domingo, 7 de agosto de 2011

Rusia no está preocupada por su economía ante los problemas de deuda de EEUU

MOSCÚ.- La rebaja de la calificación de deuda de Estados Unidos por Standard & Poor's no se reflejará de forma dañina en la economía rusa, declaró hoy el presidente de la Cámara de Cuentas de Rusia, Serguéi Stepashin.

"No habrá desplomes. La rebaja de la nota de la deuda norteamericana no traerá ninguna consecuencia trágica para la economía de Rusia", dijo Stepashin a la agencia rusa Interfax.
El político ruso, sin embargo, señaló que la rebaja de la nota es una lección para Estados Unidos de la que la potencia americana debería sacar conclusiones.
"Quiero subrayar en este sentido la necesidad de apoyar los pasos dados por los dirigentes del país (Rusia) para crear una política industrial moderna. Es una garantía para un desarrollo estable", concluyó Stepashin.
Con anterioridad, el Gobierno ruso declaró que la rebaja de la calificación de deuda de Estados Unidos no será un impedimento para que Rusia siga acumulando sus reservas de divisas en dólares estadounidenses.

La rebaja de nota de EEUU augura una nueva tormenta financiera

PARÍS.- La rebaja de la nota crediticia de Estados Unidos, fustigada por los economistas, augura una nueva tormenta financiera con la apertura de las plazas bursátiles más importantes el lunes tras su peor semana desde la crisis de 2008, advierten analistas.

Los mercados financieros se derrumbaron la semana pasada, ya afectados por la inquietudes que genera la zona euro y el temor a una recesión económica global.
En Europa, la Bolsa de Fráncfort perdió 13% la semana pasada, el índice Footsie-100 de Londres perdió casi 10% y la plaza bursátil parisina un 11%. En Estados Unidos, el índice Dow Jones perdió 5,75%.
La Bolsa de Valores de Sao Paulo acumuló un retroceso la semana pasada de 9,98%, la de Buenos Aires 7,65%, México 6,39%, Santiago 8,22, Bogotá 5,98%, Lima 8,22% y Caracas 3,8%.
La degradación de la nota de la deuda estadounidense, rebajada de la deseada 'triple A' a 'AA+', "no es una sanción, aún menos un castigo", aseguró el sábado Jean-Michel Six, jefe economista para Europa de Standard & Poor's (SP).
Pero con la coyuntura actual, la decisión de la agencia desplace a numerosos economistas.
"Esta gente no está en posición de emitir un juicio", machacó el sábado el premio Nobel de Economía estadounidense Paul Krugman, recordando las notas 'AAA' otorgadas por SP y sus competidores a los productos de riesgo que originaron la crisis mundial de 2008.
Esta decisión es "una locura ya que los estadounidenses tienen capacidad para reembolsar su deuda", estimó Jean-Herve Lorenzi, presidente del Círculo de los Economista de Francia.
"En el contexto de crisis actual" agregó "echa leña al fuego que se está encendiendo", lamentó Elie Cohen, economista y director de investigación del Centro Nacional de Investigación Científica francés (CNRS).
"El hecho de que Standard & Poor's haya finalmente apretado el gatillo rebajando la nota de Estados Unidos de 'AAA' a 'AA+' hará temblar sin lugar a dudas a los mercados financieros cuando abran el lunes", sostuvo Paul Dales, analista de Capital Economics, con sede en Estados Unidos.
"Si el desbarajuste de los mercados continúa, los riesgos de recesión van a aumentar", advirtió.
El economista Steen Jakobsen, de Saxo Bank, fue aun más lejos y predijo el comienzo de una segunda crisis mundial.
"¡Bienvenido a la crisis 2.0!", lanzó, cuando numerosos países enfrentan importantes deudas públicas ampliamente contraídas durante la crisis bancaria de 2008 y la recesión que le siguió.
"La crisis 1.0 era el fracaso del sistema bancario para borrar las pérdidas generadas por los créditos hipotecarios estadounidenses de riesgo (...). Esto creó una corrida bancaria, que los políticos resolvieron trasladando la deuda del sector privado hacia el sector público", recordó.
"Funcionó a corto plazo, pero como se ve en Europa el mercado se interroga sobre la capacidad de los gobiernos a reembolsar su deuda", constató.
La decisión de SP "provocará efectos en España e Italia y dejará a Francia bajo presión", agregó Charles Wyplosz, profesor de economía en Ginebra. "La zona euro desciende al abismo", advirtió.

