sábado, 7 de enero de 2012

Las deudas de las provincias y ciudades chinas amenazan a los bancos

PEKÍN.- En China, el Estado central está poco endeudado pero las provincias y los municipios piden créditos sin límite para construir carreteras, aeropuertos y hospitales y muchos son insolventes, poniendo en peligro la salud del sistema financiero, advierten los analistas.

Sus créditos están a menudo garantizados sobre ventas de terrenos en detrimento de los habitantes que se dicen expoliados y a veces incluso se revuelven como el mes pasado en Wukan, en Guangdong (sur del país).
Las finanzas del Gobierno central no preocupan a los economistas.
"El Gobierno (chino) tiene muchas menos deudas que los países desarrollados, por ello, la preocupación sobre una crisis de la deuda en China es infundada", afirmó el vicepresidente del Banco Mundial, Lin Yifu, en una reciente entrevista al China Daily.
La deuda del Estado emitida por el Banco Central chino ascendía a finales de 2010 el 17,1% del Producto Interno Bruto (PIB) en 2010, y al 30% con el del Banco de Desarrollo chino, que financia las infraestructuras.
En cambio, los préstamos de las provincias y de los municipios se elevaban a 10,7 billones de yuanes (1.300 millones de euros) a finales del 2010, un 27% del PIB, según un informe preocupante publicado a finales de junio por la Oficina Nacional para las Auditorías.
En total, la deuda pública -central y local- de China se eleva al 68% del PIB, según un estudio del banco Standard Chartered en Hong Kong, lo que es inferior a la media europea.
El problema es de las comunidades locales que para reembolsar la deuda cuentan con los ingresos generados por las infraestructuras, muchas de ellas poco rentables.
Algunos proyectos como carreteras u hospitales "tienen un interés económico pero no son viables comercialmente" y deberían haber sido financiadas con dinero del contribuyente, explica a AFP Patrick Chovanec, profesor de economía en la Universidad Tsinghua de Pekín.
"En el conjunto de la economía, las deudas aumentan rápidamente", lo que debilita al sistema bancario, subraya por su parte Michael Pettis, especialista de mercados financieros chinos en la Universidad de Pekín.
Pero "todo intento de controlar este aumento (de la deuda) va a traducirse en una reducción rápida de la inversión y del crecimiento" en China, según éste.
El reciente cambio del mercado inmobiliario va a pesar, de hecho, en las finanzas de los municipios que contaban vender terrenos a precios altos para reembolsar las deudas. En Cantón, estas ventas representaron, incluidos los impuestos, el 48% de los ingresos de la ciudad en 2010, según China Business News.
En Shanghai, el precio medio del metro cuadrado cedido a los promotores cayó el 41% el pasado año, según la misma fuente.
Actualmente, los terrenos se venden mal: en 2011, más de 900 parcelas en 130 ciudades no lograron venderse, contra solo 280 en 2010, señaló el viernes el diario Xinjing Bao (Noticias de Pekín).
Ante esta situación, Pekín busca disminuir la dependencia de las finanzas locales del sector inmobiliario. A título experimental, las provincias costeras y ricas de Guangdong (sur) y Zhejiang (este), así como las ciudades de Shanghai y Shenzhen (sur) han sido autorizadas a emitir deuda.
Pero estos títulos, cuyo rendimiento es bajo, han encontrado compradores en los bancos comerciales del Estado, los mismos que prestaron dinero a los municipios a través de "plataformas de financiación" creadas ad hoc.
"Si todo va bien, (los bancos) deberían poder vender esta deuda a otras entidades o a particulares", según Ren Xianfang, economista de IHS global Insight en Pekín.
"Si no, es la misma idea de estas emisiones de deuda, es decir, tranquilizar sobre la exposición de los bancos" la que está amenazada, dice este analista.

No hay comentarios:

Publicar un comentario