domingo, 4 de diciembre de 2011

Esta semana se diseña la nueva Europa


BRUSELAS.- ¿Será verdad que estamos ante los siete días que cambiarán la Unión Europea? Los sucesivos fracasos de los jefes de Estado y de gobierno de la UE en sus anteriores cumbres empujan al escepticismo, pero todo parece indicar que el miedo a que pueda desaparecer el euro y muy posiblemente la UE hará quebrar voluntades y alcanzar acuerdos. La canciller alemana, Angela Merkel, tiene la palabra.
  
Sin tapujos, Merkel y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, harán este lunes el diseño de una nueva Europa que estabilice sus finanzas, castigue a los incumplidores y frene las especulaciones de los mercados. Son los mismos presupuestos de hace un año pero las circunstancias han cambiado. Después una cumbre del Partido Popular Europeo, en Marsella, los días 7 y 8, con la mayoría de los jefes de gobierno de la UE, dará el visto bueno formal a los planes de Merkozy y el fin de semana, toda la UE, salvo sorpresas, los ratificará.
Merkel viaja a París con ideas fijas: llegar a una unión fiscal, sanciones para quienes se salten los límites de déficit y deuda, incluso retirando el derecho de voto en los consejos y llevándolos ante el Tribunal de la UE, llevar el equilibrio presupuestario a todas las legislaciones europeas y negativa rotunda a los eurobonos que, según la canciller, relajarían a los más díscolos y además perjudicarían la prima de riesgo alemana.
La clave sigue estando en su negativa a que el Banco Central Europeo compre bonos de los países de la UE en dificultades. Es lo que hace ahora de forma excepcional y contenida y todos los observadores ven en una acción decidida de la entidad monetaria la única salvación a la crisis de deuda.
Francia va cediendo posiciones a medida que su economía entra en el umbral del riesgo y Sarkozy no quiere perderse la foto del dúo que manda en la UE, de modo que sus temores a perder soberanía se diluyen en función de necesidades inmediatas.
Está pendiente además en qué quedará el nuevo Fondo de Estabilidad Financiera, una vez que ha fracasado el intento de captar inversores privados o clientes asiáticos y se ha tenido que recurrir al Fondo Monetario Internacional, aunque sin cuantificar el préstamo que se pedirá.
Para llevar adelante las propuestas que se acuerden hará falta un gobierno económico real en la UE que controle, supervise y castigue o premie en función del cumplimiento. Y para que fueran realmente vinculantes los planes que se decidan posiblemente haya que cambiar los actuales tratados de la Unión.
Así se entra en un terreno que lleva la perspectiva de la puesta en práctica de cualquier acuerdo a un indefinido futuro, de nuevo, y encima lleno de dificultades políticas nacionales, así que se están barajando posibilidades más fáciles de llevar a cabo, como añadir un protocolo al actual Tratado aprovechando la adhesión de Croacia a la UE que se firmará el viernes, o bien como un acuerdo intergubernamental.
Está por ver si las soluciones que se adopten para los 17 miembros de la moneda única, serán válidas y aceptadas por el resto de los 27, especialmente por Reino Unido. De momento, todo está abierto. Lo que los líderes europeos, es decir, Angela Merkel, ha ido retrasando durante meses, deberá resolverse en una semana en la que Europa se juega seguir siendo lo que hasta ahora ha sido.

La Unión Europea, amenazada si no acaba la crisis, dice el líder portugués

LISBOA.- El fracaso en hallar un solución a la crisis de deuda de la zona euro podría conllevar al fin de la Unión Europea, dijo el primer ministro de Portugal, Pedro Passos Coelho, en una entrevista publicada el domingo.