Las grandes potencias se movilizan para evitar un derrumbe bursátil mañana lunes

PARÍS.- Dirigentes políticos y bancarios de las principales economías del mundo trabajaban este domingo, en medio de un gran secretismo, para encontrar una solución consensuada que impida un nuevo derrumbe de las bolsas mundiales mañana lunes.

El G7, el G20 y el Banco Central Europeo (BCE) multiplicaron sus contactos y conferencias telefónicas de urgencia sobre la crisis de la deuda del euro y la catarsis provocada por la degradación de la nota crediticia de Estados Unidos.
Los primeros mercados en reaccionar fueron las bolsas de Oriente Medio y el Golfo Pérsico, que acusaron el golpe.
La Bolsa de Israel cayó un 7%, Abu Dhabi perdió 2,53%, Dubai retrocedió un 3,69%, Bahrein descendió un 0,33% y Omán se dejó un 2,08%. El sábado, la Bolsa saudí se desplomó un 5%.
Standard & Poor's (S&P) retiró el viernes a la primera potencia mundial la prestigiosa nota "AAA", característica de los emisores de obligaciones más fiables.
S&P bajó la nota de Estados Unidos a "AA+", una sanción inédita desde la creación de la agencia en 1941, debido a los "riesgos políticos" relacionados con la enorme deuda pública estadounidense, que supera los 14,5 billones de dólares.
El Tesoro de Estados Unidos cuestionó la decisión, poniendo en duda la "integridad" de la agencia. Según la institución, S&P cometió un "error de dos billones de dólares" en las proyecciones de déficit presupuestario hasta 2021.
"Los mercados ya se lo esperaban", explicó el domingo el economista jefe para Europa de S&P, Jean-Michel Six, para quien la preocupación de los mercados "tiene que ver mucho más con la reactivación, con la fuerza de la reactivación económica, que con una y otra nota en concreto".
Sin embargo, muchos expertos temen que los mercados se desplomen el lunes.
El ex presidente de la Reserva Federal estadounidense (Fed), Alan Greenspan, aseguró que el descenso de los mercados seguiría "un tiempo", aunque consideró que es "difícil decir" si el lunes habrá una debacle en las bolsas mundiales.
La sanción infligida a la primera economía del mundo hace que todavía sea más urgente una respuesta coordinada de los dirigentes europeos y estadounidenses, incapaces hasta ahora de frenar la espiral de descenso de las bolsas mundiales.
Los ministros de Economía y presidentes de los países del G7 -formado por Estados Unidos, Alemania, Japón, Francia, Canadá, Italia y Gran Bretaña- multiplicaron este fin de semana los contactos telefónicos para poder elaborar una estrategia común.
Los países del G20, que reúne a las principales economías del planeta, mantuvieron el domingo una conferencia telefónica de urgencia sobre las crisis de la deuda y la degradación de la nota de Estados Unidos, informó el viceministro surcoreano de Economía, Choi Jong-Ku.
La conversación se llevó a cabo varias horas después de que los titulares de Economía del G7 y sus consejeros mantuvieran una teleconferencia durante la noche del sábado, rodeada del máximo secretismo.
Otra teleconferencia entre los ministros de Finanzas y los principales banqueros del G7 está prevista antes de que abran los parqués asiáticos el lunes, según medios japoneses, quienes hablan de una posible declaración conjunta para calmar a los mercados.
El Consejo de Gobernadores del Banco Central Europeo (BCE) también tenía previsto reunirse por videoconferencia hacia las 16.00 GMT del domingo, según fuentes cercanas a la institución citadas por la agencia financiera Dow Jones Newswires.
Entre las medidas que se estudiarán está la posible intervención del BCE, que desde el lunes podría comprar obligaciones de Italia, tercera economía de la zona euro, así como de España.
Roma confirmó el viernes que el BCE podría comprar desde el lunes obligaciones del país, aunque el proyecto podría desvanecerse debido a las reticencias de Alemania, pese a que Fráncfort no quiso aclararlo.
Los mercados habían reclamado una intervención de este tipo, pero el discurso del pasado jueves del presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, que prometió nuevas compras en el mercado de la deuda, no tuvo efecto en los inversores.
Como consecuencia, las primas de riesgo de Italia y España en los mercados de la deuda frente a Alemania, país de referencia de la zona euro, alcanzaron nuevos récords.
La decisión de S&P "provocará un efecto rebote en España e Italia y pondrá a Francia bajo presión", estimó Charles Wyplosz, profesor de Economía de la universidad de Estudios Superiores de Ginebra.
"La zona euro baja al infierno", alertó.

