martes, 24 de enero de 2012

La cumbre del clima de la ONU mira al desarrollo sostenible

NUEVA YORK.- Representantes de todo el mundo se reunirán en junio en Río de Janeiro para tratar de alcanzar objetivos conjuntos de desarrollo sostenible en una conferencia de la ONU, que busca evitar que el objetivo siga dirigido al cambio climático.

Sin embargo, hay preocupación en el período previo a la conferencia, conocida como Río+20 o Cumbre de la Tierra, de que la cita termine de nuevo con mucho discurso y poca acción.
Por esto, en un intento por evitar la excesiva confrontación, la conferencia no se centrará en analizar el cambio climático, sino en el desarrollo sostenible.
Las conferencias de la ONU realizadas en la última década han empezado con grandes esperanzas de que se alcanzarán acuerdos que obliguen a las naciones a reducir el calentamiento global, pero a menudo han terminado con resultados decepcionantemente modestos.
Ese fue el caso de la cumbre sobre cambio climático efectuada el año pasado en Durban, Sudáfrica. Los participantes en esa reunión acordaron forjar un nuevo acuerdo en 2015, que entrará en vigor en 2020.
El cambio en el objetivo al desarrollo sostenible desde cambio climático es deliberado, dijo el embajador André Correa do Lago, que encabezó la delegación de Brasil en las negociaciones climáticas en Durban y será el principal representante del país sudamericano en la cita en Río de Janeiro.
El desarrollo sostenible es más fácil de vender a nivel global que el tema del cambio climático, a pesar de que el desarrollo sostenible es una forma de enfrentar el calentamiento global y otros problemas ambientales, dijo Correa do Lago.
"El cambio climático (es un tema que) tiene una resistencia muy fuerte de sectores que van a verse sustancialmente modificados, como la industria del petróleo", dijo do Lago. "El desarrollo sostenible es algo que es tan simple como mirar la forma en que nos gustaría estar en 10 ó 20 años", agregó.
El momento parece haber llegado: los recursos naturales son un bien escaso, la población mundial alcanza los 7.000 millones de habitantes, las economías tradicionales están en una situación delicada y el planeta se está calentando.
En este sentido, los líderes pueden aceptar la premisa de que tiene sentido asegurar que las naciones ricas y las emergentes pueden crecer sin dañar el medio ambiente.
El objetivo de las reuniones mundiales ha sido reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, especialmente de dióxido de carbono, pero los mayores emisores del mundo, incluyendo China y Estados Unidos, han rechazado cualquier medida argumentando que verían afectado su desarrollo económico.

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