"Tenemos que hallar una respuesta" a la crisis, dijo en la entrevista difundida por el diario Publico, y agregó que espera que se encuentre una solución durante la cumbre de la Unión Europea que se celebra esta semana.
"Si no encontramos una respuesta, claramente ello podría representar el fin de la Unión Europea", afirmó.
Passos Coelho sostuvo además que la crisis se ha vuelto sistémica y como resultado "es necesaria una respuesta mucho más fuerte. A pesar de los varios intentos, no hemos logrado hallar una".
El primer ministro aseveró que cualquier solución a la crisis tendría que abordar la necesidad de una unión económica y política al interior del bloque, para "complementar" la alianza monetaria.
Portugal se convirtió en el tercer país de la zona euro en buscar un plan de rescate financiero de 78.000 millones de euros, después de Grecia e Irlanda.
Passos Coelho reiteró su determinación para cumplir con las severas metas presupuestarias bajo el plan de rescate y enfatizó que ésta era la prioridad de su Gobierno.
Dijo también que si la situación económica se agrava y se vuelve necesario aplicar más medidas de austeridad "no habrá otra posibilidad que hacer un ajuste".

El poder financiero toma los Gobiernos de la Unión Europea

MADRID.- Algunos filósofos europeos tan reputados como Jürgen Habermas ya han advertido que lo que está en peligro ante el torbellino financiero en la Unión Europea no es sólo el euro. Va muchísimo más allá: se trata de la democracia misma, según 'Público'.

Habermas lo expresó en una entrevista en Le Monde mientras dos primeros ministros elegidos en las urnas Yorgos Papandreu, en Grecia, y Silvio Berlusconi, en Italia eran sustituidos por los supuestos tecnócratas Lucas Papademos y Mario Monti, respectivamente: "La democracia en un solo país no puede siquiera defenderse contra los ultimátums de un capitalismo furioso que traspasan las fronteras nacionales", advertía el último gran filósofo de la Escuela de Frankfurt.
Papademos suma ocho años de vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE) y otros ocho como gobernador del Banco Central griego. Y Monti, que aterrizó en Roma tras seis años asesorando a Goldman Sachs, ha colocado al frente de su equipo económico a Conrado Passera, máximo ejecutivo del banco Intesa Sanpaolo, y a Vittorio Grilli, ex directivo de Credit Suisse First Boston Group.
Pero la toma del poder político en la UE por parte de tecnócratas vinculados al sector financiero, coincidiendo además con la llegada a la cúspide del BCE de Mario Draghi, ex directivo de Goldman Sachs, no ha empezado este agitado noviembre. Desde mayo de 2010, con el primer rescate griego, los recortes coordinados en toda la UE y el incendio de la eurozona, los puestos económicos clave de los Gobiernos los van asumiendo directamente dirigentes con pasado en el mismo sector cuyos excesos, coinciden los expertos, provocaron la crisis.
Desde entonces, la mayoría de vacantes económicas se ha cubierto siguiendo este patrón (ver gráfico en la página siguiente): en Portugal, Dinamarca, Suecia, Letonia Y al menos 14 de los 27 países que integran la Unión ha situado ya a exbanqueros o gestores de fondos al frente del ministerio de Economía, Finanzas o del Banco Central.
"Lo que está sucediendo en Europa es un auténtico golpe de Estado financiero por parte de los mismos que causaron la crisis", opina Marshall Auerback, economista de la Universidad de Wisconsin. "El poder financiero quiere tener a los suyos en los puestos de decisión política porque se juega mucho; no es exagerado hablar de una dictadura financiera disfrazada", le secunda Alejandro Inurrieta, del Instituto de Estudios Bursátiles.
Auerback e Inurrieta comparten una rara característica: han sido, en cierta forma, insiders. El primero es gestor del hedge fund Madison Street Partners. E Inurrieta, que fue director general del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, formaba parte del núcleo más cercano al ministro de Industria Miguel Sebastián, uno de los colaboradores del presidente con mejor entrada en los mercados.

La excepción española

España ha sido hasta ahora formalmente una excepción a esta tendencia de ceder los puestos económicos clave a técnicos vinculados al sector financiero, aunque la proximidad exhibida en ocasiones por el Gobierno con los grandes banqueros ha exasperado a los progresistas, que han visto además cómo Zapatero se despedía indultando a Alfredo Sáenz, consejero delegado del Banco Santander.
Pero todo indica que, tras las elecciones del 20-N, España se sumará a la corriente. Mariano Rajoy empezó su ronda de contactos reuniéndose con banqueros y la mayoría de candidatos que las quinielas sitúan al frente de la política económica responden al perfil que se ha impuesto en la UE. Entre otros, Luis de Guindos, ex directivo de Lehman Brothers; José Manuel González-Páramo, miembro del comité ejecutivo del BCE e incluso Guillermo de la Dehesa, consejero del Santander y asesor de Goldman Sachs desde hace más de 20 años.
Inurrieta, Auerback y otros economistas consultados Núria Molina, de Eurodad; Yorgos Vassalos, del Corporate Europe Observatory, ambos en Bruselas; Peter Whal, del think tank progresista alemán Weed, y Oscar Ugarteche, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) coinciden en los motivos que a su juicio explican el fenómeno: esquivar la regulación estricta que prometieron los políticos el francés Nicolás Sarkozy llegó a hablar de "refundar el capitalismo" y evitar "pagar la factura de la crisis que ellos provocaron", en palabras de Ugarteche.
"Parecía que se iban a nacionalizar los grandes bancos y al final han conseguido evitar la quiebra pasando la factura a los contribuyentes a través de los rescates, primero, y luego de los duros ajustes para contener el déficit provocado por estos rescates", opina el economista mexicano, profesor visitante en la Universidad Libre de Berlín.
"La gran banca manda más que los gobernantes", añade este economista crítico, que coincide con las tesis que en el mundo ortodoxo ha expuesto sobre todo Simon Johnson, ex economista jefe del Fondo Monetario Internacional.
"Hemos llegado a un punto en el que no hay elección: o sitúas al que quieren los mercados en el puesto económico clave o te arrasan", insiste Inurrieta. Y añade: "Por eso no se ha regulado nada ni se han afrontado las causas del crash; y por eso no hay perspectiva de salir de la crisis".
Reino Unido y Letonia son dos ejemplos emblemáticos de los efectos del fenómeno.Cualquier intento de controlar al sector financiero o imponer un impuesto europeo a las transacciones especulativas es vetado por Londres, que alberga la City el mayor centro financiero de la UE y también el Ejecutivo más penetrado por el sector.
Varios puestos clave del Gobierno de David Cameron proceden de las finanzas: Desmond Swayne, delegado del primer ministro para el Parlamento, del Royal Bank of Scotland; Francis Maude, secretario de la Presidencia, fue directivo de Solomon Brothers y Morgan Stanley; Andrew Mitchell, ministro de Desarrollo Internacional, estuvo en Lazard; James Meyer Sasson, alto cargo en el Tesoro, fue vicepresidente de UBS Warburg, y Stephen Greene, al frente de Comercio e Inversiones, saltó al Gobierno desde la presidencia del HSBC.
En Letonia, el Gobierno tuvo que elegir entre romper la paridad con el euro lo que hubiera hundido a los bancos suecos, que inundaron el país de créditos o una "devaluación interior". Eligió lo segundo y los dos ministros económicos que han pilotado la decisión proceden directamente de la banca sueca (Seedbank y SEB).
El plan ha sido verdaderamente de choque: se ha despedido a un tercio de los funcionarios y al resto les ha reducido el sueldo el 40%, el tijeretazo en educación y sanidad supera el 20%, el paro se ha triplicado y el 10% de la población ha emigrado. Pero la moneda no se ha devaluado.
Vassalos subraya que la supeditación de la política al poder financiero se explica también porque los propios políticos "están muy perdidos". "La liberalización radical del sector financiero creó un mundo opaco tan incomprensible para todos los que no forman parte de él que ahora nadie entiende qué sucede si no llama a un banquero", añade.

"Puerta giratoria"

Esta creciente simbiosis entre gobernantes y el sector financiero se expresa también en la UE a través de lo que en el mundo anglosajón se conoce como "puerta giratoria": directivos del sector financiero ocupan puestos políticos clave y, en paralelo, algunos gobernantes que han afrontado la crisis se incorporan al mundo de las finanzas.
Al menos cuatro comisarios que formaron parte del equipo de Jose Manuel Durao Barroso hasta febrero de 2010 trabajan ahora para el sector financiero: Meglena Kuneva pasó de Protección del Consumidor a BNP Paribas; Louis Michel, de Cooperación a Credimo; Günter Verheugen, de Industria y Empresa al Royal Bank of Scotland y a la alemana BVR, y Charlie McCreevy, de Mercado Interior que tenía el encargo de regular los opacos productos financieros que llevaron a la crisis al Bank of New York Mellon.
En España, el vicepresidente económico que afrontó la primera ola de la crisis, Pedro Solbes, se sienta ahora en el consejo de Barclays, mientras su secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña, dirige Funcas, la fundación de las cajas de ahorros.
El fenómeno, que en el pasado fue sobre todo estadounidense, se ha globalizado con la crisis y apenas quedan ya espacios por cubrir: al frente del Banco Mundial está Robert Zoellick, que llegó al puesto desde Goldman Sachs; Christine Lagarde ha nombrado como número dos del Fondo Monetario Internacional a David Lipton, ex directivo de Citi y Moore Capital; el jefe de Gabinete de Barack Obama es desde enero Bill Daley, ex directivo de JP Morgan Chase. Y desde noviembre la entidad mandatada por el G-20 para reformar el sistema financiero mundial tiene al frente a Mark Carney, ex de Goldman Sachs

La Comisión Europea celebra el ajuste italiano pero avisa de que harán falta más reformas

BRUSELAS.- El vicepresidente económico de la Comisión Europea (CE), Olli Rehn, aseguró hoy que el paquete de ajuste aprobado por el gobierno italiano ofrece "una muy necesaria señal de un nuevo enfoque en política económica", pero advirtió de que Roma deberá afrontar más reformas próximamente.

"Este paquete es un paso muy importante para apuntalar las finanzas públicas y apoyar el crecimiento económico mientras se preserva la equidad social y la justicia", señaló Rehn en un comunicado.
Según explicó el responsable comunitario de Asuntos Económicos, la CE llevará a cabo un análisis detallado cuando reciba todos los detalles, "pero en general el conjunto de medidas es oportuno y ambicioso, dando una muy necesaria señal de un nuevo enfoque".
Rehn subrayó que el esfuerzo de consolidación fiscal incluido es "esencial para reforzar la credibilidad de la economía italiana, pero también para recuperar el control de su elevada deuda y aliviar la carga para las futuras generaciones".
"En el área de las pensiones, algunas medidas largamente esperadas están siendo introducidas con el fin de reducir el gasto de las pensiones mientras refuerzan la justicia del sistema y aumentan la participación de la fuerza de trabajo", señaló Rehn.
El vicepresidente de la CE destacó además que las medidas para aumentar la recaudación fiscal se compensarán parcialmente con incentivos fiscales para apoyar a las empresas y el empleo y celebró los compromisos para reforzar la lucha contra el fraude fiscal.
Al mismo tiempo, defendió las acciones puestas en marcha para liberar el potencial de crecimiento, pero aseguró que "se necesita más" en áreas que la Comisión ha señalando recientemente.
Rehn recordó en este sentido que el gobierno "ha anunciado más medidas estructurales pronto, incluyendo en el área del mercado de trabajo en consulta con los agentes sociales".
"Es crucial mantener el impulso en la reforma económica y en la renovación política para tomar más decisiones que puedan crear más crecimiento y más y mejores trabajos de forma justa", insistió el responsable comunitario.
El Consejo de Ministros del Gobierno presidido por Mario Monti aprobó hoy el primer ajuste presupuestario del Ejecutivo de tecnócratas por un monto de 30.000 millones de euros, que mañana será presentado por el excomisario en el Parlamento de Italia.
El plan de ajuste prevé entre 12.000 y 13.000 millones de euros en reducción de gastos y otros 18.000 millones de euros de aumento de los ingresos en las arcas públicas.
En dicho plan, 20.000 millones de euros corresponden a ajustes presupuestarios y otros 10.000 millones de euros en gastos a favor del crecimiento, del sistema productivo y del trabajo, según un comunicado de la presidencia del Gobierno.

