lunes, 21 de noviembre de 2011

Más presiones sobre la banca podrían contagiar al Este de Europa

LONDRES.- La agencia de calificación crediticia Fitch Ratings ha asegurado que si la crisis de la eurozona se intensifica, las presiones sobre los bancos de la unión monetaria se trasladarían a sus filiales en la Europa emergente, lo que a su vez reduciría la capacidad de crédito y debilitaría el crecimiento en muchos de sus países, según advirtió en un comunicado. 

   En concreto, explica que si la situación empeora en la zona euro, las presiones en el capital y la financiación de sus bancos podría forzar a las entidades a recortar la financiación a sus subsidiarias en los países de Europa emergente en mayor medida de lo que justificarían las condiciones locales.
   "La propiedad extranjera de los sectores bancarios nacionales ha sido una fortaleza del 'rating' de los países de Europa Central y del Este, en la medida que los bancos internacionales han demostrado su voluntad y capacidad de apoyar a sus subsidarias, antes y durante la crisis financiera, cuando sea necesario", afirmó la directora asociada del grupo soberano de Fitch, Michele Napolitano.
   Sin embargo, añade que una mayor intensificación de las presiones financieras en los bancos de la eurozona aumentaría el riesgo de que tengan menos capacidad de prestar este apoyo y, en vista de los fuertes vínculos económicos y financieros con la región, las presiones podrían ampliarse desde la eurozona a los bancos de la Europa emergente.
   Por países, destaca que los sectores bancarios de Croacia, Bulgaria, Serbia y Rumanía tienen los vínculos más fuertes con Grecia e Italia, mientras que en el caso de Polonia, Hungría y la República Checa la propiedad extranjera de sus entidades está más diversificada. En cambio, la presencia de bancos portugueses, irlandeses y españoles es "limitada" en toda la región.
   Los análisis de Fitch sugieren que los préstamos desde los bancos con sede en la eurozona a los países de Europa Central y del Este se mantuvieron prácticamente estables en la primera mitad de 2011, aunque que el reequilibrio macroeconómico y el desapalancamiento han limitado la demanda del crédito.
   Aún así, los mismos análisis muestran que los bancos griegos han reducido los préstamos más que cualquier otra entidad de la eurozona, lo que sugiere que los bancos de la Unión Monetaria, si se enfrentan a una fuerte presión en sus mercados nacionales, podrían reducir su exposición a sus mercados clave.
   En esta línea, la agencia cree que el riesgo más concreto de un empeoramiento de la crisis de la eurozona sería una reducción en la financiación disponible de sus bancos matriz, que podría obligar a sus filiales a volverse cada vez más autosuficientes, recortando el crédito y reduciendo sus balances, ambos aspectos con consecuencias en el crecimiento económico.
   "Los bancos de Europa Central y del Este tiene una pequeña exposición directa a la deuda soberana de Grecia o de la periferia de la eurozona. Pero una perspectiva de crecimiento más débil y un impacto negativo de la depreciación de la moneda en los prestatarios con deuda denominada en divisa extranjera podría tener un impacto en la calidad de los activos", agrega.

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