Posible nueva rebaja a calificación de deuda de EEUU

WASHINGTON.- Hay una posibilidad entre tres de que se rebaje otro nivel la calificación de la deuda de Estados Unidos si las condiciones empeoran en los próximos seis a 24 meses, anunció el domingo Standard & Poor's.

Si el déficit fiscal estadounidense registra mayor deterioro o si la parálisis política se encona aún más, es posible una nueva rebaja, dijo el director de la agencia calificadora de deuda, John Chambers, a un programa de la cadena ABC.
Estados Unidos necesitará una "estabilización y una eventual declinación" de la deuda federal respecto del PIB, así como un ulterior consenso en Washington para que recupere la máxima calificación, agregó.

Alemania duda de que el fondo europeo pueda rescatar a Italia

WASHINGTON.- El Gobierno alemán duda cada vez más que Italia pueda ser rescatada por el fondo de emergencia de europeo, incluso si éste fuese tres veces más grande, según informa la revista alemana 'Der Spiegel' en su edición on-line.

   Las necesidades financieras de Italia son tan gigantescas que superarían a los recursos disponibles, según expertos del gobierno al rotativo alemán. La deuda pública de Italia es de unos 1,8 billones de euros, o un 120 por ciento de su PIB.
   El Fondo de Estabilidad Financiera actualmente dispone de 440.000 millones de euros y fue diseñado para ayudar a países de tamaño pequeño o mediano, aunque la propagación de la crisis de deuda a España e Italia podría obligar a las autoridades europeas a incrementar esta cantidad.

S&P otorga una previsión de "estable" a la deuda AAA de Francia

PARÍS.- El director de la sección europea de la agencia de evaluación crediticia Standard & Poor's, Jean-Michel Six, ha asegurado que la calificación AAA de la deuda gala --la más alta que concede la agencia-- tiene una previsión de "estable", según declaraciones a France Inter Radio.     

Six, quien aseguró que entre los factores que determinan la estabilidad de la deuda gala destaca la solidez de las decisiones del Gobierno, no anticipa "nada sensacional" de cara a la evolución de los mercados en su reapertura este lunes.

Las agencias de rating se rebelan ante los intentos de control de las autoridades

MADRID.- El pasado 27 de julio, cuando todos los ojos estaban puestos en si Republicanos y Demócratas elevaban o no el techo de gasto, una decisiva reunión tenía lugar en la Subcomité de Supervisión de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes en Washington. Allí, los principales representantes de las agencias de calificación de deuda exponían sus quejas por la nueva reglamentación que está diseñando la máxima autoridad financiera de EEUU, la SEC. 

"En una economía global es particularmente importante que los métodos de calificación no queden sujetos a la influencia de uno o más países que busquen beneficiar su propia calificación", advirtió el presidente de la agencia de calificación Standard & Poor's, Deven Sharma.
Irónica acusación, para advertir de que ese supuesto beneficio no es otro que la intención de la SEC de meter en vereda a estas entidades que llevan años campando a sus anchas sin que sus errores hayan tenido ningún castigo y que se revuelven como fieras ante cualquier intento de control.
En caso de salir adelante la nueva regulación, las agencias deberían someterse a controles intentos, test de evaluación de sus empleados, estudio de conflictos de intereses. Esto dispara de lleno contra las malas prácticas que vienen ejecutando durante años. Entre otras cosas, porque sus ingresos provienen directamente de las entidades a las que les tienen que adjudicar las calificaciones: bancos, fondos de inversión e incluso países, y a los que además cobran por hacer análisis financieros.
Así, durante la época del boom inmobiliario fueron las agencias las que ayudaron a diseñan las complicadas estructuras de las hipotecas subprime con el objetivo de camuflar toda la basura y otorgarles una calificación de máxima seguridad. A esto se suma el retraso reiterado en advertir los riesgos de entidades que después quebraron o necesitaron ayudas públicas.
Tampoco saldrían bien parada una investigación sobre el accionariado de estas empresas. Moody's, la única de las grandes que cotiza en Bolsa, tiene entre sus principales accionistas al conocido inversor Warren Buffet (13% del capital) o al gigante de los fondos de inversión BlakcRock (3,28%) entre otras potentes entidades financieras. Lo mismo ocurre en el caso de Fitch (con un mayor porcentaje de capital de origen europeo. El 60% pertenece a la francesa Fimala) y por supuesto con Standard & Poor's, propiedad de la editorial Mc GrawHill, que, a su vez, también tiene como accionistas entre otros a BlackRock.
Además, Mary L. Schapiro, la presidenta de la SEC anunció que la nueva regulación va a promover que todos aquellos que ahora utilizan los ratings de las agencias dejen de depender de ellas y hagan sus propios estudios de riesgo. Es decir, que hagan los deberes en lugar de confiar ciegamente en las agencias.
Lo que ocurre hasta ahora, en parte propiciado por las exigencias de la Reserva Federal o el Banco Central Europeo, es que para invertir en determinados activos se requiere que vayan etiquetados con la calificación de una o incluso dos de estas tres agencias. Eso es lo que les hace tan poderosas. Un ejemplo fue el tiempo que estuvo paralizada la reforma del fondo de rescate de los países de la Unión Europea porque si gastaba más fondos de los adecuados las agencias le bajarían el rating de máxima calidad que necesita para financiarse en los mercados.
En definitiva, un círculo perverso propiciado por una legislación que favorece a unas empresas que han demostrado su ineficiencia una y otra vez, pero que los tímidos intentos por cambiarla a uno y otro lado del Atlántico chocan contra sus devastadoras decisiones, según 'Público'.

¿Qué riesgo tiene la bajada de rating de EEUU?

En el último siglo, EEUU ha sido la principal economía del mundo. Muchos países en vías de desarrollo (en Asia y Latinoamérica, sobre todo) tienen vinculada su economía e incluso su moneda a la de EEUU. Perder la máxima calificación de la deuda puede generar una reacción en cadena por todo el mundo, de consecuencias desconocidas. Nunca antes ha ocurrido.

¿Cómo afectará a la recuperación de EEUU?

Muy negativamente. La bajada del rating puede implicar una subida de tipos de interés del bono estadounidense (conocidos como ‘Tresurys’). Es decir, que EEUU pagará más cara su deuda, lo que supondrá menos dinero para estimular la economía y supondrá un freno más al ya de por sí depauperado crecimiento. Además, afectará al dólar y a las empresas cotizadas.

¿Qué ocurrirá con el dólar?

Los inversores internacionales desconfiarán de una moneda con tantos desequilibrios fiscales y buscarán otras alternativas. El precio del dólar puede caer lo que anularía la actuación de la semana pasada de los bancos centrales de Suiza y Japón para evitar que sus respectivas monedas se revaloricen. También subirán otras divisas de países en desarrollo como Brasil, generando tensiones inflacionistas. Pero lo que es incluso peor es que puede propiciar una caída del valor de todas las monedas que están referenciadas al dólar. El peligro es que los países se defiendan con un cierre de fronteras, lo que podría retraer el comercio mundial.

¿Cuál será la reacción de la Bolsa?

Sólo el miedo a que se produjera una rebaja del rating ya tumbó Wall Street la semana pasada. Quizá aquella reacción pueda amortiguar las caídas que se esperan para mañana.

¿Cuánto le costará a EEUU la decisión?

Los primeros cálculos aseguran que el tipo de interés de los bonos estadounidenses podría subir un 0,7%, lo que supondrían un incremento total de la deuda pública de unos 100.000 millones de dólares. JPMorgan calcula que un incremento del tipo de interés de 50 puntos básicos podría reducir el crecimiento de la economía de EEUU un 0,4%. Por ejemplo, anularía el crecimiento del PIB del primer trimestre, que fue justamente del 0,4%. Es decir, estaría al borde de la recesión.

¿Cómo afectará a la economía real?

La Administración de Obama podría verse forzada a realizar un recorte del gasto mayor que el previsto. Incluso podría tener que subir impuestos o los tipos de interés. Eso se trasladaría a las familias con un encarecimiento de sus hipotecas y con un recorte del dinero en efectivo para gastar. Es decir, habría menos consumo privado que es el motor de la economía de EEUU. Un motivo más para la ralentización e incluso para un posible incremento del desempleo.

¿Qué implicación tendrá para España?

La decisión de S&P podría generar una huida del dinero de los fondos de inversión hacia activos refugio como el bono alemán, lo que haría caer su tipo de interés. Ello se traduciría en un aumento de su diferencial frente a la deuda española (incluso aunque la rentabilidad del bono español no se moviera). Eso añadiría dificultades a la financiación de la economía española. Y la caída del dólar podría llevar a una apreciación del euro que perjudique a las exportaciones, que son ahora el motor del crecimiento del PIB español.

¿Volverá a actuar S&P?