Merkel y Sarkozy abordarán la unión fiscal para presentar una propuesta firme

LONDRES.- La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolás Sarkozy, se reunirán mañana lunes en París tratar de acordar las condiciones de la unión fiscal en la que Merkel tiene depositada todas sus esperanzas para la estabilización de la zona euro. El documento resultante será presentado a los demás socios europeos al final de la semana.

   Tras una semana en la que los mercados han permanecido en relativa calma gracias a la intervención del Banco Central Europeo (BCE), Merkel compareció el viernes en el 'Bundestag' (el Parlamento alemán) y reafirmó su rechazo a los eurobonos, y abogó nuevamente por la unión fiscal.
   Otra de las propuestas de Merkel es habilitar al Tribunal de la UE con sede en Luxemburgo para que pueda vetar presupuestos que no respeten los pretéritos y condiciones de déficit estipulados para la zona euro. La canciller alemana también ha defendido la imposición de sanciones a los incumplidores.
   Es en este punto donde se concentran gran parte de las divergencias entre Francia y Alemania, conductores de la locomotora europea durante los últimos meses de acuciante crisis de la deuda. París, de forma progresiva, ha ido virando hacia una postura a favor de los eurobonos, mientras que Berlín se ha cerrado aún más en banda en su contra.
   Los expertos, según el diario británico 'The Guardian', se muestran escépticos ante estas "diferencias tan grandes en un momento como este" y sostienen que la resolución de la crisis dependerá, en gran parte, de la rápida implementación de una unión fiscal sólida, en el marco de "un gran plan" europeo.

La Unión Europea encara una semana decisiva para reforzar la disciplina fiscal

BRUSELAS.- La Unión Europea encara a partir de mañana lunes una semana decisiva para reforzar la disciplina fiscal y las sanciones contra los países con déficit excesivo como principal receta para combatir la crisis de deuda. El Banco Central Europeo (BCE) podría aumentar su compra de bonos de los Estados con problemas, como Italia y España, si los jefes de Estado y de Gobierno pactan reglas fiscales más estrictas y nuevos compromisos de ajuste en la cumbre del 9 de diciembre.

