viernes, 4 de noviembre de 2011

La eurozona no consigue más dinero para la crisis en el G-20


CANNES.- La zona euro consiguió el viernes apoyo verbal pero no más dinero en una cumbre del G-20, en sus trabajosos esfuerzos por afrontar su crisis de deuda soberana, mientras que Italia pasó a estar supervisada en la práctica por el Fondo Monetario Internacional.

Los líderes de las mayores economías del mundo, reunidos en la Riviera francesa, instaron a Europa a arreglar sus problemas y aplazaron para el año que viene las eventuales medidas para entregar más recursos al FMI para su lucha contra las crisis.
"Prácticamente ningún país aquí ha dicho que estaría dispuesto a apoyar al FEEF (Fondo Europeo de Estabilidad Financiera)", dijo la canciller alemana, Angela Merkel, en rueda de prensa.
Potenciales estados inversores como China y Brasil querían conocer más detalles antes de suscribir cualquier compromiso de poner dinero en el fondo de rescate.
Las bolsas globales y el euro caían, al resurgir las dudas sobre el paquete de rescate financiero europeo.
El presidente estadounidense, Barack Obama, bromeó con que había aprendido mucho en dos días sobre la complejidad del "trabajoso" proceso de toma de decisiones de la Unión Europea, pero dijo confiar en que Europa tiene la capacidad y el plan correcto para enfrentarse al desafío. La clave ahora es una aplicación rápida de las medidas.
"Van a tener a un socio fuerte en nosotros, pero los líderes europeos entienden que lo que es importante al final es enviar una señal sólida desde Europa de que ellos están firmes detrás del euro", añadió.
Pero la primera ministra australiana, Julia Gillard, resumió el ánimo de muchos participantes de la cumbre al afirmar que "Europa debe conseguir que su propia casa esté en orden".
La cumbre del G-20 de dos días comenzó con la impactante propuesta de Grecia de realizar un referéndum sobre el programa de rescate, que podría haberla sacado de la zona euro, y terminó, después de que Grecia descartase el plebiscito, con Italia presionada para que recupere su credibilidad en los mercados financieros.
El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, cuyo Gobierno amenaza con derrumbarse, dijo que Italia recibe con beneplácito la fiscalización trimestral del FMI al avance de sus postergadas reformas a las pensiones, al mercado laboral y de privatizaciones, que él había prometido aplicar ya.
El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, que encabezó la cumbre, dijo que Berlusconi ha aceptado voluntariamente la fiscalización extraordinaria, porque es "consciente de las dudas del mercado sobre la aplicación del plan".
Dado el tamaño de su economía, Italia supone un riesgo bastante mayor para el bloque de 17 países que Grecia, que casi rompió con el euro por su mala gestión de las finanzas públicas.
Con un alza en sus costes de financiación y un nivel de deuda equivalente al 120 por ciento del Producto Interior Bruto, Roma tiene la tercera economía más grande de la zona euro con el mayor mercado de bonos soberanos, y es demasiado grande como para declararse en bancarrota.
El líder italiano dijo que el FMI le había ofrecido prestarle dinero, pero que lo había rechazado. La directora gerente del FMI, Christine Lagarde, dijo que Italia no calificaría para ninguna línea de crédito del FMI.
La concesión de Berlusconi de aceptar la supervisión del FMI se produjo después de un ultimátum europeo que obligó a Grecia a dar marcha atrás a su referéndum y a buscar un consenso nacional para aplicar las medidas de austeridad.
"Veo esto como evidencia de lo importante que es el proceso de reforma de Italia para el país y para la zona euro en general", dijo el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso.
La comisión también supervisará a Italia, con una primera evaluación prevista para la próxima semana.
Pero el nuevo papel del FMI lleva a la crisis de la zona euro a otro nivel y sugiere que los mercados ya no confían en la UE como vigilante de sus propias economías.
Italia ha debido sumarse a los países receptores de rescates como Grecia, Portugal e Irlanda, en la renuncia al control total de su propia política económica.
Los líderes de Francia, Alemania, Italia, España, el Banco Central Europeo, el FMI y las instituciones de la UE discutieron con Obama las maneras de reforzar los fondos de financiación del FMI para ayudar a prevenir el contagio de la crisis europea y evitar que la economía mundial caiga de nuevo en recesión.
El primer ministro británico, el euro-escéptico David Cameron, se mostró muy en contra del uso de los fondos del FMI para apoyar a la zona euro y fue secundado por su colega canadiense, Stephen Harper. "No vemos absolutamente ninguna razón para que Canadá, o cualquier otro país, necesite contribuir como tal a un rescate", dijo Harper.
Los países de la zona euro son ricos y tienen los medios para enfrentarse a sus propios problemas, agregó Harper.
Aunque no se concordaron sumas, el refuerzo a los recursos del FMI, en su mayoría de grandes economías emergentes como China, podría ser en torno a los 300.000-350.000 millones de dólares, dijeron funcionarios del G-20.
Sarkozy comentó que se ha indicado a los ministros de Finanzas del G-20 que estudien varias opciones para aumentar los fondos del FMI cuando se reúnan en febrero.
"Nos aseguraremos de que el FMI continúe teniendo recursos para jugar su papel sistémico en beneficio de todos sus miembros", dijo el comunicado final del G-20.
Una idea discutida en Cannes implicaba agrupar los derechos de los países de la zona euro para pedir prestado al FMI con el fin de edificar un fondo que ayude a las economías vulnerables como Italia y España. Esto podría dejar disponibles otros 280.000-300.000 millones de dólares, dijo la fuente del G-20.
Los delegados reunidos en el edificio que alberga al festival de cine de Cannes asistieron a la lucha de la zona euro por controlar uno de sus mayores crisis de la historia, después de que Grecia estuviese al borde de abandonar al euro.
El futuro de Grecia en la zona euro podría depender de una moción de confianza al primer ministro socialista, Georgios Papandreu, la noche del viernes.
Si Papandreu gana, fuentes gubernamentales dijeron que se ha comprometido a dimitir y abrir la puerta a un gobierno de unidad nacional interino que promulgue el plan de rescate de la UE/FMI, reciba una ayuda vital y prepare el camino a unas elecciones anticipadas el próximo año.
Pero si pierde, Grecia se hundirá en una crisis política aún más profunda y podría enfrentarse a una moratoria y una posible salida de la zona euro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario