miércoles, 7 de diciembre de 2011

Los obstáculos llenan el camino hacia un pacto en la Unión Europea


BRUSELAS.- Los líderes europeos se están posicionando para librar una "batalla real" sobre los cambios del tratado de la Unión Europea en la cumbre que comienza el jueves, en su intento de forjar una integración más profunda y cambiar la tendencia de la crisis de deuda.

Sobre la mesa hay visiones antagónicas sobre cómo modificar el tratado de Lisboa, y mientras Francia y Alemania están asumiendo una postura, el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, apuesta por otra. En medio, varios miembros del bloque tienen preocupaciones por ambos puntos de vista.
La capacidad de la eurozona para trazar un camino de cara a una integración más estrecha, y persuadir en el proceso a los mercados financieros de que el proyecto de la moneda única puede sobrevivir, depende de si los líderes alcanzan un consenso significativo el viernes.
La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, coinciden en que varios cambios de la UE, que se tardaron ocho años en negociar, son necesarios para reforzar unas normas presupuestarias más estrictas en los países de la eurozona e impedir cualquier crisis de deuda en el futuro.
"El actual sistema ha descubierto despiadadamente las deficiencias en la construcción de la unión económica y monetaria", escribieron en una carta conjunta a Van Rompuy publicada el miércoles. Van Rompuy presidirá la cumbre de dos días.
"Necesitamos normas más ambiciosas y vinculantes y compromisos para los países de la eurozona. Proponemos que esas normas y compromisos nuevos deberían quedar reflejados en los tratados europeos", añadió.
Van Rompuy no está en desacuerdo con el objetivo, pero discrepa en cuál es el mejor método para lograrlo.
En un informe recopilado tras una semana de consultas con los 27 líderes de la UE y que formará la base del debate de la cumbre, Van Rompuy propone usar un procedimiento "rápido" para modificar el tratado a través de una sección poco conocida llamada protocolo 12.
El protocolo tiene que ver con el "procedimiento de déficit excesivo" aplicado a los países que acumulen déficits presupuestarios que superen el 3 por ciento del Producto Interior Bruto.
Mejorando el protocolo 12 y reforzando otros mecanismos de la legislación de la UE, como el pacto de estabilidad y crecimiento sobre rigor fiscal, Van Rompuy dice que puede conseguirse una integración económica y presupuestaria más profunda con rapidez y sin tanto impacto como el que supondría un cambio completo de los tratados, como piden París y Berlín.
La otra ventaja, según sugiere su informe, es que la modificación "quirúrgica" del protocolo 12 no exigiría la aprobación de todos los parlamentos de la UE y requeriría únicamente una consulta al Parlamento Europeo.
"Este procedimiento podría llevar a cambios rápidos y significativos", dijo Van Rompuy en el informe, enviado el martes a las capitales de la UE.
Sin embargo, Berlín respondió de inmediato a la propuesta, y un alto cargo alemán dijo a los periodistas el miércoles que esa no era la forma y que, si era necesario, Alemania y Francia presionarían por un tratado únicamente para los 17 países que forman la eurozona, no para todo el bloque.
Pese a que Van Rompuy dejó abierta la posibilidad a los eurobonos, el alto cargo alemán reafirmó que el punto de vista de Berlín era que la emisión de deuda común de la eurozona agravaría la crisis en lugar de resolverla.
El responsable alemán rechazó una propuesta separada para incrementar el potencial del fondo de rescate de la UE permitiendo que el Fondo Europeo de Estabilidad Financiero conviva con el Mecanismo Europeo de Estabilidad creado originalmente para sucederlo.
Mientras París y Berlín quieren mostrar un frente unido, los responsables de la zona euro dijeron que no había acuerdo entre ellos sobre la retirada del techo de 500.000 millones de euros para la capacidad de préstamos conjunta del FEEF y el MEE, como planteó Van Rompuy.
Otros obstáculos más abundan a medida que se acerca la primera cena de los líderes europeos, el jueves por la noche.
Mientras Francia y Alemania proponen ahora que cualquier rescate del futuro MEE sea acordado con una mayoría del 85 por ciento, Finlandia contestó el martes con una defensa férrea de la norma de la unanimidad que aún prima en la toma de decisiones de la UE.
Y mientras el primer ministro británico, David Cameron, ha respaldado un cambio del tratado del bloque como la solución más creíble, también advirtió de que Reino Unido lo bloquearía a menos que se garanticen que se protegerán los intereses nacionales, particularmente el sector financiero de la City de Londres.
Con tanto campo para el debate, la duda ahora en Bruselas es si la cena del jueves durará toda la noche.

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