   El presidente francés, Nicolas Sarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel, se reúnen este lunes en París para tratar de acordar una propuesta conjunta de reforma de los Tratados. "El objetivo es una unión fiscal que haga cumplir la disciplina fiscal en sus miembros y tenga los instrumentos necesarios para hacer frente a una crisis de forma eficaz", según ha destacado Merkel.
   Ello significa incluir en los Tratados sanciones casi automáticas para los países que no respeten los límites de déficit y llevar a los incumplidores ante el Tribunal de Justicia de la UE, ha explicado la canciller alemana. Estos cambios se introducirán en una reforma de los Tratados, que podría llevar años, o más probablemente en un nuevo Tratado que cubra únicamente a los países que quieran sumarse, principalmente a los de la eurozona, y que podría activarse mucho más rápidamente.
   Sin embargo, persisten todavía grandes diferencias entre París y Berlín sobre la forma de afrontar la crisis. Sarkozy defiende que la reforma de la UE debe dar más peso a los Gobiernos en detrimento de las instituciones comunitarias, mientras que Merkel aboga por dar más poderes a la Comisión. Ambos mandatarios coinciden, eso sí, que aunque se refuerce la supervisión de la UE sobre los presupuestos de los Estados miembros, la última palabra la seguirán teniendo los parlamentos nacionales.
   En cuanto al papel de la autoridad monetaria, Sarkozy aseguró en su discurso de Toulon estar convencido de que "frente al riesgo de deflación que amenaza a Europa, el BCE actuará". "Corresponde al banco decidir cuando y con qué medios. Es su responsabilidad". "Pero nadie debe tener dudas de que asumirá su responsabilidad. De hecho, celebro que haya empezado a hacerlo", resaltó.
   En contraste, Merkel insistió en su discurso ante Bundestag que el BCE tiene un mandato distinto al de la Reserva Federal o el Banco de Inglaterra y no puede embarcarse en un programa de compra masiva de deuda pública. Y volvió a rechazar la creación de eurobonos como receta frente a la crisis.
   Pero el refuerzo de la disciplina fiscal no incluye únicamente una reforma de las reglas de la UE sino también nuevos compromisos de ajuste de los países con problemas. El nuevo primer ministro italiano, Mario Monti, presentará este lunes, a petición de Bruselas, un nuevo plan de recortes que la prensa italiana cifra en 20.000 millones de euros.
   Y Merkel y Sarkozy presionarán al futuro presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, en la reunión del Partido Popular Europeo que se celebra el 8 de diciembre en Marsella, justo antes de la cumbre, para que anuncie cuanto antes su programa de ajustes. Merkel ya ha dicho que Rajoy tiene un "mandato claro" para realizar reformas rápidas, mientras que la Comisión Europea le ha pedido con carácter urgente una reforma laboral con el objetivo de reducir la "insostenible" tasa de paro de España.
   El presidente del BCE, Mario Draghi, reclamó precisamente el pasado jueves a los Gobiernos europeos un nuevo "pacto fiscal" que incluya tanto las reglas de la UE para garantizar la disciplina presupuestaria como los compromisos de ajuste de los países amenazados.
   Un pacto fiscal "es el elemento más importante para empezar a restaurar la credibilidad", dijo Draghi en una intervención ante el pleno de la Eurocámara. "Otros elementos pueden seguir, pero el orden es importante", ha señalado. Los expertos interpretan que, con estas palabras, el presidente del BCE ha sugerido un refuerzo del programa de compra de bonos si los líderes europeos aprueban este pacto en la cumbre de diciembre.
   El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, está consultando estos días las ideas que reúnen un mayor consenso y presentará sus propias propuestas para mejorar la disciplina fiscal el 9 de diciembre. Van Rompuy ya ha sugerido que se plantea proponer sanciones más automáticas y más duras contra los países incumplidores, como la suspensión de los derechos de voto y de los fondos estructurales, o dar poderes a una autoridad central en la UE para intervenir en los presupuestos nacionales.
   También sopesa reclamar una armonización de políticas fiscales y sociales y una mutualización de la deuda pública, pese a la oposición de Alemania.
   Al mismo tiempo, los países de la eurozona negocian con el Fondo Monetario Internacional (FMI) un acuerdo para reforzar el fondo de rescate de 440.000 millones de euros para países endeudados. El diálogo se lanzó la semana pasada tras fracasar el plan para apalancar el fondo hasta lograr 1 billón de euros, una cuantía que no se ha logrado por el agravamiento de las tensiones en los mercados y la resistencia de los países emergentes a intervenir en los rescates de la eurozona.

La Construcción reduce seis puntos su peso en el PIB español

MADRID.- El sector de la construcción ha reducido en seis puntos porcentuales su aportación al PIB durante la actual crisis económica, desde la tasa cercana al 20% que registraba en 2005 hasta el 14% que supondrá este año.

