich Schneider, que es director gerente de la Asociación Parity Welfare. "Los comedores eran algo de lo que no se hablaba en Alemania hace una década. Ahora acuden cada día a ellos un millón de personas", añadió.
Añadió: "No vas a encontrar un comedor público en zonas de ciudades como Berlín donde van los turistas. Habitualmente están fuera de la vista y de la atención".
Pero no son sólo los pobres quienes sufren los rigores económicos.
Los prestamistas dan cuenta de un incremento de su negocio. El parisino Credit Municipal, fundado en 1637, ha visto una subida del 20 por ciento de su negocio en el último año, con una media de 700 clientes al día, principalmente entre "las clases medias en dificultades".
La británica Citizens Advice Bureau, una organización de caridad que asesora sobre temas como la deuda y el desempleo, dijo que había visto un incremento en las peticiones de una amplia sección de la sociedad.
"Hemos visto mucha gente que o ha perdido sus trabajos o se ven en dificultades porque les han congelado los ingresos o reducido sus horas de trabajo", dijo la portavoz, Moira Haynes.
En un país que no forma parte de la eurozona y en el que se dice que la población se preocupa más de los animales que de las personas, incluso las adoradas mascotas están reduciéndose dadas las estrecheces de los presupuestos domésticos.
La londinense Battersea Dogs and Cats Home informó este mes de un incremento en el número de personas que se estaban deshaciendo de sus mascotas.
"Perdí mi empleo hace cuatro meses y he intentado encontrar otro, pero ahora estoy preocupado por la posibilidad de perder mi casa. Shady es mi mejor amigo, lleva conmigo dos años pero no puedo permitirme tenerlo más tiempo", dijo Aaron LeBlanc, propietario de un perro.
El diario The Guardian informó de un aumento del número de personas que están hiriendo o incluso matando a sus mascotas para cobrar el seguro.
Los jardines de Reino Unido están llenos de gente que está cultivando su propia fruta y verdura, pero para Antonio, un padre desempleado que dejó su piso en Madrid la primavera pasada y alquiló una casa en el campo en España con la intención de cultivar verdura ecológica, hay poco que celebrar.
Antonio, que no quiso dar su nombre, dijo que sus cultivos estaban en peligro por el frío y pidió a sus vecinos permiso para recoger aceitunas de sus árboles con la intención de marinarlas y venderlas. Se negaron.
"No van a usarlas, pero tampoco me las darán", dijo. "Las aceitunas son una fuente enorme de nutrientes", añadió.
En Atenas, Themis, de 45 años, dijo que había perdido su trabajo como cocinero de una compañía de catering. "No encuentro el coraje para decírselo a mi mujer", dijo.
La irritación en Europa por las estrecheces ha ido en aumento ante las informaciones de que algunos ejecutivos y banqueros están ganando y sacando provecho de la crisis y por el sentimiento de que en algunos países los ricos han evadido impuestos.

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