viernes, 27 de enero de 2012

España, un alumno aplicado que necesita crecer

MADRID.- España ha enseñado a los grandes directores del proyecto fiscal europeo su vocación de estar entre los mejores alumnos de la clase, pero su empeño en poner orden en las cuentas públicas del país no será suficiente para restablecer la confianza de los mercados si no se envían señales de que también puede crecer.

El Gobierno dio luz verde el viernes a un riguroso anteproyecto de ley de estabilidad presupuestaria que pone un límite el gasto y al endeudamientos de todas las administraciones públicas de su descentralizado Estado.
Esta nueva reglamentación, que pretende meter en la vereda del rigor presupuestario a las rebeldes cuentas de las comunidades autónomas - principales causantes de que el objetivo del déficit público español se haya desviado unos dos puntos porcentuales por encima del 6,0 por ciento comprometido con Bruselas en 2011 - viene acompañada de sanciones para aquellas administraciones que incumplan los límites previstos en la ley.
"La pretensión del Gobierno es señalizar básicamente a Bruselas y a Alemania que España se adelanta en la definición de la reforma que está exigiendo básicamente Alemania; que España es un alumno aventajado en esta materia", dijo Emilio Ontiveros, presidente de Analistas Financieros Internacionales.
"Sin embargo, los mercados están contemplando también posibilidades de crecimiento. Esta reforma no es condición suficiente para restaurar la confianza de los mercados, para que vuelva la confianza a los mercados de bonos si, en reciprocidad a estas medidas, no se generan expectativas de crecimiento", agregó.
El empeño del Gobierno en equilibrar las grandes cuentas del país ha generado paralelamente un temor a que el crecimiento económico quede relegado, lo que generaría serias dificultades para poner un techo a la destrucción de empleo en un maltrecho mercado laboral, considerado el principal lastre de la economía.
Pocos días después de que el Banco de España señalara que la tasa de expansión del PIB se contraerá este año un 1,5 por ciento, la Oficina de Estadística dijo este viernes que la tasa de paro ha subido en el cuarto trimestre de 2011 hasta el 22,8 por ciento, nivel desconocido desde el primer trimestre de 1995.
No pocos analistas, como Ontiveros, consideran difícil acabar este año con una tasa de paro inferior al 24 por ciento, a la vista de la debilidad económica.
El director del área de economía del Instituto de Empresa, Rafael Pampillón, consideró importante la iniciativa del Gobierno en materia fiscal, pero dijo que lo más importante es normalizar la situación del crédito para impulsar la economía.
España padece una situación de restricción crediticia desde que estallara la crisis financiera internacional, a lo que en el caso de la banca española se sumó el estallido de la burbuja inmobiliaria, que sólo ha sido parcialmente neutralizado por las inyecciones de liquidez barata del Banco Central Europeo al sistema bancario.
"Es fundamental para el crecimiento que vuelva a fluir el crédito entre las familias y las empresas", apostilló Santiago Sánchez Guiu, coordinador de Economía del Instituto Flores de Lemus de la Universidad Carlos III.
Analistas dijeron que la situación general de la economía europea ha cambiado en los últimos meses de tal manera que en un clima de mayor optimismo sobre el crecimiento, como el que reinaba hasta hace no mucho, podía defenderse razonablemente el imperativo fiscal, pero en una situación de debilidad global como la actual es necesario generar expectativas de crecimiento.
"Es obvio que el problema ahora es el crecimiento", dijo Sánchez. "Existe el riesgo de que si no hay crecimiento, no podamos cumplir con los objetivos de déficit y quizá sea positivo revisar estos objetivos (para no estrangular la economía). Ahí se va a centrar el debate (del mercado) en los próximos meses", añadió.
El calendario de consolidación fiscal comprometido por España con la Comisión Europea prevé una reducción del déficit público hasta el 4,4 por ciento de PIB en 2012 y hasta el 3,0 por ciento en 2013, aunque estas metas podrían revisarse una vez que la institución europea presente sus nuevas estimaciones macroeconómicas durante el primer trimestre.
El esfuerzo que tendría que asumir España para cumplir con las metas actuales sería gigantesco ya que se vería obligada a adoptar medidas de ajuste por unos 40.000 millones de euros en conjunto para bajar del 8 al 4,4 por ciento del déficit público este año.

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