   España se sitúa así como segundo país de Europa, sólo por detrás de Irlanda, en el que la actividad constructora más contrajo su peso en el conjunto de la economía entre 2005 y 2011, según cálculos de la patronal Seopan realizados a partir de datos de la UE.
   Pese a ello, en 2011 se mantiene como el país de la UE en el que el 'ladrillo' copa un mayor porcentaje del PIB. Además, España cerrará el año como cuarto país europeo que más invierte en el este ramo, con un 11,3% del total de la UE, por detrás de Alemania (19,1%), Francia (18,2%) e Italia (12%).
   El porcentaje del 14% que la actividad constructora supondrá en la economía española este año es además cuatro puntos porcentuales superior la media del 10,4% de la UE.
   Polonia, Finlandia, República Checa, Francia y Rumanía son los países en los que, después de España, la construcción tiene mayor relevancia en sus respectivas economías. El sector supone entre el 11,8% y el 13,2% del PIB de estos Estados.
   En el lado opuesto, Irlanda, Reino Unido, Grecia, Dinamarca y Suecia son los países en los que la construcción tiene una menor representación en el PIB, de entre el 5% y el 8,8%.
   En cuanto a España, por sectores, el de la construcción de grandes infraestructuras supondrá un 7,4% del PIB en 2011, pese al parón de la inversión pública en obras por las medidas antidéficit. De su lado, la promoción de viviendas y edificios copará otro 6,6% de la economía.
   La reducción del peso de la construcción en el PIB, además de por la contracción económica global, es consecuencia del desplome que el sector ha registrado desde que en 2007 comenzó la crisis y concluyó el 'boom' inmobiliario. A ello se añadió posteriormente el recorte de la inversión en obra pública.
   La actividad constructora en España se ha hundido un 33,1% en el trienio 2009-2011, según los cálculos de Seopan a partir de datos de la UE. No obstante, el descenso se ha ido atenuando desde del 15,4% de 2009 hasta el 7,6% que está previsto para el presente ejercicio.
   Las previsiones de la UE contemplan que la actividad constructora repunte en España en 2013, para cuando estiman que este sector crezca por vez primera vez en cinco años, a una tasa del 1,2%.

El Gobierno italiano aprueba el decreto "salva-Italia"

ROMA.- El primer ministro italiano ha anunciado la aprobación en el Consejo de Ministros del paquete de medidas económicas y presupuestarias de emergencia que, según sus palabras, servirán para salvar a Italia.

   "Este paquete de medidas debe salvar Italia. Lo pueden llamar decreto salva-Italia", ha afirmado Monti en rueda de prensa tras la reunión de urgencia del Gobierno, que ha durado más de tres horas. En palabras de Monti, estas medidas "pretenden garantizar la equidad, el crecimiento y la consolidación de nuestras finanzas públicas". Con ellas, Italia "dará un gran paso adelante".
   El objetivo es la "distribución de los sacrificios con equidad".
"Queremos que Italia se sienta orgullosa, que los italianos no se sientan burlados", ha apostillado, según recoge la agencia de noticias italiana AGI.
   El primer ministro ha destacado además que la lucha contra la evasión fiscal "es una prioridad del Gobierno", lo que también implica que no se recurrirá a ningún tipo de amnistía fiscal.
   Entre las medidas aprobadas en este decreto de corrección de las cuentas públicas está retrasar progresivamente la edad de jubilación, que se basará en un sistema contributivo para todos los trabajadores.
   La ministra de Trabajo, Elsa Fornero, ha explicado que el principio fundamental es que los trabajadores que se jubilen antes, recibirán menos pensión. Además, ha concretado que la edad de jubilación mínima será de 66 años para los hombres y de 62 para las mujeres, una cifra que se situará igualmente en los 66 años para mujeres en 2018.
   A partir del 1 de enero de 2012 los trabajadores deberán tener al menos 42 años cotizados para poder recibir una pensión de jubilación completa. Si la cifra es menor, se penalizará económicamente.

La recesión económica llama a la puerta de España

MADRID.- Una reunión 'secreta’ se produjo el pasado jueves en la que participaron los principales servicios de estudios del país, incluido el del Banco de España. Se trata de un encuentro reservado que se celebra cada cuatro meses y en el que los mayores expertos de coyuntura reflexionan sobre el momento de la economía española. Sin cámaras y sin micrófonos, lo que permite dar rienda suelta a sus opiniones. Por supuesto que nada se ha filtrado oficialmente de aquel encuentro, pero lo dicho allí pone negro sobre blanco tanto la dimensión de la crisis como los problemas que tendrá Rajoy para gobernar, según se escribe hoy en 'El Confidencial'.

Los papeles que allí se manejaron muestran que la economía española -consenso de los allí presentes- puede caen en 2012 nada menos que un 1%, lo que llevará el desempleo hasta los 5,7 millones de parados. O lo que es lo mismo, es muy probable que la tasa de paro supere el 24% de la población activa. Como sostiene uno de los asistentes a la reunión, las simulaciones macroeconómicas que allí se presentaron ‘asustan’. Algunos servicios de estudios, incluso, no descartan que el PIB caiga un 2% o un 3% el año próximo. En otras palabras, una recesión en toda regla casi un quinquenio después del comienzo de la crisis.

