sábado, 28 de enero de 2012

Atenas y los tenedores privados tratan de remachar el trueque de la deuda

ATENAS.- El Gobierno griego y los tenedores privados de deuda helena retornan este fin de semana a la mesa de negociaciones para remachar el acuerdo para el trueque de la deuda y, por ende, evitar la bancarrota de Grecia.

   El primer ministro heleno, Lucas Papademos, ha declarado que espera que las conversaciones concluyan en los próximos días "tan rápido como sea posible", ya que "han realizado progresos significativos durante las últimas semanas y, especialmente, en los últimos días".
"Soy bastante optimista", ha remarcado Papademos, "y creo que se alcanzará un acuerdo en los próximos días".
   Sin embargo, fuentes del Ministerio de Finanzas de Grecia han insistido en que "todavía hay mucho trabajo por hacer porque, al mismo tiempo, están manteniendo las negociaciones para el nuevo programa" de rescate. "Todo es muy denso, complejo y a la vez crucial. Hay optimismo porque el país necesita sobrevivir y necesitamos proteger a nuestros ciudadanos, que han sufrido mucho", ha apostillado esta fuente.
Después de varias semanas de conversaciones irresolutas, las negociaciones parecen acariciar el final de un proceso en el que ambas partes pretenden suscribir un acuerdo definitivo de acara a la cumbre del Eurogrupo que se celebra este lunes.
   Este trueque de la deuda es un prerequisito para que el país pueda optar al segundo paquete de rescate, cuya cuantía asciende a 130.000 millones de euros y para lo cual los tenedores privados de la deuda helena registrarán un descenso del valor nominal de los bonos adquiridos de un 50 por ciento a cambio de liquidez y nuevos bonos.
   No obstante, la preocupación persiste ante la dificultad del Gobierno de Grecia de acometer las reformas requeridas y alcanzar los objetivos acordados tanto con los propios tenedores privados como con la 'troika', conformada por el Banco Central Europeo (BCE), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la UE.
   En caso de que estas negociaciones no concluyan con un resultado positivo, los socios europeos se verán obligados a aumentar la aportación al fondo de rescate.
   Los bonos podrían tener una madurez de 30 años y una tasa de interés progresivo, de acuerdo con las últimas resoluciones esbozadas en la reunión del pasado fin de semana. El objetivo es que dicha inversión privada suponga cerca de 100.000 millones de euros al fondo de rescate.
   En este contexto, una vez más, Papademos ha aseverado este viernes que "Grecia no quebrará", el principal temor de los líderes políticos europeos, de los inversores y de los mercados.

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