sábado, 5 de noviembre de 2011

La crisis de deuda agudiza el abismo entre la política y ciudadanía europea

PARÍS.- El anuncio de Grecia de convocar un referendo, finalmente retirado, fue considerado como un triunfo por varios movimientos sociales pero suscitó la ira de dirigentes en una muestra más, según analistas, de la creciente desarticulación entre la política y ciudadanía europea.

Varios 'indignados' españoles, cada vez más fortalecidos desde el inicio de la crisis, celebraron el anuncio del primer ministro griego, Yorgos Papandreu, de someter a la consulta popular el plan de rescate europeo de Grecia aprobado el 27 de octubre en una cumbre de Bruselas.
"El pueblo griego tiene derecho a decidir su futuro. Negarles esa posibilidad es una pérdida para la democracia", dijo Roc Peris, un 'indignado' de 21 años.
La organización ATTAC (Asociación por la Tasación de las Transacciones Financieras y por la Ayuda a los Ciudadanos) también consideró la propuesta como "un logro democrático", aunque la calificó de "tardía".
La propuesta de Papandreu causó tal revuelo en Europa que poco después fue anulada. El primer ministro griego debió dar explicaciones ante el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel y el Fondo Monetario Internacional (FMI), principales acreedores de Grecia.
"No podemos llevar la felicidad a los griegos si ellos no la quieren", declaró el jefe de fila de los ministros de Finanzas de la Eurozona, Jean-Claude Juncker.
Una ola de críticas y advertencias se propagó en el mundo entero, e incluso provocó un duro enfrentamiento entre el Gobierno y la oposición de Grecia, culminando con enfrentamientos en el seno del partido de gobierno.
Finalmente, el Gobierno griego confirmó que no habrá referendo. Pero la calma no ha regresado a Grecia, sumida en una recesión que se inició en 2008 y se arrastrará hasta 2012, según las últimas estimaciones.
Para expresar su apoyo al pueblo griego, los 'indignados' preparan su marcha hacia "el corazón de Atenas" el 10 de noviembre.
La idea de este movimiento contra las finanzas globales es seguir llevando a las calles a decenas de miles de personas, repitiendo las multitudinarias manifestaciones de mediados de octubre que tuvieron eco en todos los continentes.
"Como se dice por ahí: cuando la democracia entra por la puerta, los mercados salen por la ventana", comenta Roc Peris.
"No es a los mercados a los que se debe calmar, sino al pueblo", agregó.
El plan de rescate a Grecia prevé una quita (anulación) del 50% de la deuda griega de 350.000 millones, de euros en manos de acreedores privados (bancos, fondos de pensión y de inversión). De ponerse en marcha, la deuda de Grecia pasará del 165% de su PIB actual al 120% hacia 2020.
"Habría que quitar el poder de los políticos", señaló Vangelis Ipadimou mientras leía los titulares de la prensa en Atenas, plagados de críticas hacia Papandreu.
Bajo los constantes anuncios en las radios y televisiones de Atenas de más recortes, desempleo, disturbios, huelgas y la tutela de una troica compuesta por la Unión Europea (UE), el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo (BCE), la vida del ciudadano griego se ha vuelto insoportable.
Al menos Papandreu obtuvo este sábado la confianza del Parlamento en una votación crucial para la ratificación del acuerdo europeo, que a cambio de la ayuda a Grecia, incluye más sacrificios económicos para los ciudadanos.
"Los griegos deberían tener la oportunidad de votar una apuesta semejante, y su destino no debería ser manejado por líderes muy lejos de sus fronteras que ellos ni siquiera eligieron", opinó Peter Morici, de la Universidad de Maryland.
La erupción de la política en lo que hasta ahora parecía un proceso tecnocrático "iba a pasar tarde o temprano", señalaron los analistas Shahin Vallée y Guntram B. Wolfó del Centro Bruegel.
"De última lo que Papandreu sugirió es mucho más que un referendo en Grecia. Marcó el momento de la verdad para la Eurozona y para toda la Unión Europea", opinaron.

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