No se trata, por lo tanto, de una simple recaída durante un par de trimestres, que es la versión cuasi oficial que se traslada a los medios de comunicación, sino de una contracción importante del PIB, lo que da idea de lo que se encontrará el nuevo Gobierno. 

La causa de tan lúgubre escenario tiene que ver con cuatro factores que caen a plomo sobre la economía española: el retroceso del consumo privado por el mal comportamiento del empleo y de los salarios; la desaceleración del comercio mundial; la contracción del crédito a familias y empresas derivada de los nuevos requerimientos de capital que Basilea III obliga a hacer a la banca y, por último, el efecto del ajuste fiscal, que provocará una caída significativa de la inversión pública. Sin duda, muchos e intensos problemas para un Gobierno que, paradójicamente, tendrá su mejor aliado en la crisis.

Con más de cinco millones de parados y una economía sin aliento, la capacidad de sacrificio de la ciudadanía es grande, y en eso hay consenso. Por supuesto que los sindicatos no tienen fuerza alguna para doblar el pulso a un Gobierno elegido hace muy poco con mayoría absoluta gracias a la descomposición interna y externa del PSOE y a sus propios errores. 

Como sostiene en privado un dirigente del PP, lo que ocurrió en 2002, cuando Aznar retiró su propia reforma laboral, fue un error y no volverá a repetirse. Rajoy, por lo tanto, seguirá adelante con las reformas y los recortes aunque se incendien las calles, lo cual no es previsible en un contexto como el actual. Sobre todo cuando los inspectores de la UE y del FMI van a vigilar a España de cerca a cambio de una línea de crédito que permita al Tesoro Público zafarse de los mercados al menos durante algún tiempo. Dinero fresco a cambio de ajuste y de reformas liberalizadoras, las clásicas recetas del Fondo Monetario, como bien saben los países latinoamericanos.

Este escenario de paz social -en el mundo sindical una vieja sentencia sostiene que quien no negocia el conflicto social no existe-, no es, sin embargo, suficiente para sacar adelante el país.

Rajoy se la juega en los próximos días si el Consejo Europeo del próximo día 9 decide incluir la tasa de paro como una de las condiciones para estar en la primera velocidad del nuevo Tratado de la UE, que supone acabar -al menos sobre el papel y en un primer momento- con la soberanía fiscal de las naciones con problemas. Si Rajoy no consigue convencer a Merkel y Sarkozy de que el desempleo quede fuera de los criterios para tener acceso a la primera velocidad, España está muerta. O mejor dicho, tiene por delante un largo periodo de depresión económica que empobrecerá al país.

El Eurogrupo no acuerda el montante que pedirá al FMI para el fondo de rescate

BRUSELAS.- El Eurogrupo no ha logrado acordar la cantidad que solicitará al Fondo Monetario Internacional (FMI) en créditos dirigidos al ampliado fondo de rescate, según han confirmado responsables europeos. Los ministros de Finanzas de la eurozona apenas han definido los aspectos técnicos, por lo que las conversaciones proseguirán este próximo martes. "No se ha discutido un montante a nivel político", ha desvelado una alto cargo de la zona euro participante en las negociaciones.

Esta misma fuente ha aseverado que todavía "es pronto para hablar de cifras", una apreciación que ha sido reafirmada por otros dos altos mandos de la zona euro.
El Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (EFSF, por su siglas en inglés) está compuesto por alrededor de 250.000 millones de euros, mientras que la capacidad de crédito del FMI en estos momentos ronda los 380.000 millones de dólares (283.000 millones de euros).
La zona euro quiere aumentar la aportación del FMI en aras de un soporte más creíble, en el caso de que Italia y España, la tercera y la cuarta economía más grande de la zona eurorespectivamente, sucumbieran a la crisis de la deuda y tuvieran que ser asistidas por un programa de créditos de emergencia durante varios años.