Tras la rebaja de la deuda de un país, lo habitual es que, en una segunda vuelta, la agencia baje también el rating a sus bancos y empresas. Las entidades de créditos hipotecarios Freddie Mac y Fannie Mae, todavía muy afectadas por los estragos de la crisis subprime, serían las primeras de la lista, según los expertos financieros.

¿Por qué se hace caso a las agencias?

La credibilidad de las agencias de rating está en caída libre. Cada vez menos gestores creen en ellas. Pero la industria financiera y las políticas de inversión están diseñadas sobre sus calificaciones, lo que les obliga a actuar cada vez que hay un cambio. Los gestores de los fondos de inversión y los fondos de pensiones tienen que aplicar con rigurosidad esas estrategias, que se definen cuando se crea el fondo y que sólo se pueden modificar con el acuerdo de los participes (los accionistas de los fondos).
Es decir, que aquellos fondos que estén obligados a invertir sólo en activos triple A y tuvieran bonos americanos, deberían venderlos buscar otros activos de máximo valor crediticio. El oro, el franco suizo y el bono alemán se presentan como los destinos más probables. Pero también hay expertos que dicen que no habrá tal fuga, porque no hay posibilidad de absorber el dinero que hay en ‘Tresurys’

La Bolsa de Israel suspende temporalmente operaciones

JERUSALÉN.- La Bolsa de Israel (TASE) ha suspendido hoy temporalmente sus operaciones tras registrar un acusado descenso del 6 por ciento en la fase previa y durante los primeros minutos de la apertura, según informan los medios nacionales. 

   Las fuertes pérdidas están directamente relacionadas con la degradación de la deuda económica de Estados Unidos, el principal país donante de ayuda económica al Estado hebreo hasta 2007.
   El TASE acaba de aguantar su peor semana desde 2008, después de que el Index 25 de Tel Aviv registrara un descenso del 6,3 por ciento. Este domingo es el octavo día consecutivo en el que el índice bursátil registra pérdidas.
   Según el diario 'Haaretz', la Bolsa israelí suspendió las operaciones a los pocos minutos del inicio de la sesión y regresó a la fase de pre-apertura con el objetivo de dar más tiempo a los inversores para estabilizar el mercado.

China pone en cuestión el papel del dólar

PEKÍN.- Con sarcasmo y cierta condescendencia, se refirió China a la rebaja de la deuda de EEUU. Una actitud que trata de enmascarar el terror que ha provocado en Pekín el anuncio de Standard & Poor's. No es para menos: China es el mayor tenedor mundial de deuda estadounidense con 1,2 billones de dólares (800.000 millones de euros).

Tan en serio se ha tomado China la amenaza de un default estadounidense, que no ha tardado en proponer una solución drástica: eliminar el dólar como moneda de referencia para reservas mundiales. "Hay que introducir una supervisión internacional sobre el asunto de los dólares americanos. Una divisa global de reservas nueva, estable y segura podría ser una buena opción para evitar que un solo país provoque una catástrofe", dijo el Gobierno chino a través de un editorial en la agencia de noticias Xinhua.
El texto no propone qué moneda debería sustituir al dólar: el yuan no es una opción porque antes debería ser convertible y a Pekín tampoco le interesa volver al patrón oro. Sin embargo, sí exige a EEUU que "garantice la seguridad de los activos en dólares de China" y "aborde sus problemas estructurales de deuda".
Para Xinhua, la raíz del problema es la "miope disputa política" de Washington, quien con su "adicción a la deuda" y su egoísmo arrastra a los otros países al agujero. "EEUU debe acabar con la vieja práctica de dejar que su política electoral tome como rehén a la economía mundial y terminen siendo los hondos bolsillos de los países con superávit quienes compensen su perenne déficit", advierte con dureza el artículo.
China se juega mucho en esta crisis. Consciente de que no es bueno poner todos los huevos en una misma cesta, Pekín ha empezado a repartir sus reservas de deuda en otros mercados (Europa básicamente), aunque tal vez sea demasiado tarde. Su apuesta masiva por el paraíso de la triple A americana en la última década ha acabado convirtiéndose en una trampa: si el valor de los bonos se desploma,
el tsunami para las arcas chinas podría ser devastador; y si China decidiera desprenderse de parte de esos activos, el dólar se depreciaría tan considerablemente que pondría en peligro la divisa china, el yuan, y con ello todo su sistema económico.
Días atrás, la agencia de rating china Dagong fue la primera en rebajar la calidad de la deuda estadounidense a causa de las luchas partidistas en el Congreso sobre la subida del techo de la deuda, lo que, para Dagong, "refleja la incapacidad del Gobierno para solucionar el problema".