jueves, 15 de diciembre de 2011

Alemania rechaza las peticiones de acción del BCE tras la cumbre

FRANCFORT.- La canciller alemana, Angela Merkel, y el Banco Central Europeo urgieron el miércoles a Europa a mantener una estricta disciplina fiscal y a olvidar soluciones únicas, después de que los mercados financieros juzgaran que la última cumbre de la Unión Europea no logró resolver la crisis de deuda de la zona euro.

En dos intervenciones por separado, Merkel y presidente del poderoso banco central alemán, Jens Weidmann, rechazaron la presión para que el BCE intervenga con más contundencia para evitar la escalada de la crisis.
La canciller dijo al Parlamento alemán que se tardarán años, y no semanas, en superar los problemas de deuda, pero que Europa saldrá más fuerte "si tenemos la paciencia y resistencia necesarias, si no permitimos que los reveses nos tumben, si avanzamos de manera consistente hacia una unión fiscal y de estabilidad".
"El Gobierno alemán siempre ha dejado claro que la crisis de la deuda en Europa no se va a resolver de un solo golpe. No hay un golpe único tal", agregó.
Weidmann, una voz influyente en el BCE, dejó clara su oposición a un aumento de las compras de deuda de los estados de la eurozona con problemas, aseguró "no ser un fan" del actual programa de compra limitada de bonos y que incluso sus partidarios son cada vez más escépticos.
También dijo que el Bundesbank sólo podría hacer nuevos aportaciones al Fondo Monetario Internacional (FMI) para ayudarle a combatir la crisis de la zona euro si otros países fuera de Europa también lo hacían.
El euro se hundió a un mínimo de 11 meses contra el dólar, perdiendo el nivel de 1,30 dólares, las acciones cayeron e Italia debió pagar un rendimiento récord en la historia del euro para vender bonos a cinco años, mientras los nerviosos inversores esperaban una posible rebaja de la calificación crediticia a uno o más de los países de la zona euro.
Roma debió pagar un 6,47 por ciento por vender 3.000 millones de euros en bonos, subiendo desde el 6,29 por ciento histórico del mes pasado, poniendo de manifiesto la feroz presión de los mercados antes de un año en el que Italia tiene una meta de financiación bruta de 440.000 millones de euros a partir de finales de enero.
La ministra de Asuntos Europeos de Irlanda, Lucinda Creighton, dijo que el acuerdo de la cumbre de la semana pasada entre 26 países de la Unión Europea, con el disenso de Reino Unido, de renegociar un nuevo pacto fiscal para poner en práctica medidas presupuestarias más estrictas no detendrá la crisis.
"Tener la unión fiscal en rigor para marzo es deseable, pero no creo que vaya a salvar al euro", dijo a los periodistas durante una visita a París.
"Idealmente (me gustaría ver) una declaración muy clara del BCE indicando que está preparado para hacer lo que sea necesario para salvar la divisa, y es el último apoyo", indicó Creighton. "No creo que estemos allí todavía, pero tengo la sensación de que terminaremos allí".
Francia ha rebajado el tono de los llamamientos para una intervención del BCE, destacando su respeto a su independencia, en parte en deferencia a su alianza con Alemania.
Creighton afirmó que la crisis se acelerará probablemente cuando países como Italia y España acudan a los mercados en enero y febrero en búsqueda de financiación.
"Serán retados. Todavía tenemos que ver la escala del reto", agregó.
Weidmann dijo a los periodistas que el mandato del BCE evita que la institución se embarque en compras de bonos ilimitadas y que la experiencia demuestra que esto llevaría inevitablemente a la inflación.
"Creo que la idea es asombrosa, que se pueda ganar confianza rompiendo las normas", indicó.
Francia dijo que al igual que Alemania quiere otra cumbre de la eurozona en enero en la que se aborden los pasos a dar para recuperar el crecimiento, ante los pronósticos de que las medidas de austeridad están llevando a la economía europea de vuelta a la recesión y Alemania, la potencia económica de la UE, está casi parada.
Merkel descartó aumentar el tamaño del fondo permanente de rescate planeado para la eurozona, el Mecanismo Europeo de Estabilidad, más allá de los 500.000 millones de euros, según los asistentes a una reunión celebrada el martes a puerta cerrada.
Pero el presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, que preside las cumbres, dijo que en marzo se completará una revisión de si los fondos son adecuados.
La cacofonía entre los políticos europeos, pocos días después de la decimosexta cumbre desde el inicio de la crisis de la deuda, puso más nerviosos a los mercados, que esperan una decisión inminente de Standard & Poor's después de que la semana pasada pusiera las notas de 15 países de la eurozona en perspectiva negativa para una posible revisión a la baja. Uno de los principales temores es que Francia pierda la máxima calificación, la